Lo que pasa en Madrid se queda en Madrid

Escribo estas líneas en el día de reflexión de las elecciones autonómicas a la Comunidad de Madrid; yo ya voté, decidí hacerlo por correo y, en este día de reflexión, me pregunto: ¿Habría cambiado mi voto tras los días de campaña?

La respuesta es un no rotundo. La única lección que puedo sacar de la campaña vivida, desde mi puesto de observador desinteresado puesto que ya ejercí mi derecho al voto, es que en la política en Madrid hay muy poco respeto por los votantes madrileños y por el resto de españoles, como si el resto del territorio no fuese sino los arrabales de Madrid. ¿No hay nadie en el Partido Popular que se de cuenta de que la chulería disfrazada de casticismo de la candidata, ese espejismo con el que lleva tiempo cegando a los madrileños para que no vean lo que les rodea, provoca un sentimiento de rechazo —auténtica madrileñofobia— en el resto del territorio patrio?

Lo peor es que la susodicha también ha conseguido cegar a alguno de los otros candidatos, que se ha quedado mirando donde señalaba su dedo. Los que seguimos sintiéndonos orgullosos de ser de provincias, aunque vivamos y trabajemos en Madrid desde hace mucho, y seguimos moviéndonos por todo el territorio patrio sin prejuicios y sin arrogancias absurdas, tenemos claro que Madrid —política y socialmente— dibuja una imagen muy deformada y muy poco realista de lo que es España. La España real, no la de los medios “de Madrid”. Tengo para mí que, por fortuna y a pesar de los intentos de algunos opinadores interesados en sacar petróleo donde sólo hay aguas sucias, lo que pase mañana en Madrid afortunadamente se va a quedar en Madrid y, si acaso, puede acentuar más la frialdad y rechazo del resto de españoles hacia “los madrileños”.

Un consejo sencillo para los políticos madrileños: que viajen más fuera de Madrid, sin complejos, sin arrogancias, escuchando, conversando, observando. A lo mejor les ayuda a respetar más a los madrileños y al resto de los españoles. 

Máximo Aláez Fernández es socio de infoLibre