Librepensadores

Sobre la práctica periodística

José Antonio Villar Oiarzabal

Desde la política y, sobre todo, desde el periodismo se reivindica la libertad de expresión como indispensable y no hay duda de que la reivindicación es justa, pero no en términos absolutos.

Las libertades, todas, tienen sus líneas de frontera que no se pueden traspasar sin vulnerar la ética en general y la profesional en particular.

Ni la ética política ni la periodística ni ninguna otra permiten la libertad de mentir ni dar por buena la mentira, tergiversar o aceptar la tergiversación, insultar o no condenar el insulto, manifestar o aceptar como ciertas las afirmaciones, dudas o negaciones especulativas, interpretativas, subjetivas sin fundamento de objetivación sobre cualquier persona o circunstancia.

Soy testigo de la existencia y de la actividad impecable de algunos políticos y periodistas, no demasiados, pero también de la práctica demasiado habitual de manifestaciones políticas y periodísticas no respetuosas con lo que creo el límite de la ética profesional.

Las famosas 5W traducidas “quién” “qué” “cómo” “cuándo” “dónde” que todo periodista ha estudiado al inicio de su carrera y que supuestamente deben constituir la base de la objetividad de un relato sólo serán objetivas si son verdad y otras dos que algunos añaden también en el lote “porqué” y “para qué” son siempre especulativas, interpretativas y subjetivas si no existe una confesión explícita del sujeto o sujetos actores del hecho.

Llegado hasta aquí en mi exposición, presumo con cierto fundamento porque ya estoy acostumbrado a ello, la pregunta que se harán algunos: ¿Quién es este individuo que se permite darnos lecciones de periodismo o de comunicación política a quienes tenemos experiencia de tantos años de profesión?

No es mi propósito aleccionar a nadie, pero sí poner ante el punto de mira critico las actuaciones impropias que se pasan por alto.

En cuanto a mí como individuo pensante, puedo afirmar que a este individuo no le ha gustado nunca “fardar” de “entendido” en este tema ni en ningún otro, ni ha contratado nunca a nadie para buscar o vender esos reconocimientos, pero lleva más de medio siglo estudiando, analizando, trabajando y criticando, sin mucho éxito por cierto, las actitudes que ve fuera de lugar según su disciplina de la Teoría de la Comunicación Humanística susceptible de constituir un alegato multidisciplinar de Comunicología, término sin reconocer aún por la Academia, que publicó en una tesis ad hoc. Puede presentar, naturalmente, las acreditaciones académicas (de verdad y no regaladas ni compradas) de las diversas universidades que le ha sido dado pisar.

Soy pecador, sin embargo, pero con propósito de enmienda si se me llega a convencer del error de mi pecado, de confesarme independentista vasco, aunque defino claramente el concepto y confieso explícitamente su “porqué” y su “para qué” de forma que se entiendan, si se quiere, por quien quiera, porque todo el mundo puede.

A los pecadores como yo, no se les suele permitir en la mayoría de los medios la intervención equilibrada ni en número ni en tiempo con respecto a los virtuosos de turno, pero en infoLibre se han publicado enteramente mis escritos. Pena que resulto minoría pecadora dentro de una mayoría de virtuosos.

Nadie ha querido ¿o tal vez podido? rebatir, ni siquiera debatir, las afirmaciones que he publicado de una o de otra forma ni responder a las preguntas sin dobles intenciones cuyas respuestas suelo esperar directas, que es lo más sencillo, pero salvo algunos indicativos de que mis preguntas son razonables y lógicas, me encuentro con respuestas-pregunta que sugieren la interpretación, subjetiva claro está, de que se me atribuyen determinadas y no confesas intencionalidades ¿perversas? escondidas en ellas.

Se hacen, además, tantas afirmaciones sin fundamento razonado ni razonable y se incurre tantas veces en el nivel de los insultos, aceptándose generalmente todo ese paquete como bueno, que uno se ve abocado a pensar que va a necesitar todo el resto de su vida para combatir amablemente, pero sin resultados probables, esas prácticas que considera detestables.

No dejaremos a pesar de todo de perseguir la utopía. ____________

José Antonio Villar Oiarzabal es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats