Librepensadores

Trump, el loco del pelo loco

Gonzalo de Miguel Renedo

Tengo la sensación de que Donald Trump, el 45º presidente de los EE.UU., no hace nada nuevo que no hayan hecho antes sus antecesores, sólo que lo hace a cara descubierta y sin complejos. Con orgullo. Con dos cojones. Manda levantar un muro con intenciones abyectas y lo dice. Practica la xenofobia abiertamente y lo dice. Se muestra favorable a las torturas y lo dice. Es políticamente incorrecto en donde antes los demás eran correctos políticamente. Pero al final, con Nobel o sin él, todos ejercen de amos del mundo, bien que los anteriores simulaban que no lo eran y permitían alguna que otra gracia que flexibilizaba su mandato. Éste no. A Trump se le podrá acusar de todo, de racista, de malasombra, de criminal, pero no de que actúe con opacidad. Fiel a su política de transparencia brutal, el nuevo inquilino de la Casa Blanca ya ha advertido de los efectos adversos para aquellos que no sigan su diktat al pie de la letra. Lo ha recordado su recién nombrada embajadora en la ONU, a la que solo le ha faltado añadir la frase de Mr Burns, el magnate sin escrúpulos de Los Simpsons: "Suelten a los perros".

Personalmente creo que este descaro y este exceso presidencial se traducirá en un empequeñecimiento del gigante americano. Tanto hacer el indio le pasará factura, por más que quiera presentarse como el cobrador del frac que averguenza y humilla a quienes no le deben nada, como es el caso de un país hermano, México. Supongo que todo responde a un plan global diseñado por Trump para aterrorizar a sus enemigos y también a sus aliados, sabedor, o creedor, más bien, si tal palabra existiera, de que Dios le cuida de los primeros pero no de los segundos. Curioso que quien quiere postularse como el azote del terrorismo internacional tire de su mismo manual.

El Gobierno dice que defenderá ante EEUU sus principios pero sin "estridencias" y "no pegando muchos gritos"

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El hombre de la piel naranja, repito, acabará con la supremacía norteamericana en el mundo. ¡Pequeños del mundo, uníos!, será el grito de guerra que entonarán el resto de países del mundo, pero por lo bajinis y en privado, por ahora. Ya llegará el momento de gritar Todos somos México, una soflama que debería empezar a tomar forma en la conciencia del mundo libre, so pena de acabar todos sometidos a este matón de barrio que el pueblo norteamericano ha puesto al frente. Cuando Hitler llegó al poder, como ahora asegura el rubio repeinado, también aseguró que lo hizo para redimir a su pueblo, con la diferencia de que Trump carece de un Versalles al que agarrarse. También el malnacido alemán, como ahora el yanki, aseguró que pondría a su pueblo en la senda de la recuperación, la prosperidad y el poder, aunque no parece que la situación del imperio norteamericano, su preeminencia mundial, padezca amenazas graves, ni dentro ni fuera de su territorio, ni siquiera que el paro suponga un problema demasiado grave. En fin, que necesita ponerse la venda antes de la herida para justificar sus desvaríos.

¿Y qué podemos hacer el resto de países del mundo ante esta nueva amenaza global? Pues lo que siempre se ha dicho que funciona para combatir cualquier terrorismo: unidad y resistencia. Hay que estar unidos y aguantar la presión, pero con la ley y los Derechos Humanos por delante. A la Administración Trump hay que practicarle una medida que él mismo defiende que funciona como medio para obtener la colaboración del elemento peligroso: el ahogo simulado. Un ahogo simulado institucional, claro. Hay que simular que se le ahoga en los grandes foros, que se le ningunea, que se le deja de lado, que no sienta el más mínimo respiro. Un reto difícil, desde luego, pues se trata de un tipo extraordinariamente fuerte y seguro que alguno se llevará un buen meneo, pero al final, con la fuerza de todos, ataremos a este Gulliver asalvajado que, créanme, amenaza la estabilidad del orden mundial como nunca antes otro locatis lo haya hecho antes en los últimos setenta y cinco años. Ya me entienden.

Gonzalo de Miguel Renedo es socio de infoLibre

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