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Librepensadores

Votar o no votar, esa es la cuestión

Juan José Torres Núñez

No hay espectáculo más terrible que la ignorancia en acción. J. W. Goethe

En las próximas elecciones del 10 de noviembre, el descontento de los votantes de izquierda es tan grande que con su enfado no saben si votar o no votar. Esta cuestión se parece mucho a la de Hamlet en su famoso soliloquio To be or not to be, en la obra de Shakespeare Hamlet(3.1, 58-92). La situación del protagonista es tan dramática como la de España en estas nuevas elecciones porque los votantes de izquierda no pueden aceptar que los políticos a los que ellos dieron sus votos no hayan tenido la inteligencia suficiente para formar un Gobierno progresista, cuando tenían esa posibilidad. ¿Por qué la han desaprovechado y ahora nos exponen a un resultado incierto?

To be or not to be lo traducimos al español por “Ser o no ser”, pero en el soliloquio significa “Me suicidio o no me suicidio”. Hamlet se muestra muy indeciso en sus palabras. Esta indecisión, que se expresa con su locura, se convierte en una idea muy significativa en la obra, pues a través de la locura Hamlet quiere cambiar la corrupción del Estado. Las elecciones del 10-N son también una locura, pero tenemos que evitar un espectáculo en donde se ponga de manifiesto nuestra ignorancia si no votamos por una sociedad progresista que pueda acabar con la ley mordaza, resolver el problema de los alquileres, subir el salario mínimo interprofesional, acabar con los desahucios, subir las pensiones de acuerdo con el IPC, dialogar y no amenazar a Cataluña con el 155, entre otras cosas.

El soliloquio de Hamlet está dividido en dos partes muy bien diferenciadas: suicidarse o seguir viviendo. Los versos de la primera parte están llenos de imágenes sobre la muerte. Se trata de un debate, un monólogo sobre el valor de la vida: ¿vale más resistir o acabar con todos los problemas? Sin embargo, en la segunda parte, que empieza con el verso “But…” [Pero…], la idea de quitarse la vida la resuelve con el firme propósito de no suicidarse. Con su reflexión Hamlet concluye que es mejor resistir y luchar, pues lo contrario significa morir como un cobarde, incapaz de enfrentarse a la vida y a la corrupción del Estado.

La indecisión y la idea de la abstención de las fuerzas de izquierdas se parecen mucho a la situación de Hamlet. Él es un hombre del Renacimiento que ve el nuevo “yo” y la nueva individualidad como sujetos políticos. No acepta el viejo mundo de la Edad Media, que hay que dejarlo atrás. En nuestra sociedad, tampoco debemos aceptar el mundo viejo de la derecha. Tenemos que crear una sociedad nueva que sea capaz de acabar con las desigualdades que causa el neoliberalismo, al concentrar toda la riqueza en unos cuantos. No votar, pues, en estas elecciones significa suicidarse: not to be.Lo mejor que desea la derecha es que la izquierda fragmentada se abstenga.

Somos conscientes de que existen muchas razones para abstenerse. Comprendemos a los que no quieren votar. Sin embargo, sabemos que al no votar creamos la posibilidad de que la derecha pueda formar un gobierno para recordarnos que las parroquias de nuestros barrios pueden arder si entra la izquierda, como ha manifestado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Otro ejemplo reciente ha sido el tener que escuchar las injurias y las calumnias de un miembro del partido Vox, Ortega Smith, al faltar a la verdad intentando borrar de la historia a personas que lucharon por la libertad y la democracia, como las Trece Rosas. Les tenía que dar vergüenza porque en 1936 nuestra democracia empezaba a andar y había un gobierno con una República legalmente constituida. Pero llegaron los criminales golpistas para llenar a España de sangre y miseria. Y esa sangre derramada sigue todavía en las cunetas, sin haberles dado una sepultura digna a esos miles que lucharon por la democracia (véase mi artículo Las cunetas de la vergüenza). Ellos no reconocen la Memoria Histórica y consideran que los que hay enterrados en esas cunetas son simplemente un montón de “huesos”. Como dijo Goethe, “[su] comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen”.

Somos conscientes, pues, de que los políticos de nuestras fuerzas de izquierdas han sido unos irresponsables al no ponerse de acuerdo para formar un gobierno progresista, como les pedían sus votantes. Han demostrado que son unos ineptos. Sin embargo, no nos queda más remedio que ir a votar. Sigamos el ejemplo de Hamlet y optemos por el renacimiento de una España nueva, llena de ilusión, esperanza, progreso y vida. Y olvidemos de una vez para siempre la vieja España, llena de odio, sangre, dolor y muerte. __________

Juan José Torres Núñez es socio de infoLibre

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