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Susana Díaz vs. Juan Espadas, unas primarias decisivas

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Rafael Sánchez Sánchez

El 13 de junio se ha convertido por azar en una fecha clave del devenir político preveraniego. Este domingo de junio coinciden dos acontecimientos políticos que nada tienen que ver entre ellos, la manifestación en la madrileña plaza de Colón contra los indultos de los condenados del procés, y las elecciones primarias del PSOE andaluz. Seguramente la atención mediática pondrá el foco en el evento de Madrid, pero las elecciones primarias del PSOE-A tendrán una gran trascendencia política, porque en esta contienda interna de los socialistas andaluces no sólo se decide quién será el candidato o la candidata en las próximas elecciones andaluzas, sino que también se libra una batalla –quizá la última– entre Susana Díaz y Pedro Sánchez.

En cualquier caso, al abordar este tema se hace necesario adentrarnos en el perfil político de los dos candidatos con más posibilidades de salir elegidos, Susana Díaz y Juan Espadas. El tercer candidato es Luis Ángel Hierro, profesor de Teoría Económica en la Universidad de Sevilla.

Susana Díaz

Sin duda Susana Díaz es la dirigente socialista más conocida de los tres que aspiran a ganar las primarias y convertirse en candidato del PSOE-A a las próximas elecciones de Andalucía. Susana Díaz inició su carrera política en 1999 como concejala del Ayuntamiento de Sevilla, pero cinco años después dio el salto a Madrid al ser elegida primero diputada y luego senadora por Andalucía. En 2012, vuelve a Sevilla para incorporarse, como consejera de Presidencia, al Gobierno de José Antonio Griñán. Al año siguiente, como consecuencia de la dimisión de Griñán, accede a la Presidencia de la Junta de Andalucía.

Pero a los efectos de las elecciones primarias que se celebrarán el próximo domingo nos importa más su trayectoria política en el PSOE y en concreto el que de alguna forma fue el inicio, al menos de momento, de su frustrada carrera a la Secretaría General del PSOE. En julio de 2014, tras renunciar Alfredo Pérez Rubalcaba a seguir al frente del partido, se celebra un Congreso Extraordinario que proclama como nuevo secretario general a Pedro Sánchez. En ese momento Susana Díaz consideró que era pronto para dar el salto a Madrid, pero no le gustó que Rubalcaba hubiera pactado el formato del congreso con Eduardo Madina y prefirió que desde Andalucía se apoyara a Pedro Sánchez. De hecho, Susana Díaz participó en una reunión a la que asistieron el propio Sánchez, Tomás Gómez, Ximo Puig y José Luis Rodríguez Zapatero, en la que se acordó evitar el enfrentamiento de la dirigente andaluza con Eduardo Madina y facilitar el acceso a la secretaria general a Pedro Sánchez. Cuentan que a la salida de ese encuentro Susana Díaz dijo una frase, “este chico no vale, pero nos vale”, que marca el inició de su relación con Pedro Sánchez. Pero ocurrió que Sánchez funcionó con ideas propias y con objetivos claros y no como alguien maleable, o como una especie de muñeco de guiñol, fácil de batir cuando llegaran unas circunstancias adecuadas para que Susana Díaz compitiera por la Secretaría General.

Pero, sin duda, el momento álgido en el enfrentamiento de Susana Díaz y Pedro Sánchez se dio en el Comité Federal del PSOE del 1 de octubre de 2016. En ese año de bloqueo político se tuvieron que repetir las elecciones al no tener Pedro Sánchez apoyos suficientes para conseguir la investidura. Además, Sánchez se oponía –“no es no”– a que el partido se abstuviera para facilitar la investidura de Rajoy. Esta situación provocó una grave crisis en la que un sector del PSOE, liderado por Susana Díaz y apoyado por los expresidentes Felipe González y Rodríguez Zapatero y varios barones socialistas, forzó la dimisión de Pedro Sánchez. Al año siguiente, el 21 de mayo, se celebraron nuevas elecciones primarias en las que compitieron Susana Díaz, Patxi López, diputado por Vizcaya y el propio Pedro Sánchez que ganó con el apoyo mayoritario de los militantes. Cuando se proclamó en la sede socialista de la Calle Ferraz el triunfo de Pedro Sánchez, Susana Díaz se resistió a posar en la foto, y cuando lo hizo su cara reflejaba un gesto serio y a duras penas logró esbozar una leve sonrisa.

Desde esas elecciones primarias, que confirmaron el liderazgo de Pedro Sánchez, Susana Díaz ha escenificado una buena relación con su secretario general, pero en modo alguno ha renunciado a librar nuevas batallas por dar ese “salto a Madrid” que tanto ansía. Estas elecciones primarias en las que se enfrenta a Juan Espadas, candidato apoyado por Ferraz, es para ella una excelente ocasión por recuperar el terreno perdido. En este sentido conviene hacer referencia a que en su discurso electoral de la campaña de primarias hay constantes críticas al “aparato de Ferraz”, es decir a Pedro Sánchez.

En el inicio de la campaña, en un acto celebrado en el municipio sevillano de La Algaba, Susana Díaz dijo: "Andalucía no quiere ser una sucursal dirigida desde fuera", en clara referencia a Ferraz. Pocos días después, en el recorrido de su campaña por Granada, además de acusar de nuevo a Ferraz de querer “dirigir Andalucía desde Madrid, vierte una sorprendente acusación de machismo a la dirección federal del partido: “Hay compañeros que han perdido elecciones y se les ha permitido seguir”. “yo las he ganado y se me pide renovación”. ¿Por qué a mí no, por qué soy una mujer?". Una última nota que marca esta campaña de primarias, esta quizá en clave interna, la ha puesto Díaz al acusar a su principal contrincante, Juan Espadas, de uso fraudulento de datos de los militantes del PSOE en Sevilla a los que Espadas ha enviado a través de WhatsApp mensajes promocionales.

Quedan pocos días para que termine la campaña y seguramente veremos más críticas a Ferraz por parte de la líder socialista. Ella insiste en que quiere ser la candidata de las “bases”, de la “militancia”, pero por su trayectoria política resulta evidente que su meta, su gran objetivo político, está en la madrileña calle de Ferraz para acabar con ese “chico que no vale, pero nos vale”. Ese fue sin duda su gran error que ahora, con esta campaña de primarias, intenta resolver.

Juan Espadas

Juan Espadas es alcalde de Sevilla desde junio de 2015. Anteriormente fue consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía de 2008 a 2010 y Senador por Andalucía de 2010 a 2013. Por otra parte, durante catorce años ha ocupado diversos cargos intermedios en la Consejería de Medio Ambiente. Su actividad política en el PSOE ha estado centrada también en temas de Medio Ambiente siendo de 1997 a 2009 coordinador Federal de Medio Ambiente. En 2011 se presentó como candidato a la alcaldía de Sevilla en las elecciones municipales, ganó el PP por mayoría absoluta y fue durante cuatro años el líder del principal partido de la oposición. Finalmente, en las elecciones de 2015, logró la Alcaldía gracias a un pacto del PSOE con Izquierda Unida y Participa Sevilla.

A estas elecciones primarias acude con una experiencia evidentemente menor que la de Susana Díaz, pero serán los militantes del PSOE el 13 de junio o el 20, en segunda vuelta, quienes decidirán quién quieren que sea el candidato o la candidata del PSOE-A en las próximas elecciones de la Junta de Andalucía.

La campaña de esta contienda interna de los socialistas andaluces ha comenzado con un cruce de acusaciones entre los dos principales candidatos. En el inicio de la campaña en Dos Hermanas, Juan Espadas contestó, sin citarla expresamente, a las críticas de Susana Díaz en el sentido de que él estaba dirigido desde la dirección federal de Madrid: “El problema no es el mando a distancia, el problema es que no sintonizamos. Entonces hay que cambiar el programa o cambiar al presentador”. Espadas remató la respuesta diciendo: “No sólo es importante llegar, sino también saber irse”. Por otra parte, el mensaje del regidor sevillano en esta campaña es que quiere unir todo lo que se rompió el 1 de octubre de 2016, en referencia al traumático Comité Federal en que se forzó la dimisión de Pedro Sánchez.

En un vídeo en el que valora el ecuador de la campaña Espadas, tras destacar que él solo traslada mensajes propositivos y positivos, acusa a la expresidenta andaluza de ser “la favorita de las derechas, la candidata de los que quieren que ganen aquellos interesados en dañar a Pedro Sánchez”.

Ante las sorprendentes acusaciones de “machismo” vertidas por Susana Díaz al decir que Ferraz no la había permitido seguir como candidata “por ser mujer”, la corriente crítica, Hacer más PSOE, que apoya la candidatura de Espadas, ha lamentado que Susana Díaz haya recurrido a su condición de mujer para pedir una segunda oportunidad. "Sólo podemos entenderlo por el estado de ansiedad y nerviosismo que transmite; nos parece lamentable usar algo tan importante como el feminismo para justificar su situación personal de líder venida a menos".

El debate

A cinco días de que los militantes acudan a las urnas los tres candidatos han mantenido el único debate previsto en la campaña. El formato, que había sido previamente pactado, estaba pensado para que no se interrumpieran, solo en cada turno de palabra se podían contestar. El objetivo de este formato era no salirse del guión establecido por sus asesores y de esta forma no correr riesgos de decir algo inoportuno que pudiera perjudicarles en sus expectativas electorales. Susana Díaz insistió en su argumento de que el PSOE-A debe ser un partido autónomo, sin ataduras con Ferraz. Incluso utilizó de forma reiterada la palabra “libertad” emulando a la líder madrileña del PP. Luis Ángel del Hierro, candidato con menos posibilidades de salir elegido, prometió un PSOE más de izquierdas y más abierto a los militantes. Además, fue el único que protagonizó un enfrentamiento directo con Juan Espadas al acusarle de mentir por sus referencias a los militantes que hicieron preguntas a los candidatos, cuando al parecer hubiera preferido que participaran periodistas. Espadas en sus intervenciones destacó la pérdida de votos de los socialistas en la etapa de Susana Díaz y propuso un partido “unido y fuerte” con más “escucha y más humildad”, en el que se dejen atrás “las peleas y las discusiones”, en clara referencia al enfrentamiento de Susana Díaz con el sector “sanchista” del partido.

Este modelo de debate fue muy diferente al de las primarias de 2017. En ese momento Susana Díaz utilizó un tono agresivo contra Pedro Sánchez: "Pedro, cariño, no mientas" […]. "Tu problema eres tú, Pedro. La gente no se fía de ti. Deberías hacértelo ver". Estos mensajes tan agresivos se volvieron al final en su contra, por eso en este debate Susana Díaz ha utilizado un tono más sosegado.

Adoctrinamiento I

Adoctrinamiento I

Es difícil saber que saldrá del debate, quizá no influya mucho en la decisión de voto de los militantes socialistas. Seguramente la mayoría de los afiliados habrán decidido ya su voto. Susana Díaz, que cuando se enfrentó encarnizadamente a Pedro Sánchez contó con el apoyo del aparato y de Felipe González, aparece ahora como una candidata de las bases, de los militantes. La duda es si esta nueva imagen de la líder socialista será creíble.

En definitiva, las “espadas” de los dos principales candidatos están en alto y lo que ofrecen a los militantes a la hora de votar son dos modelos de partido diferentes, uno unido en el que se cierren “viejas heridas”; y otro que seguirá en la confrontación dirigido por quién quiere hacer su particular “vendetta”. El 13 de junio, y a más tardar el 20 del mismo mes, el PSOE-A tendrá un candidato o candidata que competirá para llegar al Palacio de San Telmo.

Rafael Sánchez Sánchez es analista político y socio de infoLibre

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