Librepensadores

Yo no voto

Jorge Torres

En estos tiempos aciagos (como casi todos, para los de abajo) se nos "da" nuevamente la posibilidad de acudir a las urnas para elegir a nuestros representantes... ¿Representantes?

Desde que tengo uso de razón, en lo único que escucho o leo unanimidad de criterio entre partidos políticos, periodistas, sindicatos, patronal, creadores de opinión y demás farándula, es que una alta participación es importante, que es una irresponsabilidad no votar y quedarse en casa, que es nuestro derecho y casi nuestro deber como ciudadanos votar.

Entiendo que un chaval de 18 años se ilusione con algún proyecto que quiera cambiar el mundo, pero los que ya pintamos canas deberíamos estar más que escaldados para saber que esto no funciona... Me refiero al sistema.

Mi cuota de paciencia hace años que se colmó. Harto de mentiras, medias verdades, manipulación, falsedad, cinismo, postureo, veletas y miles de promesas incumplidas, he decidido no votar (en realidad lo decidí hace muchos años. Es más, nunca he votado).

Votar es un acto de extrema delicadeza, de suma responsabilidad. Con el voto das tu aval y confianza a un proyecto y personas para que te representen, legitimas y mantienes el actual sistema que, a poco que lo analizas, te das cuenta que en origen está trucado. ¿Alguien realmente se creé que con el actual régimen de partidos está representado?

Unas elecciones no tratan de elegir al "menos malo" y alegrarnos que haya perdido el candidato que repudiamos, no. Es el instrumento con el que contamos para expresar nuestra voluntad, nuestra forma de ver la vida, la sociedad que queremos construir entre todos, pero si no se cumple la condición indispensable de la verdadera representación y separación de poderes, todo lo demás se viene abajo. Por mi parte, hasta que las reglas no cambien, que no cuenten con mi confianza.

Pero... ¿cómo van a cambiar las cosas si no votas? Lo que tengo muy claro es que votando seguro que no cambian, a los hechos me remito.

Una abstención "activa", consciente y responsable de una gran proporción de la población, deslegitimaría al actual régimen de partidos y abriría la posibilidad de un periodo de verdadera libertad constituyente, no como el de 1978.

Un poco utópico, tal vez, pero a lo que sí me niego es a mantener la farsa actual. _______________

Jorge Torres es socio de infoLibre

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