Librepensadores

¿Y ahora, qué?

Felipe Domingo

Para triunfar se necesitan audacia y suerte, también talento. No sé si Pedro Sánchez tiene mucho talento, pero sin audacia y suerte, la que requería Napoleón para nombrar a sus generales, no se puede triunfar. Si a Pedro Sánchez le  hubiera faltado  audacia, no hubiera ganado la moción de censura. Atrás queda ya la crítica a la precipitación de su presentación, sin haber consultado a su ejecutiva y abrir negociaciones con otros grupos políticos. ¿Y qué decir de la suerte de Pedro Sánchez? Infinita. Zarandeado en el primer intento a la Presidencia del Gobierno por encargo del monarca, echado a los leones por su propio partido y declarado muerto políticamente, emergió como ave fénix para volver a liderarlo, y hoy es presidente del Gobierno. Y con todos los medios de comunicación escritos y radiofónicos en contra, que seguirán, como pude comprobar este jueves en la tertulia de 24 horas del Televisión Española, con la presencia de los directores de Abc y El Mundo. Toda una hazaña. Una suerte inmensa. Porque, incluso la decisión de acelerar la moción por parte del Gobierno del PP para impedirle negociar con otros partidos,  ha sido una bendición.

¿Y ahora, qué? Un gobierno FrankensteinFrankenstein. Y no porque lo haya dicho Pablo Iglesias, que hace dos años impidió su investidura, también para consolidar su liderazgo, el del nuevo Gobierno y para llevar a buen fin un programa claro, sencillo y útil para los ciudadanos españoles. El Gobierno plural, de coalición, recibirá ataques inconmensurables al principio, quizás en unos meses, incluso en el interior del PSOE, pero la audacia debe seguir, Sr. presidente ya, y  si manifiesta cohesión y lealtad, conseguiría la estabilidad política y el favor de los españoles que tanto se necesitan. El jueves, Pedro Sánchez le quitó razones adelantándose a los argumentos de Rajoy, invitándole a dimitir, y con un gobierno plural, también se los quitaría al desbancado PP y a Ciudadanos, los de gobierno débil, imposible gobernar con 84 diputados, gobierno Frankenstein, España se rompe, etc., etc.,  a medio plazo. 

El PSOE necesita no sentirse solo. El mantra, extendidísimo, de que no se puede gobernar con 84 diputados, decaería. Pedro Sánchez necesita  compañía. Y  el nuevo Gobierno necesita también autonomía y diferentes voces, a las que se tienen que acostumbrar los ciudadanos, pero todo presidido por la lealtad y la mayor de las cohesiones. Después de  años de muchas diferencias y desencuentros entre las fuerzas progresistas, ahora esas  diferencias y desencuentros han comenzado a manifestarse en las filas conservadoras. En los discursos de la sesión de investidura ha habido tantos ataques por parte del PP y Ciudadanos al PSOE, como entre PP y Ciudadanos. Por eso lo más lógico, sensato y útil sería un gobierno de coalición. Y me permito proponer una composición del Gobierno: un ministro de Juntos por Cataluña, otro para Esquerra Republicana, otro para PNV y dos para Podemos. Se tiene que convencer Pedro Sánchez, y aceptarlo los restantes grupos políticos, sobre todo el PNV, que siempre ha sido reacio a entrar en los gobiernos de Madrid. Sería muy interesante.

Ya digo que la principal argamasa para que un Gobierno así funcionara, tiene que ser la lealtad. Lealtad sin fisuras entre los ministros y entre los grupos políticos que gobiernan. Llevar a cabo el programa propuesto sin salirse ni una línea del mismo, ni exigir más de lo que puede dar, pero ofreciendo a los ciudadanos todo lo que se pueda ofrecer. Devolver a los ciudadanos la confianza en la  política. Si la moción de censura ha sido un acontecimiento inédito e inesperado en la política española, un Gobierno de coalición ofrecería a los ciudadanos eso con lo que tanto se llenan la boca los políticos, pero luego en la práctica no logran, la normalidad democrática. El diálogo, por encima de las diferencias. El acuerdo. La convivencia.

Hágalo, señor presidente. Le conviene, le conviene al país. Por lo menos, a mí me parece. Los medios de comunicación van a crear un ambiente negativo terrible, el director de Abc, ayer mismo, tildó de antidemocrática la moción de investidura; el papel de El País es lamentabilísimo, pero afortunadamente los medios de comunicación escritos y otros  ya no conforman la opinión de los ciudadanos, su influencia es muy pequeña, ya no logran poner o quitar Gobiernos, pero seguirán con el raca, raca, raca, aunque cada vez se separan cada vez más de los ciudadanos, tanto como se tilda a los políticos. El jueves y el viernes fueron dos de los días más gloriosos del Parlamento porque hubo un debate intenso y democrático amparado en la Constitución. _____________

Felipe Domingo es socio de infoLibre

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