Librepensadores

Contagios políticos

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Vicente Montejano Conejero

Se dice que somos lo que comemos o cómo nos cuidamos, pero a ese estado físico de cada cual yo añadiría el test filosófico o ético, tal cual, de cómo reaccionamos ante cualquier incidencia diaria o cómo justificamos lo que ocurre o deja de suceder por mor de cómo actuemos. En tal tesitura, por supuesto, debes incluirte y no trasladar la culpabilidad de los problemas que no sabes solucionar hacia los demás, pese a que la palabrería que emplees te haga fabricador de milagros y restaurador de pretéritos de los que te aprovechas ahora para culpar y zaherir a quienes consideras idóneos y duros adversarios a batir.

Lamentablemente, la política en este país se ha convertido en esa tarasca procaz –de tú más que yo– e indudablemente repercute sustancialmente en los pilares que mantienen y defienden este estado de bienestar donde cohabitan hispanos y demás etnias territoriales.

Sin duda, al conjunto de la sociedad y a los políticos que nos gobiernan se les pasa factura por resistir ante tanta ignominia multiplicada que, día a día, discurre, bien por redes o medios de prensa, alterando el producto del sosiego y la dignidad. En este suma y sigue, el presidente del PP, Pablo Casado, lleva las últimas semanas responsabilizando al Gobierno por los fallecidos en la pandemia haciendo sórdidas maniobras con las cifras y datos de fallecidos, utilizando incluso informes sin rigor y aprovechando el dolor de las víctimas para sacar rédito político de ello, propasando su comparecencia en el Congreso para echar en cara al Gobierno los contagiados y muertos "de los que su familia ni siquiera ha podido despedirse de ellos".

Craso error del que se contagia Casado y no precisamente del covid-19 sino de sus tácitos aliados de Vox, no habiendo disonancia alguna entre ellos, al utilizar la muerte de miles de ancianos en residencias de mayores para hacer su política sin escrúpulos o disfrazar sus discursos en valores religiosos y poniendo en alza durante sus apariciones, el odio en su mayor estado puro, así como los insultos y su miseria moral.

¿Hasta cuándo esta fase?

Vicente Montejano Conejero es socio de infoLibre

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