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Tres lazos amarillos pintados en una de las tres esculturas de hierro que componen la emblemática obra del Peine del Viento, de Eduardo Chillida, en San Sebastián.
EFEEl fenómeno de los lazos amarillos merece un detenido análisis. Ayer decía Jesus Maraña en una conocida cadena de radio que no estaba de acuerdo con denimonar como violentas, las actividades de los grupos independentistas en Catalunya, y efectivamente, puede que no sea violencia, tal y como conocemos o percibimos, habitualmente la violencia. Pero creo que hay otro tipo de violencia que se deriva de otras actividades que practican, y no me refiero a la rotura de cristales, a los cortes de carreteras y vias ferreas, y otros actos de estas caracteristicas a los que desafortunadamente, ya estamos acostumbrados en Catalunya, me refiero a inundar los espacios públicos de lazos amarillos, y a colocar pancartas en los edificios públicos. Esto tambien es violencia porque, lo que persigue, es la intimidación a los ciudadanos que no somos partidarios de la independéncia. Da un poco de miedo pensar hasta donde puede llegar la intimidación, porque los antecedentes a lo largo de la história, no siempre han acabado bien.
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A los gamberros del spray de calquier color si se lo metieran por el ano y apretaran igual les llegaba algo de riego al cerebro.
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Estoy totalmente en contra de "los gamberros del spray de cualquier color" y forma, pero la terapia me parece demasiado fuerte ¿no?, igual se podría empezar con que tuvieran que hacerse cargo personalmente (con sus manos) de la perfecta reparación de lo dañado.
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