Librepensadores

No es por hacer demagogia

Santiago Rodríguez

Dice nuestro presidente del Gobierno que no se pueden subir las pensiones porque no podemos gastar lo que no tenemos, puesto que eso fue lo que nos llevó a la crisis.

No es por hacer demagogia señor presidente, por eso no voy a hablar de las pensiones de los banqueros o de los consejeros de las empresas de IBEX-35, ni voy a referirme al vaciamiento intencionado de la hucha de las pensiones, simplemente me referiré, de pasada, a la ingente cantidad de dinero que ha supuesto para las arcas públicas el rescate a la banca, que por cierto todavía no han devuelto, y lo que supondrá el rescate de las autopistas. Estaría bien que alguien nos explicara quienes son los canallas que nos tienen secuestrados, porque a pesar de pagar los recates no aflojan.

Pero a pesar de todo, nuestro presidente quiere mantener el sistema de pensiones y considera que para eso es necesario que la gente trabaje, aunque sean trabajos precarios, con salarios ínfimos y condiciones de esclavitud. Pero ocurre que el sistema es insostenible. Que hay mucho vago y mucho jeta que no quiere trabajar; que no puede ser que haya tantos trabajadores fijos, que son los culpables de la precariedad; y que hay muchos parados que defraudan al estado.

Por cierto, que no es por hacer demagogia, pero resulta llamativo que todas las soluciones que se ofrecen para resolver el problema de las pensiones, y que casualmente vienen siempre de la derecha, llámese bancos, tanques de pensamiento, periódicos de color salmón o políticos de ese lado del arco parlamentario, consistan en trabajar hasta los setenta años o en ahorrar desde que nacemos, pero no en que los ricos paguen sus impuestos de forma progresiva y que no evaden ni eluden sus obligaciones fiscales para con el pueblo o para con su patria.

Pero claro, esto de pedir que suban las pensiones es debido a que el pueblo llano ve que ha llegado la recuperación y, claro, la gente pide más. De hecho, la ministra de “Empleo” (el entrecomillado es mío), agradeció al presidente del Gobierno habernos sacado de la crisis, de forma justa y social, puesto que esto es lo que nos va a permitir mantener el sistema público de pensiones. Bueno, es tal la recuperación económica, que los mendigos, aparte de pedir limosna en los barrios ricos para que sus habitantes puedan lavarse la conciencia, ahora ya no se conforman con unas monedas, ahora quieren billetes.

Otro asunto sorprendente, no es por hacer demagogia, es que mientras que a los trabajadores les aplican una reforma laboral que les somete a salarios miserables, condiciones de trabajo deplorables y convenios de empresa negociados con los amigos del patrón que se traducen en precariedad y pobreza, a los poderosos y a los dueños de las grandes empresas no se les ponen límites a sus beneficios, ganancias, salarios y pensiones y, además, les permiten viajes de ida y vuelta a la política. Repito, no es por hacer demagogia, pero ¿para cuándo una reforma empresarial?

Y es que una cosa es que hayamos salido de la crisis y otra que tengamos dinero para gastarlo en aplicar la Ley de Memoria Histórica. Vamos, que el Gobierno no va a poder ni sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos, ni a desenterrar lo cadáveres de los rojos enterrados en las cunetas. Que sale muy caro. Pero eso sí, el Gobierno tiene dinero para repatriar a los muertos de la División Azul. Que no es por hacer demagogia, pero claro, no es lo mismo unos muertos que otros. Al fin y al cabo, aunque fue una guerra “entre hermanos”, los rojos son los vencidos y los otros los vencedores, o sea los antepasados de los que mandan. Y es que todo quedó tan atado y tan bien atado, que la Transición no concluirá hasta que la derecha rompa sus ataduras con el franquismo y se devuelva todo lo que el dictador expolió, así como el título nobiliario que alguien regaló a sus descendientes.

Bueno, que rompa sus ataduras con el franquismo y con Iglesia católica. Que no es por hacer demagogia, pero si algo diferencia a la derecha española de la derecha europea, es precisamente que estas ataduras la convierten no en una derecha conservadora como la de la Europa de nuestro entorno, como les gusta decir, sino en una derecha profundamente reaccionaria.

Y hablando de la Iglesia católica, a ver si algún día comenzamos a pasarles el cepillo en forma de IBI por todo su patrimonio y por el que se han apropiado, por el hecho de ser quienes son, bondad infinita. Insisto, no es por hacer demagogia, pero aprópiese usted de algo que no sea suyo y vera como acaba. Tampoco estaría mal que se aplicase al clero el mismo código penal o civil que se aplica al resto de los ciudadanos en los casos abusos a menores, violaciones o maltrato. No es por hacer demagogia, es simplemente aplicar un trato igualitario en la Tierra a todos los hombres, independientemente de la buena o mala voluntad que tengan. El resto que les juzgue su dios y les condene al infierno.

Otra muestra palpable de las ataduras de nuestra derecha reaccionaria con la Iglesia católica, aparte del nacionalcatolicismo, es que tiene que mantener a toda costa su presencia en la sociedad, empezando por los más pequeños. Y para eso elaboran una ley de educación, cuya iniciativa correspondió a nuestro actual embajador ante la OCDE, que no es por hacer demagogia, pero la reagrupación familiar del embajador corre de nuestro bolsillo. Una ley cuya finalidad era y es impedir que la religión desaparezca de la educación pública. Pero si España es un Estado aconfesional, tendríamos dos opciones, o no tener asignatura de religión católica o tener asignaturas de todas las confesiones, tanto monoteístas, que tanto bien han hecho a la humanidad, como politeístas. Y otra cosa, a ver si algún día, cuando llegue la izquierda al poder, si es que llega, se les ocurre romper el Concordato, que siempre se acuerdan cuando están en la oposición o en campaña electoral, pero luego si te he visto no me acuerdo.

Por cierto, lo del lazo morado en la solapa de nuestro presidente ¿es demagogia, populismo, oportunismo, cinismo, hipocresía o desfachatez? Sería conveniente que alguien de la derecha, un vocero, un portavoz, un columnista o un tertuliano, tuviera la bondad de aclarar las diferencias entre estos conceptos. Por sacarnos de dudas. __________

Santiago Rodríguez es socio de infoLibre

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