El mercado

Por siempre el mercado y el beneficio neto y recogido en arcas a repartir entre muy pocos.

La navidad incita al mercado, como otras promociones, campañas y estímulos de idéntico cariz, y un año más está con nosotros, para ¿hacernos más buenos y felices?, a merced del volumen que cada quisqui ha de adquirir para asegurar ese gozo navideño.

Y entre los primeros a quienes asegurar esa alegría incontenible están los niños, ya escribiendo sus cartas, haciendo su lista de necesidades y caprichos imperiosos y lúdicos.

Ante lo que les echen encima, el papá Noel y los Reyes Magos, primero el uno y luego los otros, indistintos, y de uno en uno, con tal de que la chiquillería pase por todo, que pasa, incluso dejándose fotografiar… en el mercado de los juguetes y los colorines de espumillón y bolas de luces.

Y cueste lo que cueste, el gasto masivo está asegurado, incluso “a fiado”, que ya se pagará.

Sin escatimar, en base a un despliegue de gasto y más gasto que contente, siquiera a todos los pagafantas que constituyamos una felicidad impostada… aunque logremos acuñar una deuda que nos estrangule un poco más.

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre