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Tiempos duros

Librepensadores nueva.

Antonio García Gómez

“No es que España esté polarizada, es que como siempre que la gente no vota lo que el club de campo quiere el verso de Julio César resuena entre el brandy: grita la devastación y suelta los perros de la guerra”. Daniel Bernabé.

Tiempos extravagantes, tiempos que desazonan e irritan, amedrentan y esparcen odio exclusivo, retrechero cambiazo de la realidad, a un paso del desaliento ante los desahogados que insisten porque es su trabajo, de capataces especializados en darles de nuevo el poder a sus mangones señores, tan intocables como inatacables.

Y entretanto, enfangados en el entretenimiento más burdo. Desde el “chao pescao” de una indocumentada como Tamara falcó, erigida en adalid de quien pueda “elegir” su vacuna, al apocalipsis preconizado de ignorantes supinos, elevados a voces de oráculos tremendistas, como el tal Bosé de Miguel, metido a no científico con “la verdad” entre “sus verdades”, como si solo se tratara de atragantarnos embutidos en nuestros sofás narcotizantes.

Tiempos duros en los que se acude a “la responsabilidad personal”, porque a la grupal no hay quien la contenga, con el personal al mando, unos mucho más que otros, repartiendo bulos y tergiversaciones que hagan olvidar la gravedad  del asunto a cambio de un poco de… “fiesta, fiesta, fiesta”.

Tiempos inexplicables en los que se llama “asesino a quien pretenda compartir un piso si ha sido contagiado trabajando en el hospital” o “baja a la calle sin mascarilla a depositar la basura”, y no se piden cuentas por el triaje hecho a los ancianos que llevaron a los hospitales desde sus residencias, encerrados, condenados. Y tampoco se toma en cuenta el nulo refuerzo a la Asistencia primaria de sanitarios/as, estragados de tanto ofrecer su entrega sin compensación alguna de arriba.

Como tampoco se tendrá en cuenta que a las “colas del hambre” ya las tildan, desde el Gobierno de Madrid, de “las colas de los mantenidos”.

Que ya se sabe cómo hacen las cuentas esta “mala gente”, que 4.700 euros para un MENA, y 426 euros para “la abuela”, y que cunda el odio y el racismo.

Tiempos crueles en los que empezamos aplaudiendo, creímos que a los sanitarios, y era a nosotros mismos de cagaos que andábamos, clamando porque nos salvaran.

Tiempos estúpidos de “responsabilidad personal” aparcada más veces de la deseada, camino de un mundo atroz, de egoísmo, insolidaridad absoluta y “sálvese quien pueda”, ilusos y crédulos imaginando que nosotros daremos también el pelotazo, de tanta codicia soñada, en posesión de unos pocos.

Ahora Caixabank, tras la fusión con Bankia muestra la verdadera cara de este sistema implacable, el mismo que predica muy ufana la derecha, con un balance inevitable: un ERE gigantesco para 8.000 trabajadores.

Y que aguanten quienes aún creen en una derecha que solo cuida a sus mantenedores, a sus amos y señores, a sus vasallos resignados y afines porque de ellos serán… ¿las migajas?

Y entre tanto que viva la fiesta y la bajada a los infiernos de un mundo que ya se precipita por el abismo abajo, rezando a su “santa Ayuso” porque ha sido capaz de hacerles olvidar a los muertos, a los “mantenidos” muertos de hambre y ya preconiza el estado permanente de la…¡fiesta!

Madrid, al borde del abismo

Madrid, al borde del abismo

Con tanto corifeo apesebrado jaleando las ocurrencias, verdaderamente, sangrantes, de tanto desalmado con escaño y cierto poder.

Defenestrado definitivamente el espíritu de fraternidad que ya muchos demonizan, frente a la insolidaridad elevada a categoría del nuevo mundo que pretenden alumbrar.

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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