Librepensadores

El huevo de la serpiente

Amador Ramos Martos

“Señores, no estén tan contentos con la derrota de Hitler porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al bastardo, la puta que lo parió está de nuevo en celo”. (Bertolt  Brecht)

En un artículo de prensa publicado por el periodista Andreu Jerez en eldiariocv.es previo a las elecciones europeas del pasado 26M, ponía el dedo en la llaga de un problema al que creo que no se prestó en su momento la atención que se merecía y del que ya sufrimos sus consecuencias. Se preguntaba el autor, si PP y Ciudadanos no debieran haber vigilado y tomar conciencia de las medidas adoptadas por los partidos europeos ante el auge de la ultraderecha

A la luz de los hechos y de la actitud adoptada por Casado y Rivera frente al desafío democrático que supuso la irrupción de Vox en el escenario político tras las elecciones andaluzas, lo ocurrido en la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid y el resultado electoral del 28A, está meridianamente claro que no se plantearon entonces, ni se plantean ahora, el dilema.

También, que no tienen la más mínima intención de hacerlo. Como quedó de manifiesto durante el debate del pasado día 4, en el que Abascal, berreó su discurso parafascista, entre el silencio “cuasi total” (salvo alguna alusión anecdótica) inexplicable, equivocado y de alto riesgo, del resto de partidos. Incluído, lo más grave tanto el PSOE como UP.

Casado y Rivera nos han colado –enfrascados en un proceso electoral interminable y sin salida aparente hasta hoy– su estrategia de blanqueo constitucional y democrático de Vox. Una peligrosa maniobra, cuyo fin último es recuperar (PP) o tocar poder (Ciutadans) a costa de quién y de lo que sea. Contribuyendo al hacerlo, a la degradación de la democracia.

Una actitud, que contrasta con la adoptada de forma consensuada y contundente por los grupos popular, socialdemócrata y liberal en la Eurocámara (donde PP, Ciutadans y también el PSOE están incluidos) respecto a los partidos de ultraderecha liderados por Le Pen y Salvini e integrados en el grupo Identidad y Democracia (ID). Un cierre de filas democrático frente a estos y bloqueo de cualquier intento de acceso a puestos de poder en el Europarlamento.

Una incongruencia obscena –frente a la actitud de sus grupos en la Eurocámara– dando carta de legitimidad y cediendo nichos de influencia política a Vox en parlamentos autonómicos y ayuntamientos. Y que finalmente, ha sentando a 24 diputados de este partido (de momento a la espera de los resultados del 10N ) en el Congreso. Considerado paradójicamente… “templo de la democracia”.

Un partido Vox, neofascista, con el que no hay que perderse en finuras y matices de salón acerca de su pedigrí democrático y constitucional. Mientras lo hacemos, en Europa y finalmente tambiėn en España, la serpiente del fascismo sigue incubando y engordando sus huevos en el nido de la democracia.

Lo que no deja de inquietarme es la posición del Europarlamento respecto al Grupo de Visegrado conformado por Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia. Los dos primeros, incluidos a su vez, en el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (CRE)  y al que la presencia de los tories británicos en su seno, dotaba hasta la fecha de credibilidad democrática. Una presunción errónea, que el potencial Brexit salvajeBrexit y las ultimas medidas adoptadas por el pijo de Eton y Oxford (en realidad un cafre político) Boris Johnson han dinamitado.

¿Porqué tanto el CRE y el Grupo de Visegrado no despiertan tanta alarma siendo como son, euroescépticos cuando no eurofóbicos declarados, con sus estados de derecho exhibidos en la picota populista como consecuencia de su deriva hacia el modelo de “democracia iliberal” y con políticas antiinmigración de marcado cariz xenófobo y equiparables a las de ID? ¿Por qué no existe cordón sanitario respecto a ellos? cordón sanitarioAlguien debiera explicarlo aunque creo que se debe a motivaciones geoestratégicas.

Santiago Abascal, que será lo que sea pero no es tonto, habiendo obtenido de la mano de Casado y Rivera (lo reconozca o no este último) su vergonzante pedigrí constitucionalista y democrático en España, rehúye ahora en Europa su alineamiento ideológico con el grupo de Le Pen y Salvini, frente al que el Europarlamento se muestra, de momento, más contundente en su rechazo y aislamiento político.

Con su inclusión en el eurogrupo del CRE -que irónicamente  incluye al partido flamenco independentista que protege a Puigdemont-, Abascal como buen lince ibérico sortea escenarios que puedan dificultar sus movimientos en Europa. Busca espacios mas seguros y menos acotados (de momento) ideológicamente. Lo que contrasta con la actitud  colaboracionista de la patriótica ¿ultraderecha? y también, con la equivocada inhibición de la izquierda en su intento por ningunearlo.

Bordeamos territorios peligrosos. El parafascismo cuando no el fascismo puro y duro, continúa ocupando espacio ideológico y político. Nada es creíble en la actitud adoptada por Pablo Casado desde que accedió al liderazgo del PP. Su salto mortal táctico desde el papel de crispador mayor del reino al de conciliador moderado; y lo más grave, el apadrinamiento democrático de VOX constituye una estafa y un insulto a la democracia española.

Sobre Rivera, el pufo político del siglo, que asiste de la mano de Casado como falso convidado de piedra a este degradante espectáculo, no pienso añadir más epítetos. Un personaje pueril y vanidoso que con sus caprichosos vaivenes, farisea involución ideológica y atrapado en su frustrado y patológico narcisismo, se descalifica por si sólo.

Y qué decir a estas alturas del bochorno provocado por la reedición del histórico desencuentro de la izquierda en nuestro país. Mientras la serpiente fascista incuba sus huevos, con el calor cómplice de PP y Ciutadans, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen encabronados en su particular greña. Un goyesco duelo a bastonazos de suma cero incomprensible para tantos ciudadanos.

La aún reciente historia de Europa nos ha demostrado, que el sistema democrático no es inmune frente al riesgo de acceso al poder de ideologías no ya anómalas sino aberrantes. No podemos alimentar de forma inocente a monstruitos ideológicosmonstruitos, que cuando crecen, reconvertidos en bestias, acaban devorando a la democracia.

No banalizemos a la serpiente parafascista que de nuevo, intenta, incubando sus huevos en el nido de la democracia, alumbrar un modelo malformado de esta. Aprovechando para ello los desencuentros o disputas (sería más exacto) irresponsables del PSOE y UP y la complicidad, pasivo farisaica de Ciutadans o colaboracionista activa del PP.

¿O es que hemos olvidado ya en las horas previas del 28A, la desesperada oferta de Pablo Casado a Santiago Abascal para entrar a formar parte de su proyecto de gobierno, afortunadamente, imposible y… frustrado? ________________

Amador Ramos Martos es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats