Librepensadores

Señoras y señores

Antonio García Gómez

La señora Ferrusola ha presentado su declaración de la renta y le ha salido a devolver 2.000 euros. Parece ser que la Fiscalía ha embargado esa cantidad. Por otra parte se desconoce si la señora abadesaabadesa, perdón Ferrusola, ha abonado los honorarios al gestor que le ha confeccionado la declaración...

El señor Montoro fundó Montoro y Asociados, una empresa para asesorar a empresas en sus "problemas y cuitas oficiales". Asegura que se desvinculó cuando se metió en política; la empresa multiplicó su facturación a raíz de ese hecho. Por otra parte, el Tribunal Constitucional declaró "ilegal" la amnistía fiscal diseñada por el tal Montoro, pura "forma sobre fondo" aseguran sus afines y, además, ha sido reprobado por la mayoría absoluta de los representantes de la soberanía popular. ¡Vamos, una bagatela!

Y más y más, una ristra, una reata, una ralea, una casta de "señoras y señores" que andan y se mueven en otros estratos de la configuración social, muy por encima de la media ciudadana, inocentes o culpables, presuntos en todo caso, con sus derechos intactos para pasar el mal trago, para dilatar, para recurrir, para escapar del atolladero... las señoras y los señores, la casta social que nos gobierna y mangonea y se enriquece a años luz de los pobrecitos que solo aspiran a llegar a fin de mes.

Y además van y se lo gastan en apuestas online, en alquileres desorbitados, en cañas de cerveza por encima de sus posibilidades, en fútbol, mucho fútbol, pan y circo... mientras engordan las arcas de los de arriba, señoras y señores, con una contestación oportuna a mano, o un desaire, o un mutis, o una defensa legal tan competente como onerosa.

Conformando un panorama desolador que ellos pintan esperanzador, entre trincones y gente de orden, tapando las vergüenzas de una población rasa que malvive o también se enriquece habiendo vendido su alma al diablo de la resignación, de la cobardía, de la pura supervivencia para intentar librar al mes ¿quinientos, ochocientos, mil doscientos pavos?, que si los junta con los de su pareja, pues igual, les da para ir tirando.

Mientras el espectáculo en la estratosfera de la vida ramplona y poco agraciada está servida en impune impostura que no cesa, tan leales al establishment que les asegura su respetabilidad, puesta a buen recaudo de la presunción de inocencia, que siempre se encontrará una gatera para escapar del aprieto, aunque haya que dejarse algunos pelos en el desenlace feliz.

Porque esta gente siempre logra un final feliz, con sus magulladuras, pero venturoso al cabo, porque son "señoras y señores" que "se lo han ido mereciendo todo" a lo largo de sus existencias plenas de sacrificios sin media por la ciudadanía rala y desagradecida.

Porque los vericuetos para irse de rositas son inescrutables para los del común, que bastante tienen con intentar llegar a final de mes y, de paso, entregarse al sano desahogue del "fútbol y más fútbol". Y que les perdonen a los galanes gladiadores del balompié sus descuidos fiscales. ¡No van a ser los paganos del montaje, con lo que nos divierten sólo cuando ganan!

Mientras las señoras y los señores han de reunirse a diario con sus asesores para despejar lo que pueden decir o no. Viven existencias muy sacrificadas, sin duda. ________________

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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