La burda estrategia de Ciudadanos

En los últimos días, hemos asistido atónitos al giro radical que Ciudadanos ha tenido en su discurso político. En primer lugar, Inés Arrimadas levantaba el cordón sanitario a Pedro Sánchez y permitía con su voto la prórroga del estado de alarma. Ignacio Aguado, en la comunidad de Madrid, ejercía de oposición contra Díaz Ayuso desde dentro del propio gobierno. Y, por último, Francisco Igea, desde la Junta de Castilla y León, se mostraba crítico con el gobierno de la comunidad madrileña.

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Alguien podría pensar que Ciudadanos ha aprendido de los errores de Albert Rivera, o incluso que ha recobrado el sentido común. Es sencillo parecer moderado cuando tus compañeros de viaje se han echado al monte. Nada más lejos de la realidad. Todo es pura estrategia electoral. Inés Arrimadas, viendo que su deriva ultranacionalista era incapaz de aguantar el empuje de Vox por la derecha, y que el Partido Popular mantenía un suelo electoral más alto de lo esperado, ha decidido cambiar de rumbo.

Cuando un barco pesquero echa las redes en un caladero, y estas salen vacías, lo que hace es cambiar de caladero. Arrimadas es inteligente, y sabe que la crisis que se avecina va a suponer un desgaste brutal para Pedro Sánchez y el Partido Socialista. Y es ahí donde Arrimadas quiere lanzar sus redes, en los votantes desencantados del centro-izquierda, con la esperanza de recuperar unos resultado electorales dignos que salven su cabeza. Pero que nadie se lleve a engaño: los tres partidos de la derecha están más unidos que nunca y todo es pura pantomima. Apunten para futuras citas electorales: allí donde Ciudadanos, Populares y Vox sumen escaños suficientes, gobernarán.

Sergio Pozuelo Muñoz es socio de infoLibre