Librepensadores

'Hackers' al servicio de Dios

Ángel Lozano

La robotización y la digitalización global están de moda; son la nueva moda. Los males y las soluciones se encuentran en la tecnología, en la alta tecnología. Y últimamente en España, parte de la Iglesia, del catolicismo y del laicismo, se han mostrado muy preocupados por las misas y eventos religiosos emitidos por TVE2. En su defensa, unos demandan que se sigan televisando para que les llegue el evangelio de Cristo a todos los creyentes. Otros propugnan que con dinero público no lo sigan retransmitiendo. Yo no es que crea que la tecnología lo soluciona todo, ni mucho menos, pero algo ayuda en esta endiablada controversia.

Pues la solución es bien fácil hoy día: el catolicismo practicante debe crear startups que generen aplicaciones (apps) personales, y masivas, para ofrecerles cultos dominicales –misas sobre todo– a los que más lo necesiten. E igual decimos para los eventos de otras confesiones religiosas. Se trabaja ya en esas aplicaciones. Adeste fideles es la más perfeccionada.

Desde el móvil, iPad, iPhone y el ordenador –tan arraigados en nuestra sociedad actual– llevarán el bálsamo de paz espiritual a los que la necesiten. Adeste fideles generará un servicio a los ciudadanos ancianos, enfermos, impedidos, aislados y a otros posibles demandantes.

De paso, en el mismo paquete, se podrán bajar –casi gratuitamente, solo 2 euros de costo– otras liturgias católicas y sacramentales para no incordiar a la curia y por la gran escasez de esta.

Por ejemplo, la extremaunción de antes (ahora llamada unción de enfermos), el bautizo; bueno, casi todos los sacramentos hasta el matrimonio. Es de destacar la app del sacramento de la confesión Confessare, con skype incluido, con un programa de audio y vídeo de excelente calidad, y garantizando los derechos de privacidad de los chats. El sacramento más complicado de alejar en las apps es el del orden sacerdotal, que es más bien escaso, sobre todo en Europa y EE.UU., no tanto en África, Asia y Latinoamérica.

Solo hay un pequeño inconveniente en Adeste fideles, por ejemplo. Esos receptores de los sustitutos legales de los ministros sacramentales, de la sagrada liturgia eucarística, deben cumplir las mínimas normas para librarles de la asistencia física, presencial, en la actividad litúrgica o sacramental. Por ejemplo, la fiebre de un enfermo debe ser de más de 39º, media diaria, más síntomas gripales u otras dolencias e impedimentos de nivel superior. Solo podrán otorgar el VºBº de esas recetas o bulas católicas-médicas, aquellos que son capellanes médicos, curas sanitarios, como los curas militares, capellanes castrenses.

La alta robótica es también un gran avance para estos temas religiosos y sociales, aunque algunos informes sobre los empleos del futuro hablan de que sacerdotes, médicos, policías, maestros y artistas están a la cola de la lista de profesiones amenazadas por la inteligencia artificial. Pero existen ya –y más en un futuro muy próximo– robots con una excelente inteligencia artificial, muy desarrollados, que incluso pueden generar actividades curativas, cultos cristianos y litúrgicos. Buena solución para la gran carencia actual de vocaciones sacerdotales y monjiles.

Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y, de un costilla de Adán, creó a Eva. ¿Cuántos años le quedan a un humano para crear otros humanos en 3D?

El próximo evento Startup2017 tendría que acoger estas innovadoras aplicaciones y de utilidad religiosa social muy importante. Y habría negocio, por supuesto, generando nuevas oportunidades pues se calcula que hay más de tres mil millones de solicitantes. Creemos que la tecnología al servicio del catolicismo (y para otras religiones) producirá nuevas profesiones, y es uno de los sectores del futuro, de mayor rentabilidad y utilidad socioeconómica. La implementación de las tecnologías, apps, cambiará por completo el sector del consumo religioso y espiritual.

Ni que decir tiene su importancia y utilidad para eventos bélicos, hospitales, raptos, zulos, guerras, campamentos de refugiados, pobres de solemnidad, en los que el consumidor no tiene alcance al evento litúrgico en directo.

Quién nos iba a decir, hace diez años solamente, que iban a existir impresiones 3D, y la realidad virtual. La bioimpresión está cambiando por completo el mundo de la salud porque son capaces de fabricar estructuras tan complejas como huesos, cartílagos y hasta órganos y piezas especiales para las intervenciones quirúrgicas. Quién creería hace tiempo en la existencia de robots inteligentes que desempeñan todo tipo de tareas. O cómo íbamos a suponer que existirían apps para personas con discapacidad visual que les cambiarán la vida, por ejemplo que traducen semáforos.

Tenemos en nuestros móviles cientos de aplicaciones, cada vez mas sofisticadas, sobre música, cine, deportes, economía, la Bolsa, salud, viajes, aparcamientos, juegos, amistades, etc. Ahora se están imponiendo las apps de credo religioso, especialmente las citadas anteriormente, Adeste fideles, Robotchurchman, Confessare, etc.

Las últimas investigaciones están recopilando Big Data de católicos –practicantes y no–, de musulmanes, luteranos, budistas, etc. Este campo sería de mucha utilidad para incluirlos en los responsos y en las misas, y actos de difuntos. Así se sabría lo católico y practicante que era uno –mientras vivía– a través de sus móviles, redes sociales y ordenador. Para las cuentas con dios, que todo se sepa.

Que no nos pase como en esa portada de un periódico de tirada nacional que publicaba #YoSíVoyaMisa, donde aparecían personajes de las altas castas empresariales, políticas y de nobleza española, pero faltaban grandes ausentes en ese ranking de gran pelaje como Rato, Rita Barberá, Bárcenas, Granados, Urdangarín y su esposa Cristina, el rey emérito, el Bigotes, Trillo, etc.

En fin, nuevas profesiones, muy cualificadas, en torno al diseño y programación de apps de ámbito religioso esperan a muchos jóvenes. Y aunque no sean creyentes –de cualquier religión– o aún siéndolo no la practican, pero pueden mejorar su nivel de vida materialista, además de acrecentar la calidad de vida espiritual de millones de personas.

Habrá retransmisiones en directo vía streaming de los diversos cultos religiosos católicos y de otros ritos. Se realizarán eventos litúrgicos desde los platós de estas empresas o de los templos colaboradores. Y habrá apps de bendiciones urbi et orbi a tutiplénapps urbi et orbi para todos los reclamantes. E igualmente, para el consumo cristiano, se repartirán hostias consagradas ya por personal cualificado y debidamente autorizado. Estas startups, de gran emprendimiento e innovación empresarial, producirán pingües beneficios y elevarán el crecimiento económico y espiritual de España. Todo sea por atraer a los jóvenes al redil de la Iglesia y atender a los “más necesitados”, principal reto del actual presidente de la Conferencia Episcopal española.

Y dejen de polemizar que si dineros públicos para cosas privadas, que si lo televisen por TVE o por 13TV, o lo emitan en Radio María… Ya están al rescate de las cosas de dios los hackers con sus apps confesionales.

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Ángel Lozano es socio de  infoLibre

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