LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Especulación en el infierno: los intermediarios inflan los precios en medio del caos y la muerte de Gaza

Librepensadores

La justicia democrática

César Moya Villasante

Nunca había asistido al espectáculo que esta dando el Gobierno actual con la Justicia, con mayúsculas, que no debería perder ese formato.

Como viví con Franco muchos años conociendo bien la posguerra supe que la justicia en aquel momento no existía más que en la firma de un solo señor y eso lo sabíamos todos y no había más remedio que asumirlo. A nadie se le engañaba por mucha propaganda que se contara pero que era algo que nadie escuchaba excepto aquellos que tenían amor por el sistema , que eran muchos más de los que nos creemos.

Cuando llego la democracia, o lo que cada uno quiera interpretar, muchos fuimos los que tuvimos la ilusión de un mundo mejor y más cuando te crees que puedes hacer algo para cambiar el mundo. Y lo más importante para ello era una justicia universal y neutral. No juzgo los tiempos de Felipe en los que hubo muchísimas fuerzas externas que hacían muy difícil gobernar por las presiones de muchos estamentos anclados en la nostalgia. Pero nunca llegué a creer en el espectáculo al que hemos llegado con Rajoy porque, para mí, que trato de estar informado de lo que pasa, la situación es totalmente dirigida hacia lo que el Gobierno quiere, pero no tan claro como con el franquismo en el que no había engaño ninguno. Ahora tratan de hacernos creer que la justicia es igual para todos cuando nada de eso se produce. Para colmo, el actual ministro del ramo, un tal Rafael Catalá, es un servidor total de los deseos de su jefe quitando y poniendo a aquellos que interesa para tapar tantos casos de corrupción que vienen, esos si, desde aquel franquismo en donde “España era suya”. O sea, lo mismo que piensa Rajoy aunque no lo diga. Un ministro que además se muestra insultante imponiendo sus tesis a los cuatro vientos y criticando o alabando a fiscales o jueces, algo increíble en un ministro del ramo. Su verborrea le coloca en la situación de aquello que se dibujaba en La Codorniz como “pelota numero 1” o con otra numeración, que no le cabe al actual ministro.

Y lo malo es que todo esto no tiene solución. Sólo podemos hacer algo los ciudadanos cada cuatro años y ahora ni eso pues también se ha comprado la democracia a base de dinero. Dinero que sirve para imponer deberes o no con las deudas, con el déficit, etc.,de manera que manejando esos datos se puede anular a una izquierda que podría ser critica y a la que ahora se le llama populista como insulto. Esto lo hemos visto en Grecia últimamente y se vera allá donde pueda llegarse a un voto de estos populismos. No los de la derecha que también lo son.

También se han encargado de que los ciudadanos no tengamos opinión exceptuando el caso de internet donde, de momento , no pueden poner puertas a ese campo. Porque en medios de papel es imposible ante las presiones que también padecen cada dia por ese dinero mercado. Y no digamos en tv, donde los tertulianos se manejan al gusto, aunque ahí aun quedan algunos pequeños reductos críticos. Obviamente no en canales públicos y mantenidos en algunos privados porque dan audiencia antes las pocas posibilidades que existen de esa critica..

En resumen, la Justicia vive los peores momentos de nuestra historia reciente, los magistrados y juristas se manejan por el dedo de Rajoy al gusto de lo que puedan manejar con esa lacra de la corrupción en donde jamas, el presidente ha actuado con un castigo político y, al revés, ha defendido siempre a los presuntos corruptos , aunque luego les haya denominado como “ese señor al que usted se refiere”. Pero todos sabemos que de ese proceso vienen todos los males en su partido. Cuando un propenso a corrupción sabe que esta defendido por su jefe y conoce su impunidad, no se priva, incluso es reincidente como vemos a diario en gente próxima a la jefatura del partido. Y existen jefes de esos corruptos que exponen su desconocimiento del caso para defender su silla, pero nadie les puede creer. Casos como Esperanza Aguirre ya no engañan a nadie. Y no se diga que todos los políticos son iguales y que en todos los partidos existe corrupción. Está claro que potencialmente es así, pero en otros existen casos puntuales. El problema del PP es una jefatura que ha amparado a demasiados compañeros poniéndose al lado de ellos, o delante o detrás. Y dejando todo a que los juzguen jueces que, en muchos casos están elegidos, y, en otros saben que están mirados con lupa para su futuro. ________________

César Moya Villasante es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats