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A buena siembra, excelente cosecha

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Fernando Granda

La siembra es la primera fase natural para luego recoger una cosecha. Sin sembrar es difícil alcanzar luego una vendimia, un provecho. Hace tiempo que los Gobiernos del Principado de Asturias pusieron las simientes. Ahora recogen los frutos. 

Se habla hoy de la región como la que menos ha sufrido los problemas de la pandemia del covid-19. Argumentos varios se han barajado para explicar esa bonanza. Algunos más imaginativos que presuntamente reales. Otros más cercanos a la realidad. Pero no solamente la escasa incidencia del virus hizo que Asturias disfrutara de un buen verano. Otros factores han contribuido a la afluencia de visitantes de las últimas semanas. La siembra fue anterior, más allá de la llegada del coronavirus. Porque muchos turistas aprovecharon la baja extensión de la enfermedad para disfrutar de otros atractivos de la comunidad.

Asturias lleva bastantes años preservando su naturaleza de la invasión del ladrillo. Y en algún caso ha tenido la suerte del ejemplo, como el rápido cumplimiento de sentencias contra edificaciones ilegales. Las leyes aprobadas por la Junta General del Principado han defendido una conservación del entorno natural que hoy día se muestra en una costa bastante limpia de edificaciones, una montaña preservada de construcciones y unas normas que protegen la vida natural.

Por eso la abundante llegada de visitantes tenía diferentes argumentos. Playas naturales con apenas edificaciones a su alrededor, sin masificación de alojamientos y establecimientos hosteleros; unos montes de gran belleza y bien controlados; una fauna autóctona protegida. Y, por qué no decirlo, una población disciplinada y en general acogedora.

Se esgrimieron argumentos como el del aislamiento para justificar la menor incidencia del virus. Unas comunicaciones viales anticuadas -la vía ferroviaria de entrada a la comunidad data del siglo XIX y una red de Cercanías casi abandonada por falta de inversiones y mantenimiento- y obsoletas, acceso por carretera difícil o caro debido a peajes, enlaces aéreos precarios y negado acceso por vía marítima. Pero todos esos argumentos se invalidan o se resisten a la hora de evaluar los valores naturales y las medidas sanitarias protectoras que el Gobierno de la comunidad tiene implantadas. Playas, montañas, monumentos naturales, ancestral arte arquitectónico único, osos, lobos, cérvidos, bovinos, buena cocina son algunos de los emblemas de un panorama verde y unas temperaturas no agobiantes. 

Destinar más recursos a la cobertura sanitaria -Asturias es la segunda comunidad en el ranking que más presupuesto destina a sanidad por habitante-, decretar medidas preventivas que eviten la extensión de la pandemia -alerta naranja preventiva, establecida en señalados municipios ante la avalancha turística programada por las agencias de viajes-, realizar rigurosos seguimientos precisos de los brotes víricos surgidos en zonas puntuales, decretar de manera inmediata las recomendaciones emanadas de los expertos y las autoridades sanitarias, o limitar el acceso a destinos vulnerables ante la masiva llegada de visitantes -ruta del Desfiladero del Cares, Cuevas con arte prehistórico como Tito Bustillo-, son algunos de los ejemplos que han incidido en la bonanza veraniega que ha disfrutado el Principado de Asturias. La siembra de diferentes medidas preventivas, aunque algunas representasen un sacrificio para los autóctonos, tiene como recompensa una buena cosecha. 

El Ejecutivo comunitario ha sido uno de los pocos que defendió todas las medidas recomendadas por los expertos del Ministerio de Sanidad y las estableció en su ámbito competencial. Según declaró el jefe del Gobierno astur en varias ocasiones, Adrián Barbón, fue partidario del cumplimiento de las decretadas sin reclamar competencias que no le correspondían. Ejercer las propias competencias y “no llorar ante el Estado” fue uno de los valores que reiteradamente, dice, reclamó en las videoconferencias que se celebraron entre presidentes autonómicos y el presidente Pedro Sánchez. El epidemiólogo Daniel López Acuña, exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llegaba a señalar a Asturias como ejemplo para algunos países europeos. A buena siembra, excelente cosecha.

Fernando Granda es socio de infoLibre

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