Librepensadores

'Rompetechos' Sánchez

Amador Ramos Martos

“La mala fe política es acaso más delictuosa que aquella que castigan los códigos en los negocios privados”.Cánovas del Castillo.

En la tribuna de opinión “Días de miedo, días de obstrucción” publicada en El País el pasado 15 de septiembre, Paul Krugman, analizaba en paralelo la cronología de las crisis financiera y la económica provocada por la primera, tras la caída de Lehman Brothers como consecuencia del escándalo de las subprime.

Las rentas familiares de las clases medias y bajas en EEUU colapsaron. El desempleo se disparó de forma alarmante,  y con los tipos de interés prácticamente en el 0%, la única solución solo podía venir de la mano de políticas fiscales: rebajas impositivas a las clases empobrecidas por la crisis, en sincronía con el aumento del gasto (inversión pública) para estimular el empleo y el consumo. Dos elementos básicos que son la base del “capitalismo sano y social”.

Las medidas propuestas por el gobierno de Obama para encarar el problema del techo de gasto, resultaron insuficientes, y de corto vuelo, como consecuencia de la oposición de las autoridades monetarias de EEUU a las políticas del gobierno dando prioridad, al control del déficit sobre la creación de empleo. Con el argumento falaz de que el problema, eran el déficit  y la deuda y no la destrucción de puestos de trabajo.

Los efectos del colapso financiero se mitigaron en un plazo razonable. Pero las medidas insuficientes, no lograron reactivar la economía ni recuperar el empleo al ritmo deseado. ¿La causa? El partido republicano realizó una oposición, calificada por Krugman de “arrasadora” contra Obama. Amenazando incluso con la posibilidad de provocar una nueva crisis financiera si este, revisaba al alza el techo de gasto impuesto por aquellos. Invocando cínicos como coartada, la “responsabilidad fiscal”.

Años más tarde con el Partido Republicano en el poder los mismos ortodoxos vigilantes del déficit, regalaron una rebaja fiscal a las empresas y a las rentas más altas (los ricos)  independientemente del posible incremento del déficit que esta medida desencadenara.

La duración de la crisis económica (resuelta la financiera), fue originada por la mala fe política del Partido Republicano. Que como concluye Krugman y cito textualmente: “Los republicanos cínicos y de mala fe prefirieron sacrificar millones de puestos de trabajo a dejar que algo bueno le ocurriese a la economía mientras un demócrata ocupaba la Casa Blanca”.

Perdonen de nuevo mi tendencia a los como este... ¿largos preámbulos? Pero es asombroso aunque con matices, el mimetismo de esta situación, con la creada en nuestro país a raíz del intento del PSOE de aumentar el techo de gasto en 6.000 millones de euros. Contando para ello, con el visto de bueno de Bruselas y con el apoyo al Gobierno minoritario de Pedro Sánchez de: golpistas, populistas, bolivarianos, separatistas, radicales, anti sistemas...

Ya conocen el raca-raca-raca interminable de adjetivos al que recurren los líderes del PP y Ciutadans para desacreditar a la mitad del arco parlamentario, y a la mitad de ciudadanos de este país. Una murga de descalificaciones que empieza a ser insoportable, cainita y miserable.

Lo que debiera suponer un motivo de alegre consenso político para todos: el aumento del gasto (pactado con  Bruselas en una negociación política por parte del gobierno actual), se ha convertido en el nudo gordiano que, con mala fe, impide consensuar modificaciones al mejorable presupuesto dejado en herencia por el gobierno de Mariano Rajoy con el apoyo de Ciutadans.

Aliviar las consecuencias dramáticas para muchos ciudadanos de los recortes realizados durante el gobierno de Rajoy  con la colaboración de Rivera (su prótesis ideológica);  siguiendo disciplinadamente a pies juntillas las indicaciones de Bruselas, no es un escenario deseable por ambos.

Al contrario, la derecha/ultraderecha española, se ha enrocado en un discurso revanchista, con la finalidad exclusiva de arrasar el gobierno de Pedro Sánchez. Que accedió  al poder (les guste o no) con escrupuloso respeto de las reglas de juego en una democracia parlamentaria como la nuestra. Contando con el apoyo de los que Pablo Casado y Albert Rivera, consideran como la... “anti España”. Una deriva ideológica de ambos, que roza la paranoia.

Reflexionaba también Krugman en su tribuna, sobre si Obama, “apretó” al Congreso lo suficiente para mejorar los estímulos que permitieran controlar y aliviar la crisis. Pero lo que quedó meridianamente claro, es que los republicanos solo contribuyeron políticamente (con un consenso inusual y unánime sobre las causas y soluciones de la crisis) a lo contrario. A bloquear las alternativas y a dilatarla en el tiempo. Obama, no podía apuntarse el tanto de la recuperación de la crisis económica siendo el inquilino de la Casa Blanca.

En el fondo, lo que el trumpismo en EEUU en su momento; y el casado-riverismo en nuestro país nos están demostrando, es que: el déficit y la deuda son coartadas esgrimidas para arrasar políticamente a sus adversarios.  Su enfermiza obsesión, aplicándose a ello con saña a costa de prolongar la crisis, era, y es: impedir que Obama entonces, y  ahora Pedro Sánchez, se apuntaran el tanto político de aliviar la crisis económica.

Las consecuencias del trumpismo las estamos sufriendo a nivel planetario; las del casado-riverismo, con su actitud de bloqueo en el Senado a las decisiones de la mayoría parlamentaria del Congreso en su intento de modificar los presupuestos (6.000 millones de euros dan para tapar muchos agujeros) esperemos que nunca lleguemos a sufrirlas.

Un bloqueo que Pedro Sánchez intenta soslayar. Recurriendo para ello, a medidas “atípicas” parlamentarias. Que aunque dentro de la legalidad, cuando fueron usadas picarescamente por Rajoy en el gobierno, fueron criticadas por miembros del PSOE.

El dilema entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, tan frecuente y en nada ajeno a la actividad política, constituye un debate permanente. Que aunque irresoluble, debe estar en mi opinión siempre presente, para limitar al mínimo, los efectos deletéreos de la real politik.

Pero en cualquier caso, serán Casado y Rivera con su mala fe política y su insolidaria y antipatriótica oposición a la mejora del presupuesto, los que tendrán que explicar  a los ciudadanos los motivos para  impedir con su postura, el alivio del sufrimiento de muchos ciudadanos empobrecidos y precarizados por una crisis interminable.

Reproduzco la versión españolizada y con matices locales,  de las conclusiones de Krugman: “PP y Ciutadans, cínicos y de mala fe, prefieren sacrificar el alivio de la precaria situación de muchos españoles a dejar que algo bueno le ocurra a la economía mientras Pedro Sánchez, ese sociata radical y rompetechos del gasto” ocupe... ¿por cuánto tiempo?... el Palacio de la Moncloa”.

PD:  “Rompetechos Sánchez”: ladran detrás de ti Casado y Rivera, luego... cabalgas (según algunos cínicos patriotas) con la escoria nacional antiespañola a la grupa, en la buena dirección... hacia adelante.

Amador Ramos Martos es socio de infoLibre

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