Directo
Ver
La gran paradoja del 21A: un Parlamento más soberanista, una ciudadanía menos independentista

Librepensadores

Uña y carne

José M Barrionuevo Gil

Muchas veces nos encontramos como extraños, cuando nos vemos obligados a sobrevivir. Aunque esta palabra, sobrevivir, tenga más letras y más sonidos, nos rompe siempre la armonía que pueda llevar un sencillo vivir. Sobrevivir nos estira el arpegio de nuestro vivir y nos obliga a forzar nuestra existencia, sin permitirnos poder dar la nota. Desde pequeños hemos ido, no sin esfuerzo, pero sí con un natural propósito de conocernos, “pasito a pasito”, descubriendo nuestras posibilidades. Incluso antes de ponernos de pie, descubrimos nuestras manos y nuestros pies y, aunque sea sin querer o sin poder, llegaba un momento en el que inconscientemente nos preguntamos: “Pies, ¿para qué os quiero?”. El arriesgarnos a andar ya nos suponía una vivencia extraordinaria. Nos permitía más autonomía, incluso más libertad, ya que las manos se nos quedaban libres para alcanzarlo todo, eso sí, menos nuestros sueños.

Con los pies y las manos libres ya podíamos, poco a poco, ir pensando en su funcionalidad, hasta que un día, sin que nos lo dijeran los padres de la patria, ya podíamos hacernos un par de preguntas, aunque no tuviéramos una respuesta totalmente acertada ni adecuada. Nos cuestionábamos el cometido de nuestros pies y de nuestras manos y les podíamos preguntar: “Pies, ¿adónde vamos?”, “manos,¿qué hacemos?”.

En nuestra andadura humana y social, pues no queremos simplificar diciendo “nuestra andadura ciudadana”, ya que hay personas que no viven en ciudades y ni siquiera en pueblos, si es que viven, muchos hemos conseguido solamente sobrevivir social y políticamente.

Casi desde siempre hemos podido aprender lo que cuesta conseguir avances sociales y humanos y a la vez nos hemos dado cuenta lo pronto que se nos arrebatan, porque las leyes estaban preparadas para el asalto y el atraco antidemocrático.

Siempre el tiempo nos ha ido aclarando las ideas y los sistemas y hemos podido ver y hasta contemplar cómo la política se ha ido acercando al pueblo, pero cuidando de que el pueblo no se acercara mucho a la política, porque de cerca todo se vuelve más diáfano.

Hemos podido ir constatando, en más de cien años, cómo las migajas de participación y de representatividad, se nos han ido racionalizando y racionando. Por ello hemos podido ir viendo que lo que nos hacía falta se iba consiguiendo arañando poco a poco para no herir susceptibilidades pues el poder se podría revolver y “darnos en las manos”. Se han tenido que aguantar poderosos golpes del poder que echaban por tierra todo lo conseguido.

Domésticamente hemos podido observar que las izquierdas se han dejado llevar por las ideas matrices de sus líderes o de sus principios. Recientemente, no se han sabido articular bien las manos para llegar a unos acuerdos de unidad, porque no se ha contado verdaderamente con los compañeros de filas. No nos gustó el almibarado Unidos Podemos, porque descafeinaba a IU y la gente se puso de los nervios y, tanto, que hasta militantes de IU que habían ejercido de interventores no le concedieron su voto a la coalición y así no se consiguió sumar. Habría que haber afinado y decir Podemos con IU..., para seguir arañando por el bien de la gente y que la gente lo supiera de una vez.

Cuando había peligro de cisma, se podía haber aprovechado para aprender a ponerse de acuerdo y ya se hubieran ido afianzando los cimientos, porque, si no, una dana mediática podía añadir más destrozos y llevarse los puentes que se estaban construyendodana. Si desde fuera se estaban recibiendo embestidas de montajes mediáticos y políticos, no valía que se nos desgajaran demasiadas ramas para que la riada no nos permitiera ni pescar. Nos cayó regular, en principio, que Más Madrid no hubiera sido una marca blanca de Podemos con IU,si, como sabemos, no solo no se consiguió recuperar la Comunidad de Madrid, sino que también se perdió la Alcaldía.

Sabemos que las izquierdas deben ser uña y carne, pero para curarse en salud, tiene que conseguir que el PSOE se vea obligado a apoyar un gobierno progresista y no a liderarlo, sabiendo como sabemos, que hace de su capa un sayo y además de mentir tiene extraña mala memoria y, a veces, peor voluntad. Si “es liberal y no de izquierda”, como dice la veterana Susan George (de ATTAC), habrá que recordárselo constantemente a la gente. Porque las izquierdas son uña y carne, tienen que tener mucho cuidado de que no se le levanten padrastros, porque es mejor prevenir que curar.

José Mª Barrionuevo Gil es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats