Orgullo Gay

Junio se pone arcoíris en Sevilla

Cartel de la obra 'Orgullo S.O.S'.

En la noche del día del Corpus Christi, que en Sevilla es año tras año noticia de portada, la Sala Viento Sur Teatro se abría al espectáculo cachondo de Rita la Mangaora y Rocío Hurta, una pareja de folclóricas corruptas con programa propio en televisión, trasunto quizás de artistonas de carne y hueso. No hay por qué extrañarse: en Sevilla, precisamente porque el canon y la ceremonia van de suyo, suele ocurrir que la disrupción y el contrapunto son especialmente ácidos. En el contraste está parte de la gracia de la ciudad, que a menudo es vista con simpleza desde fuera como un rosario de barroquismo plano y olés. No es verdad. Aquí fue donde, en 1978, Rafael Alberti le recitó a la Virgen de la Macarena: "La Virgen del Baratillo/ sobre cuarenta costales / sueña en la hoz y el martillo/ para aliviar tantos males". El ABC se subía por las paredes. Cosas de Sevilla. Hoy hay quien piensa que en la ciudad aparecen cada vez menos contrapuntos, que el folclore oficial está adquiriendo tintes hegemónicos, que la globalización está siendo demasiado efectiva erosionando la bohemia histórica, mientras la cultura oficial se enseñorea de todo a base de palios, carretas y flamenquito. Entre quienes quieren hacer cosas distintas –ésa es la expresión al uso cuando se sale uno del sota, caballo y rey– está Javier Paisano, decidido a convertir el junio sevillano en el mes de la cultura LGTB. Y la idea no es un boceto. Ya está cogiendo color.

Paisano, presidente de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía y hombre de cine y de teatro, parte de varios convencimientos. Uno, que a Sevilla le viene de perlas ampliar su oferta cultural. Dos, que sigue siendo necesario –más que antes, quizás– ofrecer a lesbianas, gays, transexuales y bisexuales historias cercanas a sus vivencias. Hay que sacar del armario historias con orgullo. "No se trata de hacer proselitismo LGTB, sino de que haya referentes en los que se puedan ver reflejados. Piensa en el chico de 15 años, que aún está muy perdido, que ve que lo que sale por la tele como homosexual es una visión estrecha, siempre lo mismo, una pobreza total de referentes. Ten en cuenta que la mayoría de las historias son de hombres contadas por hombres", afirma Paisano, de 54 años, para quien se vive "un espejismo de igualdad, sólo sobre el papel". "La realidad es que no puedes ir tranquilamente de la mano con tu pareja por según qué barrios. Que sigue habiendo insultos y desprecios. A mí ahora me preguntan: '¿Sigue haciendo falta un festival de teatro LGTB?'. Pues claro que sí", explica.

Poco a poco la asociación que lidera Paisano, Cultura con Orgullo, ha ido metiendo la cuña de este propósito en la ciudad: el Festival de Cine Europeo entrega cada año el Premio Ocaña a la Libertad, en honor a José Pérez Ocaña, pintor y activista LGTB; el ciclo de cine de verano de la Diputación, el más popular de Sevilla, ha incorporado de forma estable el primer fin de semana un miniciclo tres películas que cuentan historias de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, logro de Cultura con Orgullo y de la Asociacion Adriano Antinoo contra la discriminación. Y ahora toca la Muestra Teatro con Orgullo, que celebra estos días y hasta el 25 de junio su primera edición, y que ha supuesto un salto cualitativo en la apuesta. Programar once piezas teatrales con temática LGTB en Sevilla en este junio abrasador no es precisamente una garantía de éxito. Pero, según coinciden salas, autores y el propio Paisano, la gente está respondiendo. "En la inauguración, en la sala TNT con la obra Orgullo S.O.S., había 250 personas. Fue increíble. No lo esperábamos", explica el director de la muestra. Daniel Blanco, coautor de la obra junto a Miguel Ángel Parra, afirma: "Casi un lleno total, un sábado en mitad de junio, con media Sevilla en la playa... Superó todas las previsiones".

Esta primera edición de la muestra ha tenido un cierto carácter de proyecto piloto. Se trata de que vaya cogiendo forma. Lo fundamental está logrado: el apoyo de las salas privadas de la ciudad, La Fundición, Cero, Teatro Duque-La Imperdible, Viento Sur, Centro TNT-Atalaya y Casala. Y ha habido un cartel variado, con un total de once piezas entre obras y lecturas dramatizadas: Producto ibérico bruto, Tu 'pograma' de televisión de Aída Santos Allely y Mariky Fernández, que es la obra sobre las dos folclóricas corruptas con la que empezaba esta información; Lola en soledad, de Rosario Lara... Hay piezas LGTB que ya son legendarias en Sevilla, como Estrella Sublime, un hachazo de la compañía Bastarda Española a la hipocresía capillita, con la virgen María como coprotagonista cómica. La obra se representa estos días en la Sala Cero por 17º año. Un clásico ya.

En ocasiones se representan obras específicamente hechas para el festival, difíciles de colocar en otros espacios. "A veces hay obras [de protagonismo LGTB] que, cuando las ves, funcionan. Pero que en otros espacios les pueden dar menos oportunidades. Muchas veces pasa que el concejal o técnico de cultura de turno ve la idea y dice: 'Está bien, está bien'. Pero no la programa. Dirá que para dos obras que va a programar en todo el año para qué va a elegir una polémica", reflexiona Paisano.

La media de asistencia durante la muestra está siendo de 40-50 personas, dejando al margen la sorpresa de Orgullo SOS. La muestra se ha hecho sin subvenciones públicas. Paisano cree que el proyecto debe volar y abrir camino por sí solo, para comprobar su propio peso, sus posibilidades. Lo más interesante es el proyecto a medio plazo: consolidar un festival de cultura con orgullo, con base en las artes escénicas pero también con cine y lo que venga, en el caluroso junio sevillano. "¿Por qué no? Hay poca propuesta de este tipo, y Sevilla puede atraer manifestaciones artísticas no sólo de Andalucía o el resto de España, sino también de fuera. Hay países, en Europa o en el Norte de África, donde cada vez se está poniendo peor [la expresión de diversidad sexual]", afirma Paisano.

De momento, el director se muestra satisfecho de que la primera edición pida una segunda. No sólo por la aceptable cantidad de público, sino porque ha habido "ambiente de festival" tras algunas obras. Es decir, encuentro, proximidad entre público y artistas, una cervecita para prolongar el buen rato... Para que la cosa triunfe, tiene que penetrar en la ciudad real, no quedarse en un elemento para hacer más lucida la programación del mes oficial de la diversidad del Ayuntamiento de Sevilla.

La muestra termina el 25 de junio. Las obras representadas optarán al premio Nazario, en honor de Nazario Luque, referente del cómic gay y underground español.

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