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Antón Losada: “Hay mucha basura dentro del periodismo español”

El politólogo gallego Antón Losada insiste en recordar que no es periodista, pese a que deba su popularidad a su trabajo en prensa, radio y televisión. Prefiere hablar siempre desde su “atalaya académica”. Esa perspectiva le permite defender sus opiniones personales sin ningún tipo de atadura o condicionante. Su amplia experiencia en el mundo de la comunicación le ha hecho ver que, pese a que subsisten medios libres e independientes, también existe un amplio territorio de periodismo basura que piensa que debería erradicarse. Hemos hablado con él por videoconferencia. Desde el confinamiento se mantiene en Santiago de Compostela, su lugar de residencia habitual.

Experiencia del coronavirus

“La verdad es que lo he vivido con relativa calma y tranquilidad. Tengo la suerte de tener a mi hija viviendo conmigo y empezando la carrera de Derecho, aquí en la Universidad de Santiago, y tenemos un espacio habitable bastante cómodo. Uno piensa en las historias que ha visto durante estos meses y yo a lo mejor me siento afortunado, dentro de la situación de desgracia. En cuanto a los cambios de hábitos, por los que la gente protesta tanto, tengo que decir que ya los había hecho hace mucho tiempo. Nunca he sido ni de besos ni de abrazos. Siempre he sido muy partidario de mantener la distancia social, mucho antes del coronavirus. Para mí, esto que llaman la nueva normalidad, es lo que ha sido para mí la normalidad toda la vida. Los Losada no somos de andar dando muchos besos y abrazos. Somos de guardar las distancias”.

Aumento de la polarización

“La polarización siempre ha estado ahí, lo que pasa es que no la hemos querido ver. En nuestro caso, hemos construido un gran mito, que es el de que España es una sociedad en la que todos estamos de acuerdo en las siete u ocho grandes cosas y discrepamos en lo irrelevante y no es verdad. Somos una sociedad que, en su seno, tiene diferentes grupos y diferentes visiones, como los países que nos rodean. Y con las crisis esas visiones emergen. Entonces, primero, sin negar la dificultad y los problemas que significan la polarización, yo creo que hay que normalizar un poco que no somos sociedades de consenso. Lo que necesitamos tener es un buen sistema institucional para gestionar el disenso, especialmente en nuestros tiempos de crisis de recursos y de tener que tomar muchas veces decisiones difíciles”.

Futuro de la polarización

“Creo que es muy difícil mantener tanto tiempo una política basada únicamente en la apelación a las emociones. Porque es agotador. Tenemos un límite en la tensión emocional que somos capaces de soportar. Y llega un momento que después de muchas subidas y bajadas y estar metidos en un tobogán emocional, en nuestra vida, buscamos un momento de paz, de calma, de tranquilidad. Estamos en una política que apela directamente a las emociones, a los sentimientos, a movilizar, a las emociones del ciudadano. Pero me da la sensación de que, en algún momento, esa curva volverá a bajar y volveremos a ver más espacios y más debates políticos donde se apele más a la razón. Yo, por lo menos, estoy agotado y creo que no soy el único. Me gustaría volver a ver una política y una apelación, no tanto a mi bilis y a mi hígado, y un poco más a mi cerebro”.

Modelo autonómico post-covid

“Tengo la sensación de que el modelo autonómico no va a salir especialmente tocado de la gestión de la pandemia. Al que siempre ha pensado que esto de las autonomías es un sindiós, la pandemia le ha confirmado su tesis, y a los que pensamos que es mejor una gestión más descentralizada, más próxima a los ciudadanos, pues esta pandemia nos ha confirmado nuestras tesis. Necesitamos que pase el tiempo, que esto asiente y poder preguntarle a la gente. Algunos indicios tenemos. Por ejemplo, los mismos que en abril clamaban contra la gestión centralizada, son los que ahora añoran o reclaman una gestión descentralizada. O los mismos que reclamaban una gestión descentralizada en febrero y abril y le pedían a Pedro Sánchez que les dejaran tomar decisiones, son los que cada vez que han tenido un problema, lo primero que piden es un protocolo del Gobierno central”.

EH Bildu y los presupuestos

“La derecha establece frames, que dicen los cursis, y la izquierda los compra sistemáticamente. La derecha ha establecido un marco en el cual deciden con criterios morales que solo ellos pueden definir con quién se puede pactar y con quién no. Y van variando esa definición a conciencia. Ahora es EH Bildu, pero hace unos días o hace unos meses era ERC. Con Junts per Cat tampoco. Cuando yo estaba en política, tampoco se podía pactar con el BNG. Desde el punto de vista estratégico, es un negocio redondo. La derecha decide con quién se puede pactar y la izquierda pierde un montón de tiempo, esfuerzo y energías en justificar esos pactos que la derecha no le deja hacer. En el caso de EH Bildu, me parece realmente espectacular. ¿No era esto lo que se le pedía a la izquierda abertzale? ¿No se le pedía que hiciera política? Entonces, ahora ¿Cuál es el problema? Para mí eso no es un problema, es una oportunidad”.

Divergencias en el Gobierno de coalición

“Yo estuve dos años dentro del bipartito gallego y viví lo que es un Gobierno de coalición. La oposición siempre hurga en la misma herida. Al socio mayoritario le dices que el pequeño le está comiendo el espacio. Al minoritario le dices que el mayoritario le está absorbiendo. Es la manera de generar tensión dentro de la coalición. ¿Qué se le decía al Gobierno de coalición hace unos meses? Que Podemos estaba desapareciendo y que el PSOE lo estaba absorbiendo. Ahora estamos en la otra crítica: el pequeño es el que manda para ver si el grande pierde los nervios y se desespera. Lo asombroso es que el Gobierno entre en ese juego y acabe interiorizando ese argumentario y lo acabe convirtiendo en un marco para hacer declaraciones públicas. Puedo contar mi experiencia cuando un Gobierno de coalición compra ese discurso. Acaba mal. Acaba bastante mal, como acabó el Gobierno gallego”.

El giro al centro del PP

“Creo que después de un largo proceso de observación y análisis y de cinco derrotas electorales, Pablo Casado ha llegado a la conclusión a la que llegó Fraga, a la que llegó Aznar y a la que Mariano Rajoy había llegado: la victoria de la derecha está en el centro derecha. ¿Cuál es el problema? Que no le sale. Que él no es así. Le pasa un poco lo que a Aznar. Que no está en el centro. ¿Cuál es la diferencia entre Casado y Rajoy? Que a Rajoy le salía porque Rajoy era así. Rajoy no tuvo que viajar a ninguna parte, él ya estaba allí. Pablo Casado sabe que está ahí el camino de la victoria pero es que él no está ahí. Y le está costando mucho asumir esa estrategia. Creo que vamos a ver una legislatura donde va a estar oscilando entre esos dos polos: lo que le dice la cabeza que tiene que hacer y lo que le dice su ideología y sus posicionamientos vitales”.

El crecimiento de la extrema derecha

“Creo que no va a crecer. Si fuera a hacerlo, ya habría crecido más durante estos meses de pandemia. ¿Qué nos dicen las encuestas? Que no crece, que está ahí y que, ha llegado a su techo o ha llegado a un punto en el que tiene que hacer algo más si quiere romper ese techo. ¿Cuál ha sido el error del PP? Decirle a sus votantes que el PP y Vox son o están próximos. La única manera que tiene el PP, cuando eres un partido conservador de gobierno, de que la extrema derecha no te acabe comiendo el terreno, es, por un lado, no comprar su discurso, porque te acabas envenenando y, en segundo lugar, marcar una frontera. Que le diga a sus votantes que no es lo mismo votar al PP que votar a Vox, que es lo que creo que está intentando hacer Pablo Casado. Si el PP no repite ese error y Vox se mantiene en la estrategia actual, yo veo muy difícil que siga creciendo de manera significativa”.

El papel de Ciudadanos 

“En Ciudadanos han asumido que ya no están en condiciones de disputar el liderazgo de la derecha al PP. Esa fue la opción de Albert Rivera que fracasó y el único camino que les queda es convertirse en un partido que se sitúe entre los dos grandes, entre el PP y el PSOE y que pueda servir como socio estratégico. Inés Arrimadas lo tiene muy claro. La actual dirección de Ciudadanos lo tiene muy claro. Es un camino que en este momento es difícil, es complicado. Cs no es un partido clásico, en el sentido de que sea una gran organización con una gran capacidad de resistencia en la presión. Además, va a estar sometido a una presión enorme para que se posicione claramente en la coalición anti-Gobierno PSOE-Podemos. Tengo dudas de que puedan llegar al puerto, atravesando semejante tormenta, con todos mis respetos, en lo que es Ciudadanos en este momento, que es una barquita”.

El desenlace del emérito

“Como decían en la película Shakespeare in love, cuando le preguntaban a la reina Isabel cómo iba a acabar el drama entre los dos protagonistas contestó: “Con lágrimas y un viaje”. De momento, la parte del viaje ya se ha cumplido. Yo creo que estamos entrando en la parte de las lágrimas. Es evidente que hay una estrategia de convertir al emérito en cortafuegos y que eso acabe ahí. El problema es que el cortafuegos tiene que estar dispuesto a operar como cortafuegos y yo creo que en el caso del rey emérito eso va por días. Debe ser muy duro pensar que vas a pasar a la historia con las cosas que se dicen de ti ahora, no las que se decían hace treinta años. Además, se debe tener un control absoluto de la información. Hay que saber muy bien lo que hay. En ese momento, no lo sabe nadie. Vamos a ver muchas lágrimas y puede que algún viaje más en los próximos meses”.

La derrota de Trump

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“Quiero ver el triunfo de un candidato, en este caso Joe Biden, que optó por la plena racionalidad de los votantes antes que por las emociones. Representó una manera de hacer política que es la que ha funcionado en los últimos doscientos años. Volver a ese cierto orden, a esa cierta estabilidad, frente a la locura y el carrusel permanente de Trump. Por otro lado, el sistema americano es un sistema de alternancia en el poder basado en el que todos los contendientes aceptan el resultado. ¿Cuál es el problema? Que apenas hay previsiones para el escenario en el que uno de los contendientes no acepta el resultado. Trump sabe que tendrá que acabar aceptando su derrota y lo que está haciendo es construir un relato para decirle al mundo que él no perdió las elecciones, sino que se las robaron. Puede que, incluso, esté preparando el intento de volver a presentarse dentro de cuatro años”.

Periodismo libre e independiente

“Creo que tenéis de todo en el periodismo español. Ni me considero periodista ni quiero ser reconocido como tal. Soy un profesor de la Universidad de Santiago, un profesor titular de Ciencias Políticas que a veces sale en los medios de comunicación, pero no dando información sino haciendo un análisis y haciendo opinión. Creo que al periodismo español le pasa algo que pasa también en otros ámbitos y en otros sectores, solo que en este terreno es mucho más visible. Yo creo que hay un periodismo libre e independiente, o que intenta serlo al menos, pero también hay mucha basura. Hay mucha basura dentro del periodismo español. Y le vendría muy bien a la prensa hacer limpieza en su casa porque me parece que hay mucha basura para limpiar. Eso le permitiría hacer mejor periodismo y ser bastante más libre y más independiente”.

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