Entre la complacencia y la burricie

“El mar hunde la economía del delta del Ebro”.

¿De cabeza hacia el sumidero de la autoliquidación?

En días de temporal las gaviotas sobrevuelan, como estáticas, algo sorprendidas o no tanto, sobre el oleaje desencadenado, poderoso y devastador, atentas a permanecer volando, avizores, sin dejar de escudriñar ni un instante la superficie oleada, como si se dejasen mecer, tal vez bambolear, algo más alto que de costumbre, bajo la lona gris de nubes y lluvia desatada, frente al horizonte, a lo lejos, que deja asomar una línea de esperanzadora claridad.

Y sin embargo las noticias son desalentadoras. El año pasado en México, ¿un Estado fallido desde hace mucho?, se produjeron más de 35.700 homicidios. De ellos 10.760 fueron homicidios de violencia de género machistas, dejando en evidencia el discurso falso y vil de quienes quieren negar la evidencia.

En nuestro país, el año pasado al menos se contabilizaron 55, y ya son demasiados, un borrón en la viabilidad de un país y una población que debería autoexigirse más decente, noble e implacable contra la violencia de género. Porque, al cabo, murieron, allí y aquí, por ser mujeres, por no haberse sometido al machismo devastador.

Y con todo siempre cabe un resquicio para la esperanza. A siete días de la constitución del actual Gobierno, tan denigrado por la oposición enrabietada, se ha llegado a un acuerdo con “todos los agentes sociales”, sindicatos y empresarios, para subir el salario mínimo a 950 euros mensuales. Probablemente insuficiente pero, en cualquier caso, positivo.

Por otra parte, ese mismo Ejecutivo no ha tardado ni una semana en declarar para nuestro país “la emergencia climática”, primer paso para iniciar la toma de medidas correctoras contra el derrotero de la amenaza del cambio climático que ya es un hecho.

Entretanto el flamante equipo de fútbol del Real Madrid, para desplazarse de Madrid a Salamanca, separadas por 200 kilómetros de autovía, utilizó el avión privado, un cuarto de hora de viaje, el medio más contaminante. Todo muy aleccionador.

Simultáneamente “la borrasca Gloria engullía el litoral catalán”. De hecho 3.000 hectáreas en el delta del Ebro, es decir 30.000.000 de metros cuadrados, de arrozales permanecen sumergidos bajo el agua.

Ese mismo día se podía leer en la prensa: “Trump arremete en Davos contra 'los catastrofistas' del cambio climático”.

En otro sentido y volviendo a nuestro país, todos, o una inmensa mayoría, parece que hemos caído en la celada puesta por la extrema derecha, paladines del ideario de los ricos que, queriendo hacer lo que a ellos les antoje impedirán que el resto tengan la menor posibilidad de decidir por ellos mismos, y echaron de anzuelo lo del pin parental, mientras la caverna avisaba que van a aprovechar la menor oportunidad de devorar cualquier resquicio de nobleza y dignidad que nos atrevamos a hacer gala.

Hace 10 años “un oscuro diputado” del Parlamento brasileño exhibía el “kit gay”, por el que, en alianza con la iglesia evangelista, se avisaba de “las oscuras intenciones del gobierno de entonces” que estaría adoctrinando al alumnado infantil brasileño para que se volviesen todos “homosexuales”, es decir "gays", es decir ¿una mutación a extirpar?

Nadie pareció tomarle muy en serio. Ahora mismo ese “oscuro diputado” es el actual presidente de Brasil y los homosexuales de ese país o tratan de huir o vuelven a encerrarse en armarios.

Y nada es tan desalentador como las alarmas tomadas a chacota como si solo se tratara de “ocurrencias” ¿a respetar?, principalmente cuando los próximos se disfrazan de acomplejados acólitos del horror que va cerniéndose … como hacen las gaviotas, en la tormenta, sobre sus atolondradas presas.

Y este lunes 27 de enero se conmemora el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz y ya parece que a muchos no conmueve, ni horroriza, ni avergüenza… vistas las imágenes de “dislocados turistas” dejándose fotografiar en poses disparatadas, irreverentes, inhumanas, insensibles… ante la destrucción planificada en aquel lugar, degradación absoluta de toda comprensión, disculpa y responsabilidad de quienes ya… ¿solo forman parte del corolario inofensivo, anecdótico de la historia?

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre