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El negocio del miedo

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Marcelo Noboa Fiallo

De un tiempo a esta parte, proliferan como setas los anuncios de empresas que “nos venden seguridad”. Especialmente relevantes son los anuncios de alarmas para nuestros hogares. Empezó fuerte Securitas Direct por tierra, mar y aire, es decir por TV, radio, prensa escrita y digital. Un pastón que sólo se invierte cuando la rentabilidad está más que asegurada. Pronto le siguieron, Mapfre, Movistar, Mutua Madrileña, Prosegur y seguirán otros… el pastel es todavía muy grande. Tan grande como el miedo que se genera, tanto por los propios anunciantes, como por sus impagables socios, fabricantes de miedo desde el Parlamento y en la calle, Vox.

Especialmente agobiantes, reiterativos e inductores son los anuncios en radio de las emisoras privadas, en todos sus programas y franjas horarias, más de 10 millones de oyentes, a quienes se les transmite el “santo grial” de la seguridad (RNE, no emite publicidad de éste tipo, sólo de patrocinadores de eventos de interés general): “En cuestión de segundos tu casa y los tuyos estarán salvados”. Una vez más, las instituciones del Estado (en este caso la Policía) al servicio del negocio privado que supuestamente, raudos, acudirán a tu domicilio gracias al milagro que produce un cacharro instalado en tu domicilio. “La alarma que te avisa si tu vivienda va a ser robada”, dice un anuncio. Así de sencillo, así de atractivo. Uno se pregunta si con ello quieren decir que “el milagro” detecta a los ladrones planificando en robo en sus casas (es que soy muy peliculero).

No creo que sea ninguna casualidad, pero el auge de ventas de alarmas en España empezó con la entrada de Vox al Parlamento. Sus discursos incendiarios, sus mensajes antiinmigración. Su manipulación de datos y de cifras servían, entre otras cosas, para generar un ambiente de inseguridad, de miedo que ha permitido que las empresas del negocio se lancen a por los atemorizados ciudadanos, especialmente de las grandes ciudades y propietarios de segundas residencias.

Quien haya tenido la oportunidad de hacer algún seguimiento de las campañas publicitarias, habrá podido comprobar que sus publicistas han ido directo al meollo de la cuestión: anuncios cortos, textos sencillos, para consumo de clases medias, que nos suenen familiares, vecinales, próximas y que conecten con el ambiente generado por una supuesta “invasión” de inmigrantes malhechores, especialmente MENAS (Menores Extranjeros No Acompañados), los favoritos de Vox.

El caso es que, en España es más probable que te toque el Gordo de Navidad que ser víctima de un asesinato. Según datos del Ministerio del interior y de Eurostat (Oficina Europea de Estadística), desde el año 2010, la tasa de criminalidad ha bajado un 11%, la de homicidios un 23% y la de robos un 27%.

Raúl Sánchez Y Ana Ordaz, publicaron un excelente trabajo en el diario.es, hace un año donde recogían una extensa información estadística sobre la seguridad en Europa. España era (y es hoy) el tercer país más seguro de Europa. Entre los 41 países estudiados, España se encuentra en los últimos diez puestos (34) en homicidios, en el 21 en cuanto agresiones y a la cola (31) en robos. Sorprendentemente, los países más inseguros en cuanto a robos son Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Reino Unido. Si la comparación la hacemos con países de otras latitudes (Brasil, Venezuela, El salvador…), España es el paraíso de la seguridad y sin embargo el negocio del miedo se ha instalado. Seguritas Direct ya cotiza en Bolsa y el volumen de sus ganancias son estratosféricos en los dos últimos años.

En el Eurobarómetro de junio de 2017, ante la afirmación: “Mi ciudad, municipio o pueblo, es un lugar seguro para vivir". El 70% de los encuestados afirmó estar “muy de acuerdo”, el 25% “de acuerdo” y tan sólo el 5% en desacuerdo. Todavía no había entrado VOX en el Parlamento. Todavía no se había generado el miedo artificial, el miedo inducido (que es peor que el real), terreno abonado para las empresas de seguridad. La que mejor venda el producto se llevara el gato al agua. Es lo que está ocurriendo. Un vendedor de alarmas confesaba hace muy poco: “Estamos vendiendo alarmas en Villaverde, San Blas, Carabanchel…”. ¿Quién va a venir a robar aquí?, se preguntaba el mismo.

En EE.UU., entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de éste año, el FBI ha contabilizado 28,8 millones de chequeos (es la comprobación necesaria para conceder la licencia de un arma), nunca se había alcanzado cantidad semejante. La alegría y satisfacción de Johnson Firearmas (uno de tantos vendedores de armas) era incontenible. La mecha se había encendido desde la misma Casa Blanca. Ley y Orden ya no era suficiente, los Proud boys tenían que estar preparados. La ola de miedo ha recorrido el país los últimos meses, por ello, los que nunca se habían planteado la necesidad de defenderse a tiros, ahora son clientes de Johnson Firearmas.

Marcelo Noboa Fiallo es socio de infoLibre

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