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Muerte anunciada

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Natividad Pérez

El 16 de mayo de 1943, los periódicos de Sevilla Abc, F.E. y Diario anuncian el fusilamiento de Gonzalo Gálvez García, que se producirá el día 17 a las 11 horas en la plaza pública de Guadalcanal. Obedecen la orden de insertar la nota que se transmite desde capitanía general de la segunda región militar para dar máxima publicidad al fusilamiento. La fecha inicial para el fusilamiento era el domingo 16 de mayo, pero un telegrama “urgentísimo y secreto” del general gobernador militar de Sevilla lo aplaza al día 17. La presencia del capellán castrense dando legitimidad a la eliminación de la vida de un ser humano desarmado en “el día del señor”, delante de la iglesia, debió parecerle a la capitanía general más provocadora que edificante.

El 7 de abril de 1943, se denuncia el secuestro y petición de rescate del arrendatario de un cortijo de Alanís, vecino de Guadalcanal. No se paga el rescate, la Guardia Civil realiza batidas de los terrenos aledaños al lugar del secuestro, 48 horas más tarde aparece el cadáver del secuestrado. El primero que dirige la investigación es el capitán de la Guardia Civil Juan Farrona Cano, de la comandancia 104 rural, encargado de la persecución de huidos.

El 12 de abril de 1943, el capitán general de la segunda región militar da orden al juez Fructuoso Delgado Hernández para que instruya la causa 507/43 contra ocho individuos desconocidos por el secuestro y asesinato. El mismo día 12 se da orden al primer jefe de la comandancia de la Guardia Civil nº 104 rural y a los comandantes de puesto de la Guardia Civil de Alanís, Guadalcanal, Cazalla de la Sierra, Constantina, Azuaga, Villanueva de Minas, El Pedroso y Berlanga para que practiquen diligencias encaminadas a la búsqueda y captura de los ocho desconocidos. La instrucción del procedimiento 507/43 por el juez Fructuoso Delgado Hernández del juzgado permanente de causas nº 4 y especial de fugitivos hace que el supuesto inicial de la autoría de los refugiados en la sierra se mantenga y se elimine cualquier otra línea de investigación. Los informes desde los distintos puestos de la guardia civil, citados anteriormente, de que las investigaciones no dan resultado se suceden desde el día 17 de abril hasta el 18 de mayo de 1943.

El 16 de abril de 1943, un vecino de Guadalcanal recibe un anónimo pidiéndole dinero, son detenidos tres hombre de 18, 25 y 31 años en relación a los hechos. Dos de ellos son falangistas y el tercero ha servido en el ejército de los golpistas. La orden de apertura de procedimiento no se da hasta el 24 de abril de 1943, procedimiento sumarísimo 575/43 por amenazas y coacciones.

El 18 de abril, la Guardia Civil detiene, por orden del capitán Juan Farrona Cano, a cinco hombres y dos mujeres por la aparición de un segundo anónimo sin destinatario que no queda claro dónde ni de qué forma se ha encontrado. Aunque el motivo inicial de la detención es un supuesto anónimo, ahora no se abre un procedimiento nuevo por amenazas y coacciones. Se les encausa en el 507/43 por secuestro y muerte del arrendatario. En una tarde se interroga a todos los detenidos, incluso a la hermana de 13 años de Gonzalo Gálvez García y se les traslada a la cárcel de Lora del Rio. El 24 de abril el juez Delgado Hernández interroga en Lora del Río al capitán Farrona Cano y a los detenidos. Los detenidos afirman que parte de sus declaraciones ante el capitán Farrona se deben a que han sido objeto de maltrato.

El día 25 de abril de 1943, se toman declaraciones a los testigos y los guardias civiles en Guadalcanal y Alanís. La mujer y el hijo del fallecido apuntan en la dirección de una venganza personal hacia el hijo, que sustentan en que los secuestradores preguntaron por él al llegar al cortijo, y por no estar éste se llevaron al padre. Ambos señalan a uno de los encausados en el procedimiento 575/43 como posible implicado. Los interrogatorios de la Guardia Civil dirigen a los interrogados hacia las sospechas de los “rojos huidos” como responsables del secuestro. No se ha descubierto quiénes son los secuestradores, pero se pregunta si creen que Gonzalo Gálvez García está implicado. Dado que solo existe un testigo directo del secuestro que afirma no conocer a ninguno de los secuestradores; el resto de los testigos son vecinos del pueblo a los que se pregunta sobre la opinión que le merecen los detenidos o si creen que están relacionados con el secuestro. Las respuestas son opiniones, especulaciones o rumores. ¿Por qué se dirige a los interrogados hacia Gonzalo Gálvez, un joven de 19 años que se encontraba trabajando en el pueblo los días del secuestro y asesinato? La Guardia Civil apunta la razón fundamental, varios de sus familiares han sido fusilados por rebelión; al estar en Guadalcanal, se le puede detener y relacionar con los retornados al pueblo tras la guerra, que se refugiaron en la montaña cuando se produjeron las detenciones masivas. Sus hermanos Guillermo y Manuel fueron detenidos el 5 de abril y el 5 de mayo de 1939, respectivamente. Los dos fueron detenidos al regresar al pueblo al finalizar la guerra. Los dos lucharon en la defensa del legítimo gobierno republicano y defendieron Guadalcanal de la ocupación golpista. A Guillermo lo fusilan el 13 de junio de 1940, a los 28 años. A Manuel lo fusilan el 3 de noviembre de 1941, a los 31 años. Los dos fueron fusilados al amanecer y enterrados en la fosa común del cementerio de San Fernando de Sevilla sin determinar el lugar concreto.

El 26 de abril de 1943 la causa 575/43 se acumula a la 507/43 y se reduce el número de encausados a seis. En el informe del fiscal se reconoce que no hay pruebas de la autoría ni de la complicidad de los encausados en el secuestro y asesinato del arrendatario, pero es necesaria una interpretación lata de las leyes porque los huidos de la sierra mantienen un espíritu de rebeldía contra las instituciones del Estado. En el juicio del día 10 de mayo se vuelve a reconocer que no hay pruebas, pese a todo se les condena por robo a mano armada y se le impone a Gonzalo Gálvez García la pena de muerte y al resto 30 años de reclusión mayor.

La muerte de Gonzalo Gálvez García es una amenaza a todos los que permanecen en la sierra poniendo en duda la legitimidad y la fuerza de la dictadura. Lo fusilan en la plaza pública de Guadalcanal, a las 11 de la mañana. El pelotón de fusilamiento está integrado por guardias civiles del puesto de Guadalcanal, en presencia del juez Fructuoso Delgado Hernández, del capitán jefe de la Guardia Civil de la zona norte Juan Farrona Cano, del capellán castrense y del oficial médico. Se marca con precisión el lugar de enterramiento dentro del cementerio de Guadalcanal: “el cadáver de Gonzalo Gálvez García, ha recibido sepultura a las once y media de la mañana de hoy en el Cementerio de San Francisco de esta población, en fosa común situada a 11,60 metros perpendicular de la Sección F y 13 metros perpendicular de la Sección H, y en línea recta a 7,80 metros de la Sección E y a 25 metros también en línea recta de la Sección G” (Procedimiento sumarísimo 507/43, página 138). Todos tienen que ver que el régimen mata sin dudarlo a un inocente, que careciendo de pruebas no duda en asesinarlo. Todos tienen que contarlo para que la amenaza se extienda por la sierra como la pólvora. Todos tienen que identificar el lugar del enterramiento para que sirva de memoria permanente.

Natividad Pérez es socia de infoLibre

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