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Convivencia

Francisco Goya Santesteban

En el libro Un viaje a la India de Gonçalo M. Tavares (Seix Barral, 2014) se narra la historia de Bloom en un viaje desde Lisboa, desde donde huye por un crimen, hasta la India, donde espera aprender y encontrar la sabiduría con los místicos. En el camino pasa por Londres, París, Viena... en todas partes encuentra gente, hay quien le ayuda sin conocerlo, hay quien intenta robarle y incluso matarle, también sin conocerlo. Los seres humanos buscamos el progreso, la mejora individual y, a veces, de nuestras familias y seres queridos, pero, no podemos avanzar si no es con la ayuda de otros, tejiendo redes de ayuda mutua y solidaridad, incluso aunque a veces sean por puro interés egoísta (para frenar la expansión de Napoleón diferentes países realizaron hasta siete coaliciones desde 1792 a 1815). Necesitamos colaborar y convivir.

Sin embargo, no soy ingenuo, en estos días abundan negacionistas, teóricos de la conspiración y personas de toda condición que mezcladas intentan sacar beneficio de la debilidad de las instituciones, así, por ejemplo, en Colombia vuelve la violencia producida por el narcotráfico, grupos guerrilleros y explotadores de minas de oro ilegales que se aprovechan de la falta de control para reclutar jóvenes y volver a sembrar el caos y la violencia. En Alemania grupos de extrema derecha mezclados con personas contrarias a las medidas de la pandemia asaltan el Parlamento. En Estados Unidos continúa la violencia racial. En Melilla el CETI, según denuncian diversas ONG, está al doble de su capacidad y los inmigrantes que en su mayoría huyen de la miseria y las guerras se hacinan y se contagian, ante la pasividad sino el rechazo de la sociedad. Los inmigrantes siguen llegando a las costas de Lampedusa, pero se les niega la entrada o se les devuelve a sus países. Necesitamos convivir para progresar, pero no sabemos hacerlo.

La literatura está plagada de ejemplos que cuentan que el progreso humano se ha logrado con la colaboración y la participación de todos, derribemos los muros y construyamos puentes, redes de solidaridad y apoyo. En estos momentos de crisis, de incertidumbre son más necesarios que nunca.

Tendemos a cerrarnos y envolvernos en nosotros mismos, y ni creemos lo que otros con más criterio que nosotros nos dicen, ni nos interesa demasiado lo que pueda pasarle a la persona que tenemos a nuestro lado, bastante tenemos cada uno con nuestros propios problemas, y el ciclo vuelve a empezar.

La clase política tampoco ayuda, parecen actuar solo a corto plazo (ni tan siquiera el plazo de una legislatura) y nos faltan liderazgos claros, el beneficio a corto plazo o el "sálvese quien pueda" y el encontrar alguien a quien culpar, aparenta ser la única misión de los gobernantes y sus asesores. Sería deseable intentar construir y tender puentes en beneficio de todos, escuchar, ceder y presentar alternativas, caso de tenerlas, si no estamos de acuerdo con determinadas políticas.

En mi modesta opinión, la única manera de avanzar como sociedad es aceptar la diferencia y convivir, porque cada persona tiene algo enriquecedor que aportar, solo es necesario escuchar.

Francisco Goya Santesteban es socio de infoLibre

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