Los catalanes, fuera de la ley

En el problema que mantiene el Estado con Cataluña, hay opiniones para todos los gustos, pero en un punto concreto, no es difícil encontrar suficiente consenso: los catalanes están fuera de la ley. Y este problema, es la excusa perfecta que usa el Gobierno para no entablar un diálogo: no se puede hablar con quien está fuera de la ley. El problema reside en cómo pueden volver a esa legalidad. La lógica dice que, para volver al punto de partida, el camino más sencillo es desandar lo andado, y de esta manera, los catalanes podrían recorrer el camino de vuelta a la legalidad, pero eso implicaría que fueron ellos los que salieron de la ley, y aquí vuelven a haber opiniones para todos los gustos.

La sentencia de 2010 del Tribunal Constitucional, declarando inconstitucionales ciertos artículos del nuevo Estatuto de Autonomía catalán, artículos muy parecidos o iguales a otros artículos de otros estatutos de otras autonomías del Estado, que a día de hoy siguen vigentes. Esa sentencia puede ser considerada la que saca a los catalanes de la legalidad, al menos para muchos de esos catalanes. Desde su punto de vista, la Constitución ha dejado de ampararles. Ya no se pueden considerar iguales al resto de los españoles. Lo que antes eran unas reglas de juego para la convivencia de todos, se convierten en una imposición de normas que deben ser cumplidas. La ley ya no les defiende, solo les obliga, con lo que la ley deja de ser ley.

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Cierto es que esto no puede considerarse como un hecho absoluto. Como todo en la vida, es experimentado e interpretado de forma subjetiva por la gente. Pero sea cierto o no, es un relato que no puede ser ignorado, ya que para mucha gente sí que es cierto. Y da la casualidad, que esa gente es parte involucrada directamente en el conflicto. Precisamente es esa gente a la que se le está exigiendo que transiten un camino para volver a la legalidad. ¿Cómo pueden volver activamente a una legalidad que no abandonaron activamente?. Desde su punto de vista, se les echó de esa legalidad.

Personalmente, no me creo que el Gobierno sea ajeno a estos puntos vista, es más, creo que los usa de forma interesada para evitar entrar en un diálogo, donde sabe que no tienen ningún argumento (lo cual no implica que su adversario si que lo tenga). Y la razón que puede tener el Gobierno para no querer entablar un diálogo, creo que es para evitar la solución que agradaría a la gran mayoría de los españoles, que pasa por abrir un proceso participativo constituyente, para construir un Estado de consenso. En un Estado sentido como propio, la independencia carece de sentido. __________

Pau Drudis de Bonis es socio de infoLibre