Librepensadores

Lo no contemplado frustra

José Enrique Centén Martín

Empieza el curso escolar y me dirijo al CEIP de Andalucía donde cursaron estudios mis hijos (4 y 8 años) el año anterior para exponer mis problemas al ser persona de riesgo por edad (68 años). Planteo el problema y pido clases de forma telemática. La respuesta es que no está contemplado; al entregar los libros de forma independiente solo los padres y de tres en tres, un progenitor dijo que había contraído el covid y que pasó la cuarentena con su vástago (de menos de 6 años).

Ya es difícil poder contener a una criatura para que no juegue con otra, no comparta, coja un juguete o cualquier cosa, ellos no son adultos y se llevan las manos a la boca o se restriegan los ojos con frecuencia. Y según declaraciones de los expertos, los niños son transmisores en potencia por ser asintomáticos, al no manifestarse los síntomas de igual manera que en los adultos. Dicen que obligaran a los padres a tomar la temperatura y si tienen 37,5 que no lo lleven... si tienen, seguramente muchos padres darán Apiretal antes de salir de casa para que le baje la temperatura y solucionado, vergonzosa propuesta.

Cuando el Gobierno de coalición, marcó normas en los estados de alarmas, le tacharon de dictatorial y bolivariano, alegando que las comunidades autónomas con sus competencias actuarían mejor, las recuperaron y ya las tienen, pero no han aplicado las normas básicas en muchísimos aspectos de sanidad, sin rastreadores o entregadas a empresas privadas sin control, cuando tenían personal sanitario que habían luchado contra el covid, la gran mayoría fueron despedidos, y ahora estamos sufriendo las consecuencias, con nuevos rebrotes dentro de 15 días casi seguro.

Mi caso no es único; hay familias con abuelos viviendo en la misma casa; inmigrantes hacinados en pisos pequeños, algunos en «viviendas pateras», sin contratos de arrendamientos posiblemente; otros con la prole y abuelos, ¿qué pasará con las personas de riesgo?

Desde el fin del curso escolar se han celebrado cumpleaños de los compañeros, a los que mis hijos no les he dejado ir, reuniones familiares, imposible de respetar distancia social, ni protecciones mínimas y los rebrotes han aumentado por doquier, pero en las escuelas exigen normas estrictas, es lógico. No será mejor la enseñanza por vía telemática hasta la edad de 12 años que poner en riesgo a la población entera.

La sanidad y la educación no pueden estar en manos de las comunidades autónomas, cada una planteando normas distintas, según su conveniencia. Y tienen la desfachatez, algunas de ellas, de proclamar que el Gobierno central se inhibe al ser su competencia, cuando ellas reclamaron como suyas. Ya está bien de mentecatos y políticos de m..., solo ven su interés, otorgando parte de esas competencias a empresas amigas o de familiares.

¿Qué desean, el fallecimiento de jubilados y enfermos como aplicación sui géneris de la teoría de Thomas Malthus? Casi lo están logrando en las residencias de mayores, públicas y privadas. Ahora el virus lo pueden tener en casa vía indirecta, a pesar del confinamiento que pasaron para evitarlo.

Un curso se puede recuperar, una vida es irrecuperable.

José Enrique Centén Martín es socio de infoLibre

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