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Tarde de reyes

Antonio García Gómez

Se acaba de aprobar la subida de los peajes en las autopistas españolas que dependen de la Administraciones del Estado –¡ojo, noticia verídica y a día de este 8 de enero!– sin dimisión alguna tras la debacle del fin de semana de nieve y ratonera para miles de compatriotas automovilísticos, a la espera de que ¿dimitamos todos?, acusados de no "haber tomado la decisión oportuna", poniéndose el viaje, por haber sido tan ilusos de que el Estado acudiese en su ayuda. Un dos por ciento de subida a día 7 de enero.

¡Dimisión ya! de la ciudadanía por torpe, naturalmente; ¡dimisión ya!, por dejarse atrapar por la nevada histórica, una más.

Y al cabo tuvieron que ir "funcionarios públicos", guardias civiles y militares, a salvar a los ciudadanos atrapados en una autopista privada, gestión pública salvando a la gestión privada, y de ¿los responsables de que todo funcione bien? Dimitamos todos porque ellos no lo harán, no saben, no quieren.

6 de enero: tarde de reyes, ideal para pasarla, por ejemplo, en el palco del Sánchez Pizjuán, como hizo a cuerpo de rey el ministro del Interior, o también para pasarlo de holgada sobremesa en tarde de reyes, aunque uno sea el ministro de Fomento, y, cómo no, para irse de vuelta de vacaciones por las autopistas de pago del Estado, la AP-6 y otras carreteras, dejados a su desgracia, a su desconsideración por osarse a salir a la carretera en... ¡enero!

Cuánto nevaba -¡nevada histórica, temporal histórico, nevada insólita, nevada imponente... temporal imprevisto!- y a ver si nos olvidamos cuanto antes, nos distraemos con cualquier otro entretenimiento, a merced de un Gobierno que, por ejemplo, acaba de pedir un crédito de 15.000 millones para pagar las pensiones a los ¿vividores? pensionistas, a razón de una subida de un 0,25% para esos joíos jubilados que no acaban de... morirse. Con nuestros gobernantes pesarosos porque no ¿hayamos dimitido ya?, porque ellos no tienen la menor intención de hacerlo, y cuando vuelva a nevar ¡históricamente!, volveremos a tener los mismos dirigentes contemplando cómo miles de compatriotas vuelvan a quedarse atrapados en la carretera.

Tomémoslo en serio. Tal vez , hoy mejor que ayer, haya llegado la hora de dimitir, la ciudadanía en pleno, asumiendo su responsabilidad, por intentar pedir cuentas, por dejarse atrapar por la nieve, por seguir sobreviviendo malamente.

Hoy un joven de 27 años contaba en la radio que tras haber terminado su carrera de Derecho, haber cursado dos másteres, ha logrado encontrar trabajo en un bufete de Barcelona, a razón de 900 euros mensuales, sin ninguna posibilidad de asegurarle continuidad indefinida. ¡Que dimita ya por quejarse!, ¿o no?

Y el Gobierno echa la culpa a la concesionaria de la autopista; el gobierno entonces, ¿qué carajo pinta? como para que no quepa que ¿dimita? nadie. La responsabilidad nunca es del gobierno, siempre es de los paganos de costumbre.

Así que correremos a dimitir, siquiera por vergüenza, siquiera por la alicuota responsabilidad de tener en el poder a quienes tenemos, ¿o tampoco?

Y, en cualquier caso, ¿cómo quedó el partido de fútbol, señor Zoido?, en horario de colapso con ya más de 2.000 conductores atrapados, mientras el señor De La Serna seguía en Santander. ¡Benditos! ______________

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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