Librepensadores

Arbitristas

Javier Paniagua

A finales del siglo XVI y en el siglo XVII, surgieron una serie de autores que quisieron dar soluciones a la crisis económica, social y política por la que atravesaba el imperio de la monarquía austriaca. Se les aplicó el nombre de arbitristas porque proponían arbitrios, remedios, para subsanar los problemas de aquella España que comenzaba a tener conciencia de la decadencia de los reinos. No puede establecerse un denominador común para todos ellos. Hubo autores cuyos análisis han sido bien ponderados por los historiadores de la Economía como Luis Ortiz, Martín González de Cellorigo, Sancho de Moncada, Valle de la Cerda, Fernández Navarrete, Tomás de Mercado, Martínez de la Mata o el catalán Narcís Feliu, entre otros. Muchos enclavados en la denominada Escuela de Salamanca, porque en su mayoría desarrollaron sus actividades intelectuales en esta ciudad además de Valladolid y Toledo, influidos por el mercantilismo de Colbert. Emitieron sus memoriales a la Corte sin que existiera unidad en sus propuestas, cada uno insistía en un aspecto (la emigración, la pobreza, la presión fiscal, la falta de técnicas apropiadas, la ganadería ...). Otros autores elaboraron propuestas descabelladas e inviables. De hecho, Cervantes o Quevedo los ridiculizaron en sus obras y el término acabó con un sentido peyorativo. Pensaban que si se ponían en práctica sus soluciones la riqueza volvería sin dilación y la monarquía hispánica resplandecería para continuar manteniendo el poder del imperio.

Este pensamiento arbitrista ha dejado rastros en nuestra manera de analizar los acontecimientos. En diarios, digitales o revistas aparecen variadas interpretaciones y propuestas de soluciones sobre lo acontecido en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. El PSOE pierde 14 diputados (de 1.409.042 votos en 2015, el 35,43%, pasa a 1.009.243 en 2018, el 27,95%) y 399.799 votos menos, y no digamos si la comparación se hace con las de 2008 que sobrepasaron los dos millones de electores (2.178.296, el 48,1%) En estos diez años, el PSOE ha ido disminuyendo sensiblemente su base electoral después de 36 años de ejercer el gobierno de Andalucía. Pero tampoco el PP ha tenido mejor suerte puesto que también ha sufrido una disminución importante, (de 1.064.168 votos en 2015 ha pasado a 749.275 en 2018, una bajada de 314.893 electores, con unos porcentajes del 26,76% al 20,75%, y si nos retrotraemos a 2008 obtuvo 1.730.154 votos, el 38,45% en diez años una disminución de 980.879 electores,) Y lo mismo la coalición Adelante Andalucía (Podemos-lU) que en 2015 iban por separado y entre los dos sacaron 863.938 (590.011 Podemos y 273.927, IU) mientras en 2018 juntos han llegado a 584.040, el 14,84% una pérdida de 279.898 electores. Solo Ciudadanos (de 368.988 en 2015 a 659.631 en 2018, un aumento de 291.753) y Vox (de 18.017 en 2015 a 395.978 en 2018, una subida de 377.961 votos) han crecido y especialmente este último al que ninguna encuesta le daba los 12 diputados obtenidos. Estos partidos son nuevos en el ámbito político español, Ciudadanos cuenta con algunos concejales, pero no controlan ninguna institución autonómica ni ha gobernado en España. Es decir, son organizaciones de nuevo cuño sin apenas tradición en la gobernabilidad. A partir de los resultados se disparan las interpretaciones: desgaste del PSOE por la corrupción y los años de gobierno sin alternancia; crisis de la socialdemocracia en Europa; poca renovación en los órganos socialistas de Andalucía; escaso liderazgo; la influencia de la crisis catalana en los elementos unitarios predominantes en Andalucía; la crisis inmigratoria, la falta de sintonía del PP con unos líderes poco empáticos, la subida en Europa de la derecha radical… Es decir explicaciones plurifactoriales que en el fondo no señalan una determinante o prioritaria como ocurre frecuentemente en los análisis de las ciencias sociales.

Los científicos de Física o Química saben, por lo general, señalar la proporción, mayoritaria o minoritaria, de lo que interviene  en los cambios, y cuando en la Sociología o la Historia se están refiriendo a una multiplicidad de factores es que no existe la seguridad de cuál es el factor dominante o en que grado interviene cada uno de ellos. ¿Y si todo fuera el cansancio social de ver a los mismos sin que los problemas acumulados, que siempre existen en las sociedades a pesar de que muchos se hayan solucionado, continúan o se crean otros nuevos gestionados por los de siempre? Vivimos en una sociedad líquida donde el cambio de todo forma parte de nuestras vidas (la moda, la tecnología, los automóviles, la decoración, la gastronomía, las relaciones familiares…), ¿y por qué no también las opciones políticas? La única gran propuesta que la oposición ha hecho en la campaña electoral que más se ha destacado es que el PSOE llevaba ya mucho tiempo gobernando. Y conviene recordar que la palabra cambio fue el eje de la campaña del PSOE en 1982. ______________

Javier Paniagua es socio de infoLibre

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