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Andalucía

Podemos e IU se vuelcan en la manifestación por la “soberanía” andaluza

Teresa Rodríguez, coordinadora general de Podemos Andalucía.

El Día de Andalucía –oficial, festivo y con mayúsculas– es el 28 de febrero, en conmemoración del referéndum autonómico de 1980. Aquella jornada se planteó a los andaluces la ratificación de la iniciativa autonómica por la vía del artículo 151 de la Constitución. La mayoría absoluta requerida por el propio artículo 151 se obtuvo en todas las provincias salvo en Almería, lo que obligó a desbloquear el acceso andaluz a la autonomía mediante una modificación de la Ley Orgánica de Modalidades de Referéndum. Un año después, en octubre de 1981, los andaluces aprobaron en referéndum su Estatuto de Autonomía, conocido como Estatuto de Carmona, plasmación democrática de primer nivel del andalucismo histórico.

Todo esto está en el BOE. Pero la jornada histórica que propició el acceso de Andalucía a la "autonomía plena" hay que buscarla en la hemeroteca y en la memoria de los que la vivieron y conservan su recuerdo. Fue un 4 de diciembre de 1977, una día de manifestaciones masivas por toda Andalucía –y en capitales españolas con nutrida emigración andaluza–, de expresión popular desatada, de anhelo autonomista, de desahogo popular tras el franquismo, de deseo de equiparación en competencias y reconocimiento con respecto a Cataluña, el País Vasco y Galicia. Y también un día de fuerte reivindicación social. Un día que dejó además una víctima, mártir del autonomismo andaluz reciente, Manuel José García Caparrós, el trabajador y sindicalista de CCOO asesinado impunemente el 4 de diciembre de 1977 por las fuerzas del orden durante la manifestación en Málaga, cuyo reconocimiento como Hijo Predilecto de Andalucía en 2013 fue un logro simbólico del tormentoso paso de IU por el Gobierno andaluz.

El 4 de diciembre ha quedado eclipsado en el imaginario andaluz por el 28 de febrero, con un notable componente institucional, inculcado por el sistema educativo y reivindicado por todos los partidos políticos. Es cierto que el PCA, luego IU, y el Partido Andalucista –disuelto en 2015– han mantenido vivo el 4D, con mayor o menor énfasis en aspectos nacionalistas. Pero con el transcurso de los años ha languidecido, hasta el punto de que es casi un desconocido para la mayoría de la población, a pesar de que en el Estatuto de Autonomía de 2007 hay una referencia a las "manifestaciones multitudinarias" del 4 de diciembre como motor de la autonomía. Diversas organizaciones, la más insistente IU, han celebrado actos anuales de homenaje y recuerdo a García Caparrós, pero el espíritu de las manifestaciones unitarias de los inicios del actual periodo democrático se ha ido perdiendo hasta desaparecer por completo. Ahora Podemos e IU quieren recuperarlo.

Convocatoria en Sevilla

Este domingo es 4 de diciembre, 39 años después de aquella jornada de 1977. Y a lo largo de los últimos meses se ha ido gestando una movilización que, sin llegar a ser la sombra de la de aquel 4D, sí que previsiblemente sacará la efeméride de la marginalidad política. Según Pablo Albarreal, portavoz de la organización juvenil independentista Jaleo, el germen está en dicho colectivo, en el partido Colectivo Unitario de Trabajadores –CUT, que ha tenido como referente histórico al alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo– y en el Sindicato Andaluz de Trabajadores –SAT, al que pertenece el diputado de Unidos Podemos y líder jornalero Diego Cañamero–.

A partir de ese impulso, según Albarreal, se ha constituido la Plataforma 4 de Diciembre, en la que se encuentran IU y Podemos. Junto a estos dos partidos –que suman 20 parlamentarios andaluces–, figuran en la plataforma Izquierda Andalucista, Juventudes Andalucistas, el sindicato Ustea, el Centro de Estudios Históricos de Andalucía... Y hasta más de 30 organizaciones, según la plataforma, que ha sido la responsable de convocar la marcha, a las 12.00 en Sevilla.

Tanto Podemos como IU, que a raíz de la reelección de Teresa Rodríguez como líder de la formación morada en Andalucía han reafirmado su voluntad de convergencia, se han volcado en las últimas semanas en el 4D, movilizando tiempo y recursos para que la manifestación sea un éxito. Se verá. La amenaza de lluvia, el puente –para los que puedan, claro– y la falta de tradición convierten la convocatoria del 4D en una incógnita. La tradicional del 28 de febrero convocada por IU, que cada año intenta ofrecer un contraplano contestatario a la entrega de reconocimientos oficiales organizada por la Junta, suele reunir a miles de personas en Sevilla, pero es complicado anticipar si esta fecha recuperada en el calendario de movilizaciones deparará una fotografía de calles rebosantes o se quedará en el clásico retablo melancólico.

Manifiesto soberanista

Lo seguro es que hacía décadas que la manifestación del 4D, considerado por la plataforma "Día Nacional de Andalucía", no recibía tanto impulso organizativo. El lema de la manifestación es "Andalucía: soberanía para defender nuestros derechos". El manifiesto de la plataforma, que elude cualquier reivindicación independentista, recoge lo siguiente: "Pongamos en marcha un proceso constituyente, que alumbre un nuevo poder de las clases populares y los pueblos, que reconozca el derecho a decidir de forma efectiva". Y añade: "Los problemas que nos aquejan son los propios de una nación dependiente y sometida a un proceso de neocolonización; de un pueblo que, en buena parte, ha dejado de tener conciencia de tal".

El manifiesto enarbola el 4 de diciembre del 1977 como la fecha de "rebelión ante el papel subalterno que se pretendía asignar a nuestra tierra desde los despachos de Madrid". El texto, sin nombrar al PSOE, lo culpa de frustrar aquellas aspiraciones y de convertir Andalucía en una "autonomía amaestrada", en la que los recursos son "expropiados por la voracidad de los grandes intereses económicos globales, con la complicidad" del Gobierno andaluz. "Andalucía ha llegado a ser un territorio ocupado, fortificado y militarizado", añade en referencia a las bases de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla). Ante la situación de "paro estructural [...], precariedad laboral, con especial incidencia en las mujeres, el nivel de pobreza entre la población infantil, los desahucios, el deterioro de los servicios públicos, particularmente de la sanidad y la educación", la solución pasa "por reclamar y exigir soberanía, es decir, nuestro derecho como pueblo a decidir libremente, en todos los ámbitos de la vida: político, económico, social y cultural".

"Andalucía, como la que más"

Podemos e IU, consultados por infoLibre, comparten grosso modo tanto la lectura histórica del 4 de diciembre como los motivos que urgen a recuperar ahora esta movilización. A juicio de ambos partidos, Andalucía necesita movilización en la calle para no quedarse fuera del debate territorial que se avecina. Además, coinciden, el 4D constituye una oportunidad excelente para la confluencia social que ambos buscan, al objeto de conformar el ansiado "bloque alternativo" al PSOE.

"A través la movilización, Andalucía cambió el guión de la transición, que prevía una confederación en el norte, con Cataluña, País Vasco y Galicia, y una regionalización en el sur", señala el coordinador andaluz de IU, Antonio Maíllo, para quien aquel éxito nacido del 4 de diciembre del 77 fue sucedido por una "inanición de las reivindicaciones democráticas" achacable al PSOE, que "supo catalizar" aquel anhelo fundacional para "desactivarlo". A juicio de Maíllo, "ahora asistimos a un puente aéreo Madrid-Barcelona" en el que se va dirimir el nuevo modelo de Estado, "pero con un anexo, la presidenta de la Junta de Andalucía, que sirve para que esté Andalucía sin hablar de Andalucía".

Según la coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, el debate se desarrolla en los siguientes términos: al discurso "Cataluña, Cataluña, Cataluña", replican el PP y la la presidenta Susana Díaz con un "España, España, España". "¿Y Andalucía?", pregunta Rodríguez. La expresión que suele repetir para ilustrar su posición en el debate territorial es: "Andalucía, como la que más".

Podemos e IU se cuidan mucho de lanzar mensajes que puedan entenderse como nacionalistas y, mucho menos, independentistas. Su discurso soberanista incide sobre todo en la crítica al insuficiente desarrollo del actual marco estatutario –mucho menor desarrollo que en el País Vasco, por ejemplo, donde la profundización en el autogobierno ha sido una absoluta prioridad–, así como en la advertencia de una posible reordenación competencial pilotada desde Madrid, de acuerdo con País Vasco y Cataluña, que postergue a Andalucía. La autonomía, coinciden, no ha conseguido sacar a Andalucía del vagón de cola de los indicadores sociales y económicos.

Un "proceso constituyente andaluz" por concretar

Hasta ahí, está claro el discurso. Pero, ¿qué significa "mayor soberanía"? ¿Y "derecho a decidir"? ¿Es insuficiente el actual Estatuto andaluz? ¿Toca reformarlo, o cambiarlo? Ahí no hay concreción. No se ha abierto paso una fórmula que genere consenso. "La autonomía andaluza es deudora del 4 de diciembre, y ahora el pueblo andaluz debe recuperar su papel protagonista", señala Ángela Aguilera, responsable de Proceso Constituyente Andaluz en Podemos Andalucía. "Vamos a un proceso de confluencia social, en el que no nos podemos quedar en las marcas particulares. Debemos construir desde abajo, con mucha gente, y entre todos abrir espacios de colaboración", señala. El contenido concreto del "proceso constituyente" está por determinar porque está "en el punto de salida".

Ésa es una idea extendida: este 4D es un punto de partida. Muchas ilusiones están depositadas en amalgamar fuerzas diversas durante los próximos doce meses y desembocar en la misma fecha de 2017, 40 años después, con una manifestación que tendría lógica que se celebrase en la Málaga de García Caparrós.

¿Y el 5D?

"Lo importante no es el 4D, sino el 5D", afirma Joaquín Recio, de la cooperativa Atrapasueños, una de las impulsoras del proyecto García Caparrós vive, que reivindica la memoria de lucha del joven asesinado en 1977. "El 4 de diciembre de 1977 fue expresión de un pueblo que pedía trabajo y vivienda para todos, no sólo la Junta de Andalucía y una bandera en un despacho. Salieron los precarios, los pobres, los trabajadores de las fábricas, con un grito de jartura, de ya está bien", señala Recio, que reivindica el trabajo "de base" y expresa su temor a que tras la manifestación del 4D –funcione o no– las fuerzas se dispersen. "El proceso andaluz se enquistará si esperamos a que las organizaciones políticas capitalicen la movilización. El mensaje no es 'vamos a darle los problemas solucionados a la gente desde la política', sino 'vamos a analizar los problemas entre todos' y a buscar soluciones", afirma.

"La conciencia política andaluza tocó fondo, y ahora hay un cierto resurgir por el contexto. Las cosas en Andalucía están mal. Estamos como hace 39 años, porque seguimos en el vagón de cola", señala uno de los referentes del andalucismo rupturista, Isidoro Moreno, catedrático de Antropología Social y Cultural e impulsor de Asamblea de Andalucía, una plataforma que pretende servir de punto de encuentro entre sensibilidades andalucistas. Moreno coincide en que el protagonismo del proceso debe ser civil. Y en que habrá que estar atentos a qué hacen los principales actores políticos el 5D.

A su juicio, Andalucía "es un pueblo y una nación dentro del Estado español", pero no se ha expresado institucionalmente como tal porque el Gobierno autonómico ha renunciado a ello. "Las instituciones, si no se utilizan, no sirven de nada", afirma. En la práctica, según el antropólogo, el "Estatuto ha sido una traición al 4D y al 28F". Moreno es defensor de un modelo confederal, en el que Andalucía ejerza su soberanía "decidiendo por sí misma", con total "soberanía". Cree que el "mínimo común" recogido en el manifiesto es "bastante alto" y da un punto de partida para plantear una alternativa a lo que, a su juicio, se avecina: un discurso "federalizante" que en realidad sólo suponga un "retoque competencial" que orille a Andalucía.

Historia y memoria

Entre las personas vinculadas al andalucismo y la izquierda consultadas para este reportaje está extendida la idea de que el nuevo debate territorial se va a resolver con una solución fiscal para Cataluña y una profundización en la autonomía para el País Vasco. "Se están reproduciendo los esquemas de 1977, cuando había un proceso constituyente en marcha y ya estaba claro que iba a haber territorios con más competencias y territorios con menos", afirma el profesor de derecho civil Antonio Manuel Rodríguez, uno de los portavoces de la Plataforma 4D, y de las personas con mayor influencia en el discurso territorial de Teresa Rodríguez, la líder andaluza de Podemos, que está pugnando por obtener también mayor autonomía organizativa frente al aparato estatal del partido.

Andalucista con destacada participación en distintas movilizaciones populares –como la defensa de la titularidad pública de la mezquita de Córdoba–, Antonio Manuel Rodríguez vincula las reivindicaciones sociales con las identitarias. "La bandera de las manifestaciones sociales es la andaluza. No se ven banderas españolas en las manifestaciones", afirma. A su juicio, "el 28 de febrero pertenece a la historia, mientras el 4 de diciembre pertenece la memoria". Con la pretensión de llevar el 4D a la historia, Podemos ha presentado una proposición de ley en el Parlamento andaluz para darle reconocimiento oficial a este día.

Expropiaciones de tierras y de viviendas

"Andalucía alcanzó su cénit autonómico en el 87 cuando se declaró constitucional la ley de reforma agraria. Después, a partir de la entrada en la UE, se fue desmantelando progresivamente. El Gobierno andaluz deja de ejercer las competencias del Estatuto. Y se entra en un declive que tiene un punto más bajo en la reiterada renuncia a la celebración de elecciones separadas de las generales en Andalucía y en la anulación de la ley de función social de la vivienda", razona Antonio Manuel Rodríguez. Que el Constitucional aprobara en los años 80 la expropiación de tierras y tumbara en 2014 la expropiación de viviendas ilustra, a juicio de Rodríguez, el declive del modelo y la agudización del centralismo.

"Ahora mismo", prosigue, "no hay un solo modelo territorial en España, sino cinco: el de las diputaciones, un arcaico resabio del centralismo; el de los fueros, porque en España sigue habiendo autonomías con derechos civiles diferentes, reducto de los derechos de conquista de al-Ándalus; el de las diputaciones forales con hacienda propia; el de las autonomías del artículo 143; y el de las autonomías del artículo 151", afirma Rodríguez, que cree que hay que decidirse por "un solo modelo". "Yo apuesto por el federal. Si se produjese un nuevo proceso constituyente, Andalucía tiene los elementos que se exigen para ser un elemento federal", añade, antes de advertir que, a su juicio, se puede estar preparando una solución en la que "el PP y el PSOE se distancien en lo accesorio y se pongan de acuerdo en lo esencial". Esa solución sería "emparentar el régimen fiscal de Cataluña con el de Navarra y Euskadi", pronostica Antonio Manuel Rodríguez, estudioso y defensor de la figura de Blas Infante.

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Un "mito originario"

Podemos e IU reprochan al PSOE un alejamiento de las causas que inspiraron el 4D original. En la que se celebraba en Almería estuvo entonces, antes de ingresar en el PSOE, Fernando Martínez, que luego fue alcalde socialista de la ciudad. "Sin 4D no hay 28F posible", reflexiona ahora Martínez, historiador. A su juicio, que el 28F se impuso como el "día de la conquista de los andaluces", frente a un 4D "más reivindicativo", con una connotación de "mito originario". "Siempre hay un acto iniciático, y aquí fue el 4D, sin el que no hubiera sido posible el 28F", explica.

Martínez observa con distancia el debate simbólico. Reivindica del 4D su vertiente de expresión de "sentimiento de agravio" de una autonomía "que quería salir del subdesarrollo". A su juicio, no hay un enterramiento "deliberado" del 4D, sino que se ha impuesto el 28F como "apoteosis" autonomista. "Si no hubiéramos conseguido la autonomía plena, el 4D tendría vigencia. Pero la conseguimos", afirma Martínez, que ilustra con un ejemplo la potencia en el imaginario del 28F. "Cuando yo pregunto en clase, y hablo de alumnos de cuarto de carrera, cuál es la fiesta nacional española, responde rápidamente un 20 por ciento. La mayoría duda. Me dicen el 12 de octubre y les digo: '¿Ése no es el día de la Guardia Civil?' Y dudan. Cuando pregunto por el Día de Andalucía, responde el 100 por 100".

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