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Las derechas se reagrupan

Alfonso Peña Mari

Las convocatorias electorales autonómicas del 5 de abril en Euskadi y Galicia han puesto en primer plano el riesgo que tiene para Ciudadanos, dada su extrema debilidad política, quedarse fuera de estos parlamentos, con lo que podría rematar las consecuencias de la catástrofe electoral del 10N.

Para reducir daños, ha ofrecido al PP una alianza preelectoral "constitucionalista" con objeto de vencer al pérfido bloque socialista y separatista del PSOE con los partidos nacionalistas.

El PP está encantado con la propuesta pues, supuestamente, le permite dar un paso estratégico en su aspiración de absorber a C's. Esta operación de fusión fría, que tiene lógica política dentro de la estrategia del PP de achicarle los espacios a Vox y controlar todo el espacio político de la derecha, se ha efectuado de una forma tan chapucera, propia de dos dirigentes políticos de Segunda B, que es muy posible que tenga efectos contrarios a los pretendidos por ellos.

La operación empezó a frustrarse en el PP con la negativa del presidente de Galicia, Núñez Feijóo, a participar en ella, alegando la escasa entidad que tiene C's en Galicia. La dirección nacional de Génova no se atreve con Feijóo, uno de los hombres mas fuertes del PP, y descartó la coalición en Galicia.

En Euskadi, el PP vasco no veía con malos ojos la coalición, pues su debilidad electoral es creciente, aunque por otro lado C's prácticamente no existe. Sin embargo, el hábil político Pablo Casado, en un golpe de autoritarismo, ofrece a C's firmar un acuerdo muy favorable para ellos, haciendo pagar a la organización vasca doble factura, la suya y la de Galicia. Ofrecer dos puestos de salida a C's, sobre los cuatro o cinco que le dan lo sondeos, es un regalo que la federación vasca del PP no está dispuesta a aceptar. La consecuencia no se ha hecho esperar: crisis en el PP vasco y dimisión de su presidente, Alfonso Alonso, uno de los referentes más respetados dentro del PP, que anda escaso de lideres solventes. Como colofón a la astuta maniobra se ha nombrado candidato a un representante del sector duro y de la vieja guardia, que empieza su andadura insultando al gobierno del PSOE y tirandole flores a Vox.

La segunda parte contratante de este reagrupamiento táctico de la derecha, Ciudadanos, tiene también sus dificultades, pues su congreso está ya a la vista y esa rendición, casi sin condiciones a la derecha hegemónica, va a dar mucha munición a su sector crítico que parece estar consolidándose a pesar de todas los obstáculos que le ponen por delante.

Otras consecuencias que puede tener esta hábil maniobra para sus protagonistas pueden ser, a corto plazo:

– La lideresa de C's que está a las puertas de un congreso que, a priori, tenía ganado. Sin embargo, ha dado con esta operación más oportunidades a sus rivales internos y el congreso ya no parece que vaya a ser un camino de rosas.

– Es muy probable que la operación sea mal recibida en Euskadi y los resultados electorales del PP sean todavía peores que los que ya se preveían.

– Las elecciones catalanas están muy próximas y un mal resultado en Euskadi podría tener una influencia negativa para la flamante coalición y favorecer la aparición de algún nuevo grupo de centro liberal, que complicara el panorama de la derecha españolista en Cataluña.

A medio plazo, si los resultados en Euskadi son malos y Galicia no se libra del contagio, el liderazgo de las dos derechas puede verse comprometido, sobre todo si Vox consigue unas cifras mínimamente positivas.

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Alfonso Peña Mari es socio de infoLibre

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