Librepensadores

El muro

Antonio García Gómez

El muro es el nuevo signo de los tiempos. El muro que separe... ¿a los buenos de los malos? La empalizada, la valla erizada de concertinas que sajan la carne, los pontones y los campos minados, los límites con aduanas, policías, las fronteras inaccesibles, las alambradas electrificadas... Al cabo, los muros que impidan el paso a los extraños, extranjeros, ilegales, muertos de hambre y pánico, dejando afuera a los foráneos y cerrados dentro a los de casa.

Hace muy pocas décadas el mundo celebraba esperanzado, ingenuo, la destrucción, el derribo del muro de Berlín, aquel muro emblemático de un mundo ¿alienado?, ¿enfrentado?

En contra del apartheid, del miedo y el odio visualizados, en directo, o en documental entretenedor, en contra de la hermandad universal, la Justicia universal, a favor de la aldea global, vana ilusión o descarnada distopía, con millones de desgraciados confeccionando objetos de medio pelo que habrán de consumir, entusiasmados, los ciudadanos de medio pelo que crean que ellos sí pueden "comprar, comprar y comprar", por el puro arte y disfrute de comprar... las migajas, en nombre de la felicidad y hermandad de "los buenos", encerrados tras sus muros edificados con el dinero de quienes hayan de quedarse afuera.

Porque dicen y no callan, proclaman y jalean que todos no cabemos y que ellos dictarán los que habrán de caber. Sin cortarse. Porque ellos son los somatenes de los poderosos, testaferros del dinero y el poder.

Porque ellos lo repetirán, que al fin saben muy bien lo que hacen, mientras erigen los muros que permitirán el enfrentamiento asegurado.

Hasta lograr erizar más y más las almenas desde donde gritarán los titiriteros del poder que ¡ellos los primeros!, siempre los primeros contra los primeros. Hasta que no quede nada que esquilmar, aunque hasta entonces... ______________

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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