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Hablando sobre el 8M

Librepensadores nueva.

Petra Rogero Anaya

El 8 de marzo se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer, como todos los años en esa fecha, se producen movilizaciones en todo el mundo con el objeto de reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres. Hablando con mis hijas sobre ese día, surgieron una serie de preguntas que deseo responder. ¿Por qué fue el 8 de marzo escogido mundialmente para hacer visible de forma unitaria la lucha de la mujer por la igualdad?

La elección de esta fecha recuerda que el 8 de marzo de 1857, las trabajadoras textiles de Nueva York, hicieron una protesta multitudinaria denunciando sus míseras condiciones laborales, reivindicando un recorte del horario y el fin del trabajo infantil; este episodio fue olvidado, aunque desde 1909 se plantearon distintas fechas para instituir un “Día de la mujer”. La primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora tuvo lugar el 11 de marzo de 1911, las mujeres de diversos países del centro de Europa, mediante mítines revindicaron: el derecho al voto, el acceso de las mujeres a los cargos públicos, a la formación profesional y el fin de la discriminación laboral. A los pocos días de esta celebración, se produjo un terrible incendio en una fábrica de camisas de Nueva York, en el que murieron más de 140 trabajadoras, muchas de ellas inmigrantes, las cuales no pudieron salir del edificio por haber cerrado las puertas los propietarios de la fábrica. El impacto del hecho fue tal que ocasionó cambios legislativos laborales en Estados Unidos y que su memoria fuera recordada en las posteriores celebraciones del Día de la Mujer Trabajadora.

En vísperas de la Gran Guerra la celebración se fue extendiendo por el mundo. Las mujeres rusas lo celebraron el último día de febrero en el año 1913. Al año siguiente las celebraciones se oficializaron el día 8 de marzo en Alemania, Suecia y la propia Rusia gracias a los esfuerzos de Alexandra Kollontai. En 1975 la ONU lo proclamó como Día Internacional de la Mujer.

¿Ha cambiado el feminismo de ahora, del de hace 50 o 100 años?

Cuando nacieron los movimientos feministas su lucha se centraba en alcanzar la igualdad política, se centraba en el derecho al voto, era un movimiento burgués, por ello olvidaba las condiciones de las mujeres trabajadoras, entonces la mujer tenía tan asumido el rol que la sociedad le asignaba por su sexo, (es lo que conocemos como género), que el simple hecho de hablar de la participación de los hombres en las tareas del hogar o en el cuidado de hijos/as y familiares, estaba más allá de la utopía; afortunadamente las mujeres y el conjunto de la sociedad ha evolucionado, lo que antes se vivía como un problema individual, ahora se ve como un problema social, algo que afecta a todo el colectivo femenino y aunque aún están lejos de conseguirlo, están en ello.

Las mujeres cada vez son más conscientes de que la ideología dominante -el patriarcado-, las somete y oprime a todos los niveles a través de la violencia estructural, cultural y directa, incluyendo en esta última la violencia machista, que, aunque cada vez está más denunciada, todavía hoy existen muchas mujeres maltratadas que no son conscientes que son víctimas, otras que lo ocultan y se auto inculpan de esa violencia ejercidas contra ellas; quiero subrayar, que desgraciadamente se siguen cometiendo asesinatos machistas; en lo que llevamos de año, dos meses, han sido asesinadas 12 mujeres, esto tiene que parar como sea, no podemos tolerar lo que está sucediendo, ¿cómo resolver este gran feminicidio?, tenemos que concienciarnos que es un terrible problema social, ha habido más asesinatos machistas desde el 2003 que empezaron a contabilizarse, que víctimas de ETA.

¿Cuáles son las principales reivindicaciones que se plantean en este día?

Bueno, lo primero que quiero decir es que el 8M, se celebra en una fecha concreta, pero la lucha de la mujer por la igualdad no tiene fecha, es un trabajo día a día y en todos los lugares, ya que todas las mujeres sufrimos la opresión del patriarcado con sus consecuencias; lo que se manifiesta tanto a nivel laboral en las desigualdades existentes, como a nivel familiar donde existe el relegamiento de la mujer a los cuidados de los hijos/as y familiares, a las labores del hogar, etc., sin darles otra opción para ocupar sus vidas. A nivel social además de la judicialización de sus actos, a que están sometidas las mujeres por los estereotipos de género vigentes, se constata la ausencia de reconocimiento de las labores domésticas, de los cuidados ejercidos tanto a hijos como a mayores o dependientes, para la sociedad es su obligación, es lo “natural”, por otra parte la mujer, por el hecho de serlo, tiene que demostrar constantemente su valía laboral y soportar la cosificación que llega a equipararlas a objetos decorativos, robots limpiadores y/o dispensadores de cuidados, y también para algunos “hombres” como objetos sexuales, como vaginas de las que pueden disponer a su antojo, cosificación que es la base de la violencia y acoso sexual. No se debe olvidar que también en el sitio de trabajo existe acoso sexual y laboral por parte de compañeros y jefes, acosos que muchas mujeres cotidianamente tienen que afrontar

¿Cómo afecta la discriminación laboral a la mujer?

Un día todos seremos pensionistas, pero las pensiones contributivas medias femeninas tiene un valor medio de 792,92 euros/mes, frente a los 1.212,06 euros/mes de los hombres, para igualarlas habría que incrementar las pensiones de ellas en un 53%, el origen es la diferencia de retribuciones en los trabajos realizados por unos y otros, diferencia existente en trabajos similares, pero que afectan en detrimento a la mujer. Cuando se examinan los totales de tiempo trabajado las mujeres tienen menores valores, la menor cantidad de tiempo trabajado es fruto de la reducción de jornada laboral a que se ven obligadas muchas mujeres para poder conciliar trabajo y vida familiar. Son las mujeres las que mayoritariamente realizan trabajos a tiempo parcial y solicitan excedencias para cuidar a los hijos/as; por otra parte los empleos feminizados tienden a estar peor pagados y tener menor proyección; también hay que recordar a las trabajadoras del campo, muchas de las cuales no pueden cotizar y tienen que acogerse a pensiones no contributivas; a las empleadas de hogar, que en su mayoría aún no están dadas de alta en la Seguridad Social y aquellas que si lo están, se encuentran con que no tienen derecho a la prestación por desempleo, y qué decir de sus míseros salarios y de los horarios abusivos.

Las mujeres tienen más probabilidades de perder su empleo, y las que pueden hacer teletrabajo ven multiplicadas sus responsabilidades al sumarse las del hogar, por otra parte, hay que señalar que la crisis económica ha hecho desaparecer las políticas de inserción laboral a favor de la igualdad. Todo lo anteriormente expuesto ha incrementado la brecha salarial, que se sitúa en estos momentos en el 23%, por ello los colectivos feministas exigen a las empresas transparencia salarial y revisión de categorías, de complementos y de criterios profesionales, que permitan acabar con ella. El techo de cristal impide a las mujeres ascender en el trabajo, miremos donde miremos las direcciones de las empresas están copadas por hombres, a pesar de que las mujeres tienen más estudios y mayor preparación académica. Esto es la base de las reivindicaciones que plantean igualdad de oportunidades para ocupar puestos de poder y responsabilidad y a ser tenidas en cuenta en las promociones profesionales. Las mujeres asumen la mayor parte del trabajo no retribuido lo que repercute en periodos de inactividad y parcialidad laboral superiores, su corrección conlleva que la corresponsabilidad y cuidados deben ser asumidos en igualdad por hombres y mujeres, denunciando no solo a los hombres que los evaden, sino también a las empresas que lo permiten y facilitan.

¿Por qué hubo años en que las movilizaciones se acompañaron de llamamientos a la huelga?

La huelga es un recurso de los trabajadores para ser escuchados y proteger unos derechos que no son tenidos en cuenta; a veces es la única herramienta disponible. En 2018 las organizaciones feministas de más de 70 países ante la situación de desprotección legal existente, con leyes obsoletas, o que no se cumplen, plantearon una Huelga Internacional Feminista, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, si bien en España los paros fueron parciales, ese año las manifestaciones fueron multitudinarias, alcanzando todos los rincones de la geografía española. En 2019 la jornada de huelga de mujeres (laboral, de cuidados y de consumo) se acompañó de un paro estudiantil y, con el apoyo sindical, hubo paros de dos horas en muchas empresas del país. En 2020 aunque algunos sindicatos convocaron paros, no hubo un llamamiento a la huelga general para todo el Estado. Este año no se han convocado paros salvo parciales por algunos sindicatos minoritarios. La movilización tiene presente la sobrecarga de muchos sectores como el sanitario o el de los trabajos de cuidados, que son de carácter esencial para la vida de todos y donde las mujeres son el sector mayoritario. El lema de este año, “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo del covid-19” rinde homenaje a las trabajadoras de la salud, cuidadoras y organizadoras comunitarias, que están en primera línea en la lucha contra la pandemia, así como mujeres de otros sectores, limpiadoras, cajeras, …

¿Está empeorando la pandemia la situación de muchas mujeres?

El covid-19 no ha golpeado a todos los sectores económicos por igual, lo ha hecho mucho más marcadamente en la economía informal, que ha visto reducir sus ingresos en un 60%, y es mayoritariamente desempeñado por mujeres, pensemos por ejemplo en el sector servicio donde la fuerza de trabajo es mayoritariamente femenina, sector en donde el desempleo ha impactado enormemente. En el sector sanitario las mujeres constituyen el 70% de los trabajadores, sector que ha sufrido una mayor exposición al virus, contagiándose y falleciendo muchos profesionales de toda España. En general la pandemia ha agravado la situación de las mujeres, situándose la tasa de actividad femenina en un 53,4% frente al 61,35% de los hombres, o, la tasa de paro (18,1% mujeres/14,1% hombres) Las restricciones de movimiento por el confinamiento han hecho que las empleadas internas han visto empeorar su situación por el covid-19 y en otro orden de cosas muchas mujeres han tenido que convivir con su maltratador las 24 horas del día, quedando así más expuestas a la violencia machista. También la pandemia ha supuesto problemas sanitarios, pero específicamente femeninos se ha constatado por un estudio de la ONG Oxfam, que la mortalidad materna se ha incrementado "entre 8% y 39% al mes en los países de renta media-baja, debido a la reducción de los servicios de atención perinatal a causa del covid-19".

¿Las movilizaciones cambiaran la realidad de la mujer española?

Las movilizaciones atraen la atención de los medios de comunicación, lo que ayuda a amplificar la divulgación de los motivos que la impulsan, y permite llegar a rincones a los que sería difícil acceder, esto favorece la toma de conciencia por parte de muchas mujeres y de la sociedad en su conjunto, lo que a su vez conlleva a que los políticos intenten adaptar la legislación a la realidad social. Por esto es indispensable la movilización de las mujeres, ya que solo la presión social hará posible que sus peticiones se conviertan en políticas reales. Es fundamental cambiar la forma de sentir de la sociedad, con ello lograremos cambios políticos y legislativos, muy necesarios para conseguir la total igualdad entre hombres y mujeres e imprescindibles para acabar con los feminicidios, ya que la política y la legislación va casi siempre por detrás de la sociedad.

Petra Rogero Anaya es socia de infoLibre

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