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Después de la cuarentena

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Rafael Sánchez Sánchez

Estamos librando en estos momentos una batalla contra la mayor crisis sanitaria que ha tenido España desde hace 100 años, cuando el mundo padeció la denominada Gripe Española. No hace falta en este momento incidir en los datos de infectados y muertos por la pandemia del Coronavirus, fundamentalmente porque varían a diario, lamentablemente a peor. Pero hay algo que resulta preocupante y sobre lo que las autoridades sanitarias no están hablando, y es lo que ocurrirá cuando termine la cuarentena a la que está sometida España desde que se decretó el Estado de Alarma. En este periodo de enclaustramiento coincide la situación de los enfermos graves, los que están en las UCIS –la mayoría de ellas desbordadas– y los trágicos datos de fallecimientos. Pero en esta etapa trágica que estamos viviendo hay también personas afectadas por el Coronavirus que permanecen aislados en sus domicilios durante un periodo de dos semanas. En este colectivo hay un factor de riesgo que aparecerá sin duda cuando termine su cuarentena y dejen de presentar síntomas. Si a estos enfermos con síntomas leves no se les realiza el test del coronavirus, no se podrá saber si dan negativo, y por tanto si se mueven libremente en su entorno familiar, e incluso en la calle, se pueden convertir en un nuevo y descontrolado foco de contagio. Por ello yo creo que es imprescindible que las autoridades sanitarias garanticen que cuando finalice el aislamiento se realicen test a estos enfermos leves. De no hacerlo nos moveremos en una situación de incertidumbre. Además –y ojalá me equivoque– estos enfermos se pueden ver marginados en su entorno si no hay garantía de que están totalmente curados. Actualmente se realizan test solo a los enfermos graves, al no disponer de medios para hacérselo a todos los infectados. Se puede entender este criterio restrictivo, lo que no se entiende es la diferencia que existe entre las comunidades autónomas. En Galicia –y parece ser que también en algunas zonas de Andalucía–se están haciendo estos test con un sistema similar al de las hamburgueserías en las que se puede recoger la comida sin salir del coche. El procedimiento es desde luego eficaz, rápido y sin riesgos de contagios. Para hacerse el test con esta modalidad, los enfermos no tienen más que pedir cita y acudir con su coche a realizarse el test en los centros previstos para este cometido. No se puede entender que, si tras la declaración del Estado de Alarma, todos los medios sanitarios públicos y privados están controlados por las autoridades sanitarias a nivel de toda España, haya en este sentido diferencias entre las comunidades autónomas.

Un breve comentario final sobre el tratamiento informativo del Coronavirus que están haciendo los medios de comunicación. Aun a riesgo de caer en una contradicción, creo que no es buena la "sobredosis" de testimonios de investigadores, médicos, epidemiólogos etc. que circulan a diario por los medios de comunicación. En ocasiones las opiniones de estos expertos son contradictorias, lo que provoca confusión y en algunos alarma en los ciudadanos. Por otra parte, no me parece correcto preguntar a estos especialistas cuando se alcanzará el "pico de la epidemia". La respuesta a esta pregunta es sin duda difícil y comprometida y por ello deberían ser solo las autoridades sanitarias quienes realicen la correspondiente estimación sobre cuando veremos la "luz al final del túnel" en esta trágica epidemia que estamos padeciendo. Además, no me parece bien que los habituales tertulianos de las televisiones, cuya especialidad desde luego no es la medicina, se lancen a dar opiniones sobre un problema que es sanitario, a pesar de las consecuencias sociales y económicas que está provocando. Vivimos, nadie lo duda, un momento de incertidumbre en el que tan peligroso como el propio virus puede ser el miedo. El virus se acabará controlando, pero el miedo de la sociedad es difícil de controlar, a pesar de las tranquilizadoras explicaciones y comentarios del emblemático portavoz, Fernando Simón. Esperemos que esta pesadilla termine pronto, pero además que termine bien, sin dudas, sin temores sobre si todos los enfermos están curados del todo. De no ser así se mantendrá la incertidumbre y lo que es peor el riesgo de contagio.

Rafael Sánchez Sánchez, analista político y socio de infoLibre

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