Ten points to...

Cuidado que a los políticos del Congreso les puede pasar como a Eurovisión, que pierdan nuestro respeto y votemos a Chiquilicuatre en las próximas elecciones.

Recuerdo cuando era pequeña y el certamen de Eurovisión juntaba a la familia al completo delante del televisor; ver a un jurado dar los ten points a nuestro intérprete generaba en nosotros una sensación de pertenencia a un país importante. Por eso nos implicábamos en la elección de nuestro representante; le dedicábamos tiempo porque era un tema serio.

Hoy ya han pasado bastantes años desde aquello y Eurovisión —a pesar de seguir teniendo sus seguidores— no es un certamen que interese a la gran mayoría de las personas que vivimos en España. Incluso llegamos a mostrar nuestro desprecio enviando como representante a Chiquilicuatre.

Pero quizás hoy esa actitud de protesta a la española: reírnos de aquello que no respetamos o que incluso suponga un problema que no sepamos cómo resolver, sea un peligro no calculado por nuestros políticos. Hemos hecho chistes sobre la corrupción, la familia Real, el independentismo o el mismísimo Bin Laden, pero ojo, que nuestra capacidad humorística no toque la mano con la que votamos. Porque se me ocurre, que si votando a la derecha, gobierna la derecha, y votando a una izquierda incapaz de pactar, también acaba gobernando la derecha… ¿por qué no votar a Chiquilicuatre? Gobernaría igualmente la derecha, pero como decía el gran Gila en El paleto y las bromas de mi pueblo "Me habéis dejao sin hijo, pero me he reído…".

Beatriz Agudo Freije es socia de infoLibre