Librepensadores

El sentido crítico favorece la abstención

Antonio Rato

Mis comienzos en el ejercicio de la abogacía a finales de los 50 tenían dos vertientes: la gratuita, que según Simón Sánchez Montero era de camilleros, que recogíamos en las líneas del frente a los heridos políticos, y la de subsistencia, que era una empresa de venta por correo que comenzaba su andadura. Tuve la suerte de que mi jefe en esta empresa fuese el hombre más inteligente y honrado que he conocido y de que me desasnase de arriba abajo.

En aquellos años no existía internet y la televisión comenzaba su desarrollo, por lo que el único auxiliar de la venta por correo era la prensa. La campaña comercial comenzaba por correo, con una carta en que se invitaba al destinatario a conocer el producto incluyendo en el sobre una solicitud que debía devolvernos en el sobre de respuesta pagada que se incluía. Toda la prensa nacional la teníamos calificada por “índice de respuesta”, según la escala de precios de cada producto. Otra cosa era el “índice de adquisición del producto”, infinitamente más bajo que el índice de respuesta. Pero ambos índices no guardaban relación. Mi jefe era un genio analizando las respuestas. Los mejores índices los obtenían La Verdad de Murcia y El Ideal Gallego y, cuando en 1976 apareció El País, fue el peor de todos.

Resumiendo, la prensa de contenido familiar y conservador era la más rentable para casi todos los productos, aunque algunos, como las joyas o los libros, tenían su público particular. La televisión e internet supusieron un cambio radical en la técnica y logística de ventas.

Cuando veo la imagen de Isabel Díaz Ayuso y oigo las cosas que dice, pienso que estoy leyendo La Verdad de Murcia y que el índice de respuesta va a ser alto y familiar. Inversamente cuando veo y oigo a Ángel Gabilondo, me barrunto que el índice de respuesta va ser muy bajo. Sin embargo, el “índice de adquisición” o voto será más alto, aunque individual.

Antonio Rato es socio de infoLibre

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