Librepensadores

Stop al fascismo

Felipe Domingo

Dos asuntos no han quedado claros en el debate electoral de los candidatos y bien que lo deploro. Se ha señalado con bastante acierto que no fue un propio debate electoral, sino mítines de cada uno de ellos. A pesar de que lo moderadores insistieron que se podían interrumpir cuando lo creyeran conveniente, los candidatos fueron tan educados que apenas emplearon el método y, sobre todo, no lo hicieron en los momentos oportunos.

Esos momentos fueron cuando Abascal dio su mitin machista, homófobo, anticonstitucional y, en definitiva, fascista, con la insistencia en la supresión de las autonomías, contra los inmigrantes y su acusación de delincuentes o la ilegalización de los partidos independentistas. Era casi lógico, por su incorporación a los Gobiernos de Andalucía y su apoyo en Madrid, que ni Casado ni Rivera se opusieran o interrumpieran ese mitín, pero lo deplorable es que ni Sánchez ni tampoco Iglesias lo hicieron. Iglesias lo intentó sin convicción, con poco éxito y ningún resultado, porque, cuando lo comparó con Salvini, Abascal lució un email en el que se oponía a sus políticas. Y es que los fascismos se acomodan a la realidad de cada país y no se desarrollan igual en todos los países, ni todos los líderes fascistas son amigos. Escribe Umberto Eco que “Mussolini no tenía ninguna filosofía, solo retórica. Empezó como ateo militante para luego firmar el concordato con la Iglesia y simpatizar con los obispos que bendecían los banderines fascistas”. “El fascismo en los años treinta era un totalitarismo fuzzy”. Declarar a Vox como un partido fascista nos parece prematuro e incluso sospechoso. Abascal se presentó como un constitucionalista reformista, conoce que le quedan todavía que recorrer kilómetros de discursos y blanqueo de su persona hasta avanzar mucho más, pero los medios de comunicación le están poniendo a él y a Vox una alfombra roja.

Y el posible Gobierno de coalición no lo contempla Sánchez ni por asomo. En el debate resucitó un discurso que fue del PP y que yo creía abandonado: dejar gobernar a la lista más votada, para desbloquear el panorama  político. Fue el discurso durante un tiempo del PP y le resultó eficaz después de las elecciones de 2016 porque logró la abstención del PSOE.  La derecha no lo hará. Con una seguridad peligrosa y una estrategia arriesgada porque parece que el PP no llegará a vencer al PSOE, por si acaso tendría que haber sido precavido. Ábalos insistía al día siguiente: "En un sistema multipartidista habrá que revisar las fórmulas para investir de acuerdo al sistema multipartidista”. Explíquese mejor, porque en este sistema, las coaliciones son la norma. Y otra vez, las derechas adelantan en sus políticas a los que se dicen de izquierdas. Otra vez, el ejemplo de Andalucía y de Madrid. El PP sabe que la política es tener el poder y sin obtener el primer puesto, lo tienen. A Pedro Sánchez se lo están negando las derechas y él, inasequible al desaliento, sigue pidiéndoselo, sin buscar el camino más corto, más lógico, más racional y más legítimo para él como sería un gobierno de izquierdas, para recuperar la calidad de la democracia y paliar las desigualdades que atenazan a los españoles. A pesar de la insistencia de Pablo Iglesias, todavía piensa Pedro Sánchez que le sonreirá la baraka. __________

Felipe Domingo es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats