La portada de mañana
Ver
La red infinita del lobby de la vivienda: fondos, expolíticos, un alud de 'expertos' y hasta un pie en la universidad

Librepensadores

Una reflexión personal

Pedro Crespo

Hace algo más de tres años tuve que ser intervenido quirúrgicamente en tres ocasiones en un plazo de dieciséis días, teniendo que estar internado en el Hospital 12 de Octubre de Madrid durante algo más de un mes; y de nuevo una vez más dos años después, para la colocación de una malla para corregir una eventración, en esta ocasión una sola vez. La atención que recibí fue magnífica, tanto profesionalmente por parte del Dr. Rubio y su equipo como en el trato, que yo calificaría de exquisito por parte de todo el personal sanitario de la quinta planta, y así se lo hice saber y agradecí de modo expreso en su momento.

Cuento esto para decir seguidamente que mi experiencia personal sobre la sanidad pública madrileña merece la calificación de excelente, y su personal, tanto médico como el resto (enfermeras, auxiliares, etcétera, que merecen un 10). Y ello, a pesar de las insuficiencias: falta de medios, tanto humanos como materiales, como incluso tuve ocasión de comprobar visualmente y de oir algunas quejas internas, durante mi estancia.

Ahora, con motivo de la pandemia que estamos sufriendo, estas carencias, agrandadas por lo que se aprecia, se lee y se oye, están dejando al descubierto la real situación de nuestra Sanidad, aunque mantiene su calidad gracias al gran esfuerzo de todo el personal. La actual situación, por imprevista y de una brutal importancia en cuanto a extensión y profundidad, hace que tanto los centros médicos y hospitalarios como los profesionales de todas las categorías se vean absolutamente desbordados.

La pregunta puede ser el porqué de exteriorizar esta personal reflexión. Lo justifico: anoche me quedé hasta las dos de la madrugada viendo el debate en el Congreso de los Diputados sobre la ampliación del plazo del estado de alarma con motivo de la epidemia del coronavirus. Durante dicho debate oí al presidente del primer partido de la oposición, que es el que gobierna en la Comunidad de Madrid, ininterrumpidamente, desde 2003 y, en mi opinión, mintió. Y yo, como madrileño y como usuario de la sanidad pública, que defiendo, como todo lo público, me sentí engañado por él. Precisamente en ese año 2003, Esperanza Aguirre, que salió favorecida por el caso conocido como tamayazo, y entró a gobernar, prometió que si en dos meses no acababa con las listas de espera dimitía; las listas de espera no solo no se acabaron sino que se incrementaron y continuaron incrementándose y ella, claro, no dimitió. (En mayo de 2019 estaban en más de 590.000 personas). Casado, anoche, habló de incrementos en millones de euros y en número de médicos y trabajadores en general, y no sé cuantas cosas más sobre inversiones, etc. en la Comunidad de Madrid.

He recopilado algunos datos para rebatirle, datos que, por supuesto, yo no me he inventado ni nadie me los ha soplado al oído. Son datos objetivos, constatables y al alcance de cualquiera que quiera molestarse en buscarlos.

Según datos oficiales, en 2018 la Comunidad de Madrid tenía el PIB más alto de las 17 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas: 230.795 millones de euros (o sea la 1ª) y era la nº. 16, o sea la penúltima, en gasto en Sanidad por habitante (8.121 millones de eruos, 3,7% del PIB y 1.254 euros/habitante ) –en el País Vasco los datos son 3.707 millones de euros, 5,2% y 1.710 euros/habitante–. Sólo entre 2014 y 2017 se ha producido una disminución de 1.007 camas, mientras en los centros de gestión mixta han aumentado en 116 camas y en los de gestión privada se han incrementado en 98 camas. Los más de 590.000 pacientes de las listas de espera, que representan un 8,96% de la población y tardan una media de 148 días en conocer su diagnóstico, influyen en gran parte en que las urgencias hayan crecido un 24,67%, mientras que a nivel estatal el crecimiento ha sido nada más del 13,65%. Otro reflejo de la situación que atraviesa la sanidad madrileña es que en Madrid hay 0,15 camas por cada 1.000 habitantes, en el conjunto de España 0,35% y en el promedio de la OCDE existe un 1,1%. En cuanto a personal, parece que desde 2008 se han reducido unos 8.000 puestos de trabajo. Algo de todo esto será cierto cuando, desde hace años y en diversas ocasiones, ha habido importantes movilizaciones de personal sanitario, incluídos médicos, y no o no sólo convocadas por “rojos” sindicalistas (las llamadas “batas blancas”).

Para ir concluyendo, diré que la Sanidad, como la Educación, la Dependencia, los centros de mayores, etc., en Madrid está siendo privatizada por la vía de los hechos ininterrumpida y progresivamente desde 2003. Su justificación es la “libertad de elección”. Muestra de ello es que hay 34 hospitales públicos y 50 privados; de los públicos, cuatro son concesiones administrativas privadas y seis de gestión mixta. Y para colmo, los entendidos aseguran que en los públicos de gestión privada los tratamientos son seis veces más caros para las arcas públicas.

Probablemente, en las circunstancias actuales yo, aunque tenía estos datos y llevaba tiempo dándole vueltas, no habría escrito esto de no ser por lo que anoche le oí decir al líder del primer partido de la oposición que, en su afán de intentar desgastar al Gobierno, con una mano le ofrecía el apoyo de su grupo y con la otra enseñaba y ofrecía datos falsos, con los que me sentí ofendido personalmente.

En todo esto y en algunas cosas más pienso cuando, cada tarde a las ocho, salgo a la ventana a aplaudir no solo a los sanitarios sino también a los muchos profesionales de diferentes sectores que cada día trabajan y se arriesgan para cuidar y alimentar al resto de la ciudadanía.

Pedro Crespo es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats