Librepensadores

¿Y si 2017 fuera nuestro?

Mario Diego

Al ingenuo más optimista, que siempre ve el buen lado de las cosas sean estas cuales sean, no se le ocurriría calificar el año que hemos dejado atrás como el año en donde las cosas, desde un punto de vista social y humano, han ido a mejor.

Quizás haya sido un buen año para los traficantes de armas, tanto los arropados por los Estados como los que van por libres, que han podido atesorar en sus arcas beneficios considerables alimentando los conflictos armados que han arrasado una parte del mundo, llegando incluso hasta las puertas de Europa.

Por lo cual no es una casualidad si la mayoría de los países han aumentado el presupuesto militar, el nuestro no siendo una excepción a la regla. La ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, ya ha anunciado que el presupuesto militar para 2017 subiría aproximadamente de un 33%. Mientras, las escuelas, los hospitales, los servicios útiles a las población tendrán que apañarse con mucho menos y como puedan.

Probablemente también ha sido un buen año para los traficantes de carne humana, como en los mejores tiempos del esclavismo, quienes abusan de la población arrojada fuera de sus países por la guerra, las dictaduras, la miseria y el hambre; aprovechando la barbarie engendrada por el capitalismo y ante la mirada vaga de sus vasallos gobiernos.

Si creemos lo que nos dice nuestro gobierno enorgullecido a propósito de la disminución del número de parados, pero que calla el incremento de las personas que no entran en las cifras del paro sin por ello encontrar trabajo, que callan el incremento de la precariedad y de la pobreza, podemos concluir que también ha sido un buen año para las arcas de los Ortega, de los Botín y de sus semejantes, esto, sin hablar de las eléctricas, que empezaron este año como acabaron el precedente: vendiéndonos electricidad al precio que les da la gana y mintiéndonos como bellacos.

Los más ricos incrementaron sus fortunas explotando a la clase trabajadora sea el país en el que sea y tenga la nacionalidad que tenga. Desde un punto al otro del planeta, allí donde la explotación de niños, mujeres, hombres o abuelos, a expensa de las leyes y de la vida, pueda contribuir al atesoramiento de riquezas en sus arcas, allí encontramos esos arrogantes y poderosos ricos.

Por eso, si tuviese que emitir un deseo para 2017, ese deseo sería que la clase trabajadora, esté donde esté, sea cual sea la lengua que hable, utilice su fuerza y su protagonismo esencial e indispensable en la acumulación de riquezas atesoradas por la burguesía, para defender sus propios intereses y disputar al capitalismo el orden social que nos impone y que está llevando el género humano al abismo.

 

Mario Diego es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats