Librepensadores

Casado se pone de perfil

Librepensadores

Rafael Sánchez Sánchez

Coincidiendo con el cese de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del partido en el Congreso, Pablo Casado ha hecho otros cambios en la dirección del PP. Sin duda los más significativos son el de Cuca Gamarra para sustituir a Cayetana y el de José Luis Martínez-Almeida como portavoz nacional de la organización. Estos cambios suponen preparar una especie de “escaparate” para dar una nueva y más moderada imagen, pero el interior de la “tienda” sigue siendo el mismo. Pablo Casado lo ha dejado bien claro: “no podemos formar parte de la gobernabilidad de Pedro Sánchez …no somos una muleta sustitutoria”. Pero al mismo tiempo también ha afirmado que el PP debe ser un partido con “una puerta ancha” …” esta es la casa común del centroderecha”.

Pablo Casado tiene una lucha interna entre el aznarismo que lleva dentro, y el Feijóo que le gustaría ser, pero no puede. Cualquier intento que quiera hacer el líder del PP para virar al centro está abocado al fracaso. Por una parte, porque está obligado a competir con Abascal en el liderazgo de la derecha, y por otra porque, aunque lo intentara ahora asumiendo el riesgo de perder votos que irían hacia la extrema derecha, llega tarde. Inés Arrimadas, con su disminuida fuerza parlamentaria, ha tenido más reflejos y ya está ocupando esa posición. Es evidente que Ciudadanos alcanzará acuerdos con el gobierno para apoyar los presupuestos, igual que respaldó las últimas prorrogas del Estado de Alarma. Es evidente que el espacio político de centro es amplio y que el PP podría caber, pero el coste electoral sería muy alto.

Por estos motivos, y aunque haya puesto caras nuevas en la dirección del partido - en concreto Martínez-Almeida como adalid del acuerdo y la negociación con fuerzas de todo el espectro político, como ha demostrado en el Ayuntamiento de Madrid- la estrategia del PP seguirá siendo la misma. Casado apuesta por el desgaste de Pedro Sánchez criticando constantemente la gestión de la pandemia que está haciendo el gobierno. Lamentablemente las alarmantes cifras de contagios que estamos padeciendo desde que empezó la “nueva normalidad”, son sin duda la mejor munición para seguir en esta línea. Pero al mismo tiempo hay otra baza con la que juega Casado y es el presunto escándalo de corrupción que salpica a Unidas Podemos. La vista abierta contra la organización de Pablo Iglesias no se celebrará hasta noviembre, pero el “ruido mediático” ya ha empezado y se mantendrá hasta que haya una sentencia o el nada descartable archivo de la causa. Estas dos líneas de ataque se verán aderezadas con el discurso sobre el radicalismo del gobierno: “el PP no pacta con aquellos que abogan por la abdicación del rey, la independencia de Cataluña o el blanqueamiento de los batasunos”. Con este discurso Casado pretende atraer los votos del sector más moderado del electorado del PSOE, entre los que pueden estar los que no vieron con buenos ojos la entrada de Unidas Podemos en el gobierno.

Hay otro elemento que entrará en juego en cuanto comience el curso parlamentario, y es la moción de censura que presentará Vox en septiembre. El PP no apoyará esta iniciativa parlamentaria de Abascal porque su previsible fracaso le perjudicaría, pero al mismo tiempo no sumar sus fuerzas a las de Vox también tendrá un coste para el Partido Popular.

Con este bagaje argumental y estratégico lo que pretende Pablo Casado es resistir, aguantar lo que queda de legislatura para que el progresivo desgaste del gobierno le dé el éxito en las próximas elecciones generales. Casado pretende ponerse de perfil, seguir la estela inmovilista que utilizó en su día con tanta maestría Rajoy. Pero Casado tiene un problema que no tenía Rajoy y que se llama Vox. Si Casado no “enseña los dientes al gobierno” se los enseñará Abascal, y la sangría de votos del PP que han ido a Vox aumentará. Por este motivo, aunque lo intente, el líder del PP tiene difícil permanecer de perfil y si de nuevo da un volantazo a la derecha, el gobierno de coalición saldrá fortalecido.

Rafael Sánchez Sánchez es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats