Librepensadores

Quien gobierna, gana

Rafael Sánchez Sánchez

Pedro Sánchez por fin fue investido presidente el pasado 7 de enero, después de soportar furibundos ataques (en algunos momentos plagados de insultos) de los tres partidos de la derecha. Las críticas del PP, Ciudadanos y Vox al líder socialista tenían un elemento común, sus pactos con ERC y Bildu, formaciones que con su abstención han facilitado su investidura con el escaso margen de dos votos. Pero a pesar de la “orquesta de gritos e insultos” que desde la bancada conservadora interrumpían el discurso del candidato, hay que decir que la verdadera preocupación de la derecha y de la extrema derecha no eran tanto los pactos suscritos por Pedro Sánchez, sino impedir su continuidad en la Moncloa y su gobierno de coalición con Unidas Podemos.

Aunque se ha repetido hasta la saciedad, conviene recordar de nuevo que, si al PP o a Ciudadanos les preocupaban los pactos del PSOE con los independentistas de ERC o con los herederos de ETA, si les preocupaba que “España se rompiera”, tenían muy fácil haberlo evitado. La abstención del PP o el apoyo de Ciudadanos habrían sido suficientes para permitir un gobierno del PSOE sin necesidad de pacto alguno con los separatistas catalanes y vascos. Pero es evidente que el verdadero objetivo era impedir, fuera como fuera, y con todos los medios a su alcance que Pedro Sánchez ganara la investidura. Ciudadanos ha pedido, sin ningún pudor, que algún diputado socialista “fuera valiente” y votara en contra de la investidura de Sánchez. Las amenazas y los insultos han llegado a los diputados del PSOE a través de las redes sociales y de sus propios correos electrónicos. La ofensiva de la derecha en este sentido no ha respetado el más elemental sentido de la ética política. Pero sus esfuerzos han sido en vano y no han podido evitar el emotivo espectáculo de unidad y alegría del PSOE y Unidas Podemos, tras proclamar la presidenta del Congreso a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Pedro Sánchez ya es presidente del Gobierno y en los próximos días iniciará su andadura el primer Ejecutivo de coalición de la democracia. Por delante hay, en el mejor de los casos, cuatro años de legislatura que, todo indica, no serán fáciles. Pero lo que resulta evidente es que, si Pedro Sánchez agota la legislatura y logra desarrollar su amplio programa de políticas sociales, puede ganar las próximas elecciones generales con mayor holgura. El partido que gobierna tiene en sus manos excelentes herramientas para difundir sus logros políticos e influir de esta forma en los ciudadanos. El Palacio de la Moncloa y el Consejo de Ministros son sin duda las plataformas más eficaces de propaganda electoral. Y esto es sin duda lo que más preocupa al PP, y en concreto a Pablo Casado.

El líder del Partido Popular fracasó en las primeras elecciones a las que se presentó como candidato a la Presidencia del gobierno, tan sólo consiguió 66 escaños. En las elecciones del 10 de noviembre mejoró sus resultados, pero no llegó a los 100 escaños que eran su objetivo. Por tanto, hay motivos para pensar que, si en las próximas elecciones Pablo Casado fracasa de nuevo, peligrará su liderazgo al frente del PP.

Así pues, y como demuestra la experiencia política, el partido que gobierna gana o tiene más fácil ganar las elecciones. Esta y no otra ha sido en todo momento la preocupación de la derecha en general y muy especialmente la del líder del PP.

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Rafael Sánchez Sánchez es analista político y socio de infoLibre

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