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Jesús Maraña: “Sólo los medios que dependen de los lectores pueden dar información veraz y fiable”

A la hora de hacer desde infoLibre el balance de este 2020, hemos pedido a nuestro director editorial, Jesús Maraña, que nos ayude. Hace ya 8 años, un grupo de periodistas formado por él mismo junto a Manuel Rico, Yolanda González, Juan Carlos Ortiz y Fernando Varela pusieron en marcha el primer periódico en España financiado directamente por sus lectores. infoLibre cuenta hoy con más de 13.000 socios que contribuyen, mes a mes, al mantenimiento de un medio que aspira a seguir siendo un referente del periodismo libre e independiente. 2020 ha sido un año clave también para el mundo de la comunicación, que atraviesa una seria crisis de credibilidad y de financiación de cara al futuro.

El año de la pandemia

Tengo serias dudas de que hayamos aprendido lecciones hasta el momento sobre la pandemia. Sería importante que lo hiciéramos. El asumir que ha sido un fracaso absoluto la doctrina neoliberal, la filosofía o las políticas del 'sálvese quien pueda' debería ser una lección fundamental. Como también lo es la necesidad de reformas profundas del Estado. La eficacia que necesitamos ante crisis globales como esta demuestran la importancia de lo común, de gestionar bien lo público. Ahora mismo, creo que hay que darnos tiempo porque no tengo claro que esas mínimas lecciones las hayamos asumido. Y otra tercera, que es importante para mí también, es una lección de humildad. Cómo, de repente, todo se cae y todo puede transformarnos la vida cuando actuábamos como si creyéramos que somos los amos del universo.

Un año de Gobierno

En estos tiempos acelerados que vivimos, parece mentira que fuera el 14 de enero pasado cuando tomó posesión ese Gobierno de coalición. Parece que hiciera un lustro. Esa aceleración de todo ha estado condicionada absolutamente por la pandemia. A mí me parece que ha habido dos fases. Una en la que el Gobierno de coalición, entre marzo y el verano, se enfrentó, como responsable casi absoluto del estado de alarma, a la gestión de la pandemia ante una oposición que le deslegitima desde el primer minuto. A partir del verano, hay otra fase distinta que es la cesión de atribuciones que ya tenían las autonomías, pero que en lo político no estaban los focos puestos, ni tenían la responsabilidad pública en la gestión de la lucha con la pandemia. Finalmente, se han conseguido unos Presupuestos que amplían claramente la legislatura y dan una estabilidad con la que no se contaba durante los primeros meses de la crisis.

Divergencias dentro del Gobierno

Nos falta todavía tiempo para acostumbrarnos a lo que es un Gobierno de coalición. Son dos partidos distintos que además compiten en un espacio electoral en parte común, y por lo tanto es lógico que haya diferencias y divergencias en distintas materias. Dicho esto, creo que hubo un momento en el que Pedro Sánchez dio el paso de intentar unos Presupuestos más transversales. En cuanto Ciudadanos, que era ese eslabón que podía permitir ese nuevo consenso, adquirió el protagonismo suficiente, me parece que UP reaccionó reivindicando su papel como socio de Gobierno. Pablo Iglesias encabezó la defensa de los consensos de la investidura y prácticamente ha actuado como representante de Unidas Podemos y de esos otros partidos nacionalistas que son llave de gobernabilidad. Esas divergencias se seguirán produciendo, pero también cabría pensar que una vez que ya hay Presupuestos los ecos y los efectos de esas divergencias intuyo que serán menores.

El año de la polarización

El fenómeno de la polarización en España ya se ha producido en distintas ocasiones, siempre coincidiendo con las etapas en las que el PP ha estado en la oposición, cuando ha gobernado el PSOE o este año una coalición de izquierdas. Ahora hay novedades en ese fenómeno por muchas razones. Una, la aparición de Vox, un partido de extrema derecha que tira hacia el extremismo al PP que, teóricamente, es la alternativa principal de gobierno. No está actuando como una derecha europea, moderada, sino que se ha dejado arrastrar porque, al fin y al cabo, se trata de un hijo que ha salido de la familia. Y por otro lado, las nuevas tecnologías, las redes sociales, la forma de informarnos, la inmediatez, el ruido… todo eso dispara mucho más los efectos de esa estrategia de polarización que es muy de la derecha española, y muy parecida a la que ejercen nacionalpopulismos en otros lugares del mundo.

Polarización en la vida personal

Cuando participas en debates públicos en los que se mastica, se percibe esa crispación y ese ruido y ese fango, a veces uno piensa: “En cualquier momento alguien por la calle te va a insultar”. A mí me ha ocurrido muy pocas veces. Los que se acercan o interactúan contigo suelen ser gente amable y que al menos se muestra moderada, paciente y deseosa de no generar o no contribuir a esa crispación y a ese ruido. Especialmente creo que en los medios audiovisuales y en las redes sociales contribuimos a generar esa tensión. No aporta nada, más que puro entretenimiento, ese morbo de pensar que uno siempre tiene razón o la tienen quienes están de acuerdo contigo, no quienes te aportan datos, conocimientos o argumentos. En mi ámbito personal procuro seleccionar, al menos con la gente que me rodea, que huyan del ruido y aporten, que eso es lo deseable, diferencias contigo.

El año en el PP

El problema de Casado y del PP es ese viaje permanente entre el centro y la ultraderecha y viceversa. Le ha salido un competidor que no esperaba que llegara a esas proporciones a las que ha llegado Vox y me parece que no tiene clara esa estrategia que aparentó en el discurso de la moción de censura de Vox. Ahí Casado estableció con dureza y con contundencia una diferencia con ese competidor pero no está claro que mantenga como estrategia. Va en días pares e impares, la moderación. En ese sentido creo que no ha conseguido, hasta ahora, construirse un perfil de gobernante, de alternativa al Ejecutivo. No termina de aclarar si de verdad va a arriesgar, a convencer a una parte del electorado de que se venga a la moderación o va a seguir arrastrado a la competencia diaria con el ruido que genera Vox.

El año de Vox

No es que Vox haya generado unas novedades absolutas en fenómenos como la polarización, la crispación, la deslegitimación… porque esas semillas ya existían, las hemos vivido en otras épocas, como ocurrió con Trump en EEUU. La salsa ya estaba ahí y lo que hizo Trump fue aprovecharla y establecer los chips, los mensajes, las técnicas que podían convertir esa situación, ese malestar de sectores amplios y muy diversos de la sociedad, ese enfado... en una alternativa política. Con Vox ha pasado lo mismo solo que con esos rasgos cañís, con esos rasgos castizos que tiene en España la derecha. Porque no hay que negar que Vox, aparte de intentar aprovechar esas técnicas del trumpismo o del nacionalpopulismo, que tiene también ese componente, representa un poso postfranquista que existe en España. Creo que, sin duda, ha radicalizado y ha ensuciado bastante el debate político.

La oportunidad de los fondos europeos

España ha desperdiciado tantas oportunidades de ponerse al día que ahora, por una situación desgraciada como es la pandemia, por una vez, ha llegado una oportunidad clarísima de situar el modelo económico mucho más allá del ladrillo y el turismo barato, del negocio rápido y la especulación. Estos rasgos han estado latentes en la política. Los asuntos de corrupción venían en origen alimentados en el clientelismo. Esta reacción europea tan diferente a la que hubo después de la crisis de 2008, de asumir que de esto no se sale si no es con un paraguas muy potente, compartido por los distintos estados, creo que permite a España aprovechar la oportunidad, además con los criterios que se han establecido desde Europa. Hace falta modernización, digitalización, poner al día todas las estructuras del Estado para que sean mucho más dinámicas, más eficaces. Con esta oportunidad podemos situarnos en el siglo XXI de verdad.

El año de la derrota de Trump

Para mí es una esperanza. Ha habido momentos en los que uno pensaba que el trumpismo llegaba para quedarse. En la gestión de la pandemia es donde ha asomado lo peor de Trump, desde el negacionismo a la insolidaridad, hasta la pura estupidez en algunas reacciones, además en público. Probablemente eso ha contribuido a que incluso con un candidato que no despertaba emociones como es Biden se haya conseguido movilizar todo el voto que sí que es consciente de lo que significa depositar otros cuatro años en manos de alguien que a mí me parece un peligro para la sociedad americana y para el mundo entero, como demuestran muchos de sus actos también en política internacional. Tenemos un problema que hay que abordar de una manera muy compleja, pero al menos tenemos la esperanza de que hay más gente que es consciente de eso y que ha dicho: ¡Hasta aquí hemos llegado!

El periodismo libre e independiente en 2020

Soy como un Quijote para reivindicar esta causa. Lo que ha ocurrido este año es un fenómeno tan inédito y tan dramático como la pandemia. Se han puesto en primer plano algunos de los efectos de lo que ha sido un mal ejercicio de periodismo, aquí y en otros países: el no haber asumido lo que significaba la nueva realidad digital hace ya muchos años; el no saber identificar por qué habíamos perdido la credibilidad. La pandemia ha puesto en primer plano la necesidad de que la gente maneje información veraz, información fiable. Eso solo lo pueden dar medios que dependan de los lectores, no de poderes económicos, financieros o partidos políticos. Para que eso exista, eso tiene un valor y tiene un precio. Y si no lo pagan los lectores, alguien lo paga. Por lo tanto, algo se desvirtúa, se distorsiona. En infoLibre, llevamos ocho años peleando con esos molinos de viento.

2020 para

Pedro Sánchez: Ha sido el año en el que ha aplicado y ha demostrado el valor de su 'manual de resistencia'.

Pablo Iglesias: Ha ejercido durante el año de vicepresidente del Gobierno y de activista. Ha tenido éxitos y fracasos en ese empeño.

Manuela Carmena: "En una democracia, si alguien no se presenta ante un tribunal es un prófugo, no un exiliado"

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Pablo Casado: Sigue sin encontrar el punto exacto de a dónde quiere llegar y con qué discurso.

Santiago Abascal: Es el nacionalpopulismo cañí y en este año de la pandemia es autor de algunas de las mayores infamias que se han dicho en el Parlamento.

Inés Arrimadas: Ha intentado salir de la foto de Colón y su mayor éxito será mantenerse en ese intento.

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