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Vox y la 'derechita' cobarde

Rafael Sánchez Sánchez

Vox ha registrado por fin este martes en el Congreso la moción de censura. Lo ha hecho casi al límite, Santiago Abascal se comprometió a presentarla en el mes de septiembre, cuando realizó en julio el inesperado anuncio de presentar esta iniciativa parlamentaria. Desde el primer momento se produjeron reacciones y análisis sobre los objetivos que persigue Vox con esta moción de censura y sus posibles consecuencias políticas. Aunque Pablo Casado no hizo comentario alguno a la oferta de Abascal, Teodoro García Egea, secretario general del PP, reaccionó inmediatamente y de forma irónica en su cuenta de Twitter: “Moción de censura posvacacional para salvar al soldado Sánchez”.

Desde luego, lo que resulta evidente es que la moción de censura de Vox va dirigida más contra Pablo Casado que contra el presidente del Gobierno. La suma de los votos del PP y Vox no será suficiente para que la moción salga adelante. Abascal lo sabe, pero si el PP vota en contra, e incluso si se abstiene, tendrá argumentos para aparecer ante los suyos, y ante un sector del electorado del PP, como el único que de verdad se enfrenta al Gobierno en una situación de crisis sanitaria y económica como la que padecemos. Hay que tener en cuenta, además, que la etapa de estado de alarma ha relegado al líder de Vox a un segundo plano político y parlamentario. Por tanto, con el anuncio de la moción de censura lo que pretende Vox de forma inmediata es estar en el foco mediático. En octubre, cuando se debata y vote en el Congreso esta iniciativa, su objetivo será atraer a votantes del PP desencantados por el papel jugado por Pablo Casado como líder de la oposición. No es descartable que Abascal recurra de nuevo al apelativo de “derechita cobarde”, si el PP no apoya la moción de censura. Pero, aunque en principio este parece ser el objetivo político que persigue Vox, algunos analistas ven otras posibles consecuencias de la que será la quinta moción de censura de la actual etapa democrática.

Hay quien mantiene que el PP tiene con esta moción de censura una excelente oportunidad para aparecer como partido de Estado moderado y alejado de la posición radical del partido de Abascal. Pero Casado tiene difícil beneficiarse de esta posible consecuencia, porque en los debates de las prórrogas de estado de alarma ha sostenido un duro enfrentamiento con el presidente del Gobierno, al que ha acusado de mentir con los datos de la pandemia. Casado ha aparecido en todo momento más cerca de las posiciones de Vox que del papel de moderación y de negociación con el gobierno que, como líder de la oposición, debería haber mantenido durante el confinamiento. Sería ahora poco creíble un cambio de actitud porque simplemente no apoye o se abstenga en la votación de la moción de censura. En esta misma línea, se concluye que Ciudadanos también puede beneficiarse, si se desmarca de la iniciativa de Vox, porque vería reforzada su imagen de partido de centro desligado de la “foto de Colón”. Lo que resulta evidente, en cualquier caso, es que al PP no le interesa apoyar la moción de censura porque, al no dar los números, aparecería ante la opinión pública como un partido que ha fracasado en su intento de derribar al gobierno. Por tanto, hay motivos para pensar que esta iniciativa de Vox perjudicará al PP, pero sin embargo puede reforzar al gobierno de coalición al salir airoso de este envite.

Vivimos tiempos plagados de incertidumbre por esta pandemia que ha trastocado todo, pero hay datos que permiten confiar en un otoño político más estable y en que el gobierno de coalición agote la legislatura. Veamos, la principal batalla tras la moción de censura será la negociación de los presupuestos, negociación en la que el gobierno se está moviendo a dos bandas. Por una parte, con los partidos nacionalistas que ayudaron a Sánchez a ganar la moción de censura contra Rajoy, y por otra con Ciudadanos. aunque el PP no lo exprese de una forma abierta, hay indicios de que finalmente llegaran a acuerdos puntuales con el gobierno para potenciar la recuperación económica. En la misma línea -quizá de una forma más clara- está Ciudadanos. Debe tenerse en cuenta que el partido naranja ya ha dado claras muestras de acercamiento al gobierno que comenzaron con el apoyo a las últimas prorrogas del estado de alarma. Por otra parte, si en 2021 llega la ansiada vacuna contra el covid-19 y se consigue controlar la pandemia, España caminará, aunque sea lentamente, hacia la “antigua” normalidad en la que las mascarillas, el lavado de manos y las distancias sociales serán un mero recuerdo fantasmagórico de un tiempo que nunca pensamos vivir.

Quizá peque de optimista al dibujar un panorama tan halagüeño, pero lo que es indiscutible es que la moción de censura será en octubre el pistoletazo de salida de una etapa nueva en la que las críticas, los insultos y en definitiva el contumaz empeño de la derecha y la extrema derecha de culpar al gobierno de todo, se mostrará como un esfuerzo estéril abocado al fracaso.

Rafael Sánchez Sánchez analista político y socio de infoLibre

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