Librepensadores

Quiero una abuela

Felipe Domingo

El titulo feminizado de este artículo me lo presta, sin que les haya pedido permiso, una asociación nacida en Galicia que pone en contacto a personas mayores que no tienen nietos o a niños que tienen los abuelos lejos para favorecer las relaciones intergeneracionales e impulsar los afectos mutuos. Con parecidas finalidades existe una asociación en Castilla y León de Abuelos en lucha por sus nietos. Si concretamos sus finalidades, reduciríamos las mismas a los sentimientos de soledad, relaciones personales intergeneracionales y afectos.

Para completar el artículo, se añaden otras dos noticias de indudable transcendencia e impacto sociales. De una parte, las imágenes de la Familia Real española en Palma de Mallorca difundidas y comentadas profusamente desde diversos puntos de vista y, de otra, las contestaciones de los españoles encuestados a las preguntas del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre las relaciones de los abuelos con la familia y con los nietos, realizado en el mes de marzo, como si el CIS previera lo que iba a ocurrir el primero de abril en Mallorca. Sin duda, los abuelos están de moda. ¿O acaso la mayoría de los pensionistas tan manifestados no son abuelos/as?

A la salida de la celebración del solemne rito religioso en una fecha tan señalada como el domingo de Pascua, en el que la Familia real y muchos asistentes comulgaron, el obispo ofreció y se dieron la paz, se pidieron oraciones por los enfermos, los pobres, los refugiados, presumo... comprobamos de inmediato que no había dejado mucha huella espiritual.

Los españoles encuestados en el barómetro del CIS reconocen que la mayor contribución de los abuelos a la sociedad en su conjunto es la ayuda económica (37,7%), por delante de mantener a la familia unida (25,7%), cuidar de otros miembros de la familia (23,8%), dar cariño (23,4%), consejos (23,1%) y disfrutar de los nietos (17,6%). El 90,7% se reúne con los abuelos para celebrar días especiales como la Navidad o el cumpleaños, el 69,5% de los abuelos juega o ha jugado con los nietos y el 66% pasa temporadas o vive o ha vivido con ellos. El 13,3% califica de totalmente satisfactoria la relación con los abuelos.

El rifirrafe de la nuera Leticia a la suegra Sofía (olvido lo de la realeza) expresa lo que ocurre también en muchas familias españolas con el trato-maltrato que reciben otros muchos abuelos y por añadidura los nietos. La abuela Sofía, que ha disfrutado de todos los bienes materiales y de todas las ventajas reales, de pronto nos aparece sola, desolada y necesitada de afectos, de los de sus nietas, como éstas de los suyos, a pesar de ciertos actos reflejos que mostraron las imágenes. ¡Cuántos abuelos y abuelas habrán llorado con las imágenes al verse reflejados en ellas! Se dice que Doña Sofía también llora cuando se encuentra con los familiares que le quedan en Grecia al comentarles que no le dejan ver a sus nietas todo lo que quisiera. Y comentan las lenguas maliciosas y chismosas que las niñas Leonor y Sofía dicen en el colegio a sus compañeras que su madre no les deja ver a su abuela vegetariana “porque les da muchas chuches”. (Los chuches de Rajoy).

¿Quién defiende a las abuelas y abuelos hoy? Con la misma frecuencia y extensión que los mismos se han hecho imprescindibles en la vida familiar y los padres acuden a los abuelos y abuelas para que les echen una mano y, a veces, las dos y cuiden de sus nietos, cuando cambian un poco las circunstancias familiares o sin cambiar, por diversas razones y excusas, la mayoría irracionales y crueles, se aparta a los abuelos de los nietos. Se aborta su relación afectiva hasta entonces tan necesaria y fructífera. Lo expresan muy bien Pilar, Aurelia y Nieves, fundadoras de la Asociación de Castilla y León: “En ese infierno cotidiano que es la ausencia de conciliación familiar y laboral, con frecuencia los abuelos juegan un papel fundamental para auxiliar a parejas con hijos”. (Obsérvese que no hablan exclusivamente de matrimonio). “Hay quien lamenta ejercer de canguro, pero existe un reverso más desagradecido: ser apartado de sus nietos de la noche a la mañana”. “Nosotras solo queremos que se respete que somos una figura importante en la vida de los niños”. “Nos los arrancan de repente y eso no puede ser”, afirma la presidenta Nieves Hernández, “pasé de dar de desayunar, comer, cenar y acunar a mi nieta cada mañana y cada noche a dejar de verla de un día para otro”. “De un día para otro salí de su vida”. Al grito silencioso e interior de un padre, una madre o de los dos se repite con frecuencia la frase: “Si te he visto, no me acuerdo”. “Seguramente dos de las experiencias más satisfactorias de la vida son ser nieto y ser abuelo”, dice Donald A. Noeberg. “Los abuelos como héroes son tan necesarios para los nietos como las vitaminas”, reflexiona Joyce Allston.

¿Quién defiende a los abuelos hoy? ¿Tendrá la abuela Sofía, reina emérita, que acudir a los tribunales a solicitar el amparo que la ley le otorga? ¿Los tribunales le ampararán? Porque, si en todas las familias cuecen habas (y brócoli y garbanzos con costillas), también las cuecen en los tribunales por los que muchos abuelos peregrinan para conseguir determinadas relaciones personales y afectivas en un camino más largo y tortuoso que el francés a Santiago y con inmenso dolor. La pregunta parece banal y un sinsentido, pero reflexionada no lo es tanto. Aunque la ley es razón, que dice Aristóteles, muchas veces se convierte en pasión. Robar los afectos y la memoria nos deshumaniza, nos empobrece, nos aísla. Los afectos no se negocian. Las relaciones personales y afectivas de los abuelos con sus nietos son fundamentales para el desarrollo de su personalidad y la experiencia que les transmiten altamente beneficiosa. _______________

Felipe Domingo es socio de infoLibre.

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