Librepensadores

El mundo que nos espera

Jesús Moncho Pascual

“Si la vaca se tira un pedo, hace un agujero en el cielo”, explicaba muy didácticamente el guía turístico ante la vaca rumiadora en aquellos prados bucólicos de los campos y montañas llenas de verde. La emisión del vacuno, afirmaba el guía, contiene gas metano, retenedor del calor, causante del efecto invernadero en la atmósfera. Lo que no sabíamos nosotros en aquel momento es que en el mundo hay más de un millar y medio de millones de vacas, como aquella, que superan en contaminación atmosférica a la provocada por los automóviles rodantes. Además, todas las vacas del mundo se beben 170.000 millones de litros de agua al día, casi 10 veces más que el total de agua bebida por la población mundial, que es de 19.000 millones de litros/día. ¡Vaya! Y, mundialmente, el 50% de toda la producción agrícola de granos y legumbres es para la alimentación de animales. Un consumidor regular de carne de vacuno, como los vascos o los estadounidenses, requiere 13 veces más de tierra agrícola que un abstemio de esta carne. La pregunta es: la carne, la carne de vacuno ¿nos arregla o desarregla?, ¿es precisa la carne de vacuno?

Todo el mundo, hasta ahora, tenía o aspiraba a poseer un teléfono de mesa, un televisor, despertador en la mesilla de noche, enciclopedia en los estantes del comedor, reloj de muñeca, calculadora, diarios de mañana, radio, cadena hi-fi, traductor, máquina de escribir (algunos: fax), pronóstico del tiempo o juegos de entretenimiento, cámara fotográfica ... Todo y más, ahora prescindible. El iPad o teléfono inteligente de bolsillo lo resuelve todo. Todo por unos 300-400 euros; lo que antes costaba de 20.000-30.000. Ver para creer.

Y no se apure usted. Su niño, cuando cumpla 18 años, ya no tendrá que sacarse el carné de conducir, nadie lo podrá suspender. Los coches circularán con conducción automática. Es más, circularán con energía eléctrica renovable, más económica que las fósiles. Hoy, en las economías emergentes ya es un hecho: China ha alcanzado la paridad de ventas entre coches eléctricos y convencionales; India dice que antes de 2030 ya no venderá ningún coche de combustión a gasolina o diesel. Y los domicilios podrán ser autosuficientes en energía de origen solar. El petróleo dejará de ser el combustible rey. Bajará su venta y su precio; se usará principalmente para plásticos y similares, no como energía. Las principales crisis y desestabilizaciones mundiales intencionadas, por tanto, desaparecerán: guerras de Oriente Medio en las inmediaciones del Golfo Pérsico; en los alrededores del Cáucaso, como Ucrania/Rusia, Azerbaiyán...

¿Y qué decir de muchos trabajos, sobre todo los repetitivos? Desaparecerán del mapa, ya no será necesario realizarlos. Contables, conductores, armadores en cadena, almacenistas, camareros, cirujanos..., todos serán sustituidos por robots o inteligencias artificiales (algoritmos). ¿Y qué haremos ?, ¿destrozaremos o quemaremos esas máquinas porque suprimirán puestos de trabajo tal como hacían en Alcoy a principios del siglo XIX?, ¿podremos hacerlos esclavos nuestros, a los robots,  igual que hacían en la antigüedad los unos con los otros?, ¿pagarán impuestos o IRPF los robots?, si trabajan los robots ¿nos pondremos con una pierna encima de la otra?, ¿nos alargará (la robótica) la duración de vida y nos elevará el nivel de vida y por tanto aparecerán nuevos empleos sobre esta nueva realidad?

No sabemos qué pasará exactamente, pero sí sabemos que «cualquier tiempo futuro será... mejor». ______________

Jesús Moncho Pascual es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats