La última de Ravensbrück

Acaba de morir en Hendaia, con el nacimiento del nuevo año, a los 97. Se trata de Simone Chrisostome, aunque se la conocía por Simone Vilalta. Sobrevivió a varios encierros en los campos de concentración nazis. Pasó cuatro años, entre los 19 y los 23, en el de Ravensbrück. Su padre fue militante del Partido Comunista en 1936 y ayudó a pasar la frontera a los republicanos que huían de la persecución franquista. Simone formó parte de la resistencia en Francia contra el nazismo, hasta que fue detenida y enviada a los campos de la muerte. Allí se la conoció por el sobrenombre de Monette. En los últimos años de la guerra, ante el avance del Ejército soviético, Chrisostome fue obligada a partir a pie, junto a más de 5.000 presas, hacia el campo de Bergen Belsen, pero logró escapar y ocultarse en un pajar. Había recorrido para entonces 38 kilómetros.

Los rusos la liberaron la noche del 30 de abril de 1945. Pesaba 30 kilos. A su regreso a Hendaia, ejerció como enfermera y se casó con un catalán llamado Lluís Vilalta, que también había sobrevivido a un campo de concentración, esta vez Mauthausen. En los últimos años, Simone difundió su necesario testimonio por los colegios, llevando consigo su uniforme de prisionera con el triángulo rojo que la marcaba como presa política. Ninguna de las noches de su vida estuvo ausente el recuerdo de aquel horror, perpetrado por un partido de ultraderecha que llegó al Parlamento alemán, tal como ocurrió en este país, mientras Simone trataba de explicar lo que significó aquello en su propia vida.

Félix Población es socio de infoLibre