Librepensadores

Ruido

Pako Marti

La democracia, entendida como protección al ciudadano, no existe. No es más que un requisito lógico para gobernar, en el que individuos elegidos por la ciudadanía tan solo tienen un deseo: obtener beneficios privados para sí mismos. Mientras tanto se estigmatiza Madrid. Es lo que hay.

Estamos sufriendo las actuaciones real life de una clase política, la derecha, que muestra una actitud zafia, grosera, inculta, cateta y chabacana. Al mismo tiempo, también destaca el comportamiento de una izquierda que anda dando tumbos por las aceras. Con todo esto, el Ejecutivo ha acabado lidiando en una verbena sin músicos. Son malos tiempos para el acuerdo y la unidad de acción: qué vergüenza me dais.

A nuestro estado social y democrático de derecho le han dado una hostia con la mano abierta, de las que ofenden y perduran con el paso del tiempo. La solidez del sistema parece desaparecer por momentos, como ya anticipaba Karl Marx cuando apuntaba que “todo lo sólido se desvanece en el aire”.

Pasado un tiempo seguiremos recordando la física cuántica, la caída del Imperio Romano, la escritura cuneiforme de los Sumerios y a la señora Díaz Ayuso, absorta, pensando en voz alta, que toda su labor, toda su gestión política será relevante e histórica. Que todas sus lágrimas destrozando su cuidado maquillaje tendrán mas transcendencia que cualquier otro acontecimiento histórico anterior o posterior... Me queda medio cigarro y dos sorbos de café, mientras decido el fuste de este artículo sin más expectativas.

En un país con un número indefinido de colgados e irresponsables, sólo me queda aquello de “que Dios reparta suerte".

El ideal de sociedad es aquel en que toda persona pueda desarrollar al máximo sus capacidades sin que existan obstáculos no naturales que se lo impidan. Y a partir de aquí los obstáculos. Como la falta de acuerdo, los intereses políticos, en ocasiones obscenos, los personajillos de medio pelo. Ancha es Castilla.

Señores, ¿de qué palo van?

Estamos ante la segunda hostia, de las que duelen y sangran.

Ustedes mismos.

Pako Martí es socio de infoLibre

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