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Elvira Lindo recomienda la miniserie 'Lenox Hill': "Es un documental duro sobre un hospital, pero también una ventana de esperanza"

De entre la extraordinaria oferta de series accesibles en la actualidad, la escritora Elvira Lindo selecciona para sugerir a los lectores un hallazgo poco conocido, un documental de nueve episodios disponible en Netflix, Lenox HillLenox Hill: "Soy muy aficionada a las series pero hay veces que veo docuseries porque necesito abrir la puerta a la realidad. Os recomiendo esta. Hay momentos tristes, pero también hay otros muy esperanzadores que dicen mucho de la solidaridad y del talento de los seres humanos para ayudar a otros".

Se trata de un trabajo que sigue a cuatro doctores y sus pacientes en la vida de un centro sanitario de Nueva York. Lindo ha vivido muchos años en la ciudad, intermitentemente, pero durante largas temporadas, y señala: "Es una serie que me ha impactado. Lenox Hill es un hospital de Manhattan, que está en la calle 77, en la zona este de la ciudad, es decir, en una de las más privilegiadas de Nueva York. A través de sus médicos y sus pacientes, vamos a tener una idea de los contrastes de la ciudad y también del ejercicio de la medicina, como un oficio en el que no solo tiene que intervenir lo científico, sino desde luego lo humano y lo compasivo. Es, por así decirlo, una serie muy chejoviana, en el sentido de que vemos cómo los doctores y las doctoras se acercan a los pacientes, de qué modo tratan de entender no solamente el aspecto médico sino sus necesidades, sus deseos, su relación con la vida y con la enfermedad. Al final, esos doctores tienen un nombre, un nombre propio para nosotros, son: John, David, Mirtha y Amanda".

"A través de la mirada de los médicos sentimos los deseos de los pacientes o su pérdida de la esperanza"

Los dos primeros doctores son eminencias del departamento estrella del hospital, neurocirugía, Mirtha es doctora en urgencias y Amanda jefa de residentes de obstetricia. Sus personalidades han fascinado a Lindo, para quien se han convertido en personajes muy cercanos: "Los cuatro médicos podrían ser cuatro actores, tienen esa especie de soltura que está muy entrenada desde la escuela y se expresan muy bien, son muy atractivos. En el caso de John y David están en un estatus social superior, se les nota en las pinceladas que vemos de su vida privada. Mirtha es latina, se ve todo su bagaje emocional, que hace que tenga una especial sensibilidad para tratar a las personas que están en la calle y en el caso de Amanda, que es afroamericana, tiene también una gran sensibilidad porque ella cuenta, en algún momento, cómo ha sufrido el rechazo o la diferencia de trato por ser negra".

Los productores del documental pidieron permiso a varios enfermos para seguirles junto a sus familias, y el tiempo se encargó de escribir el guion. Como apunta Elvira Lindo: "Vamos siguiendo a una serie de pacientes que aceptaron ser también personajes, por así decir, del documental. Vamos siguiendo su salud. En unos casos se curan y tienen suerte. En otros casos no. Y a través de la mirada de los médicos sentimos sus deseos, deseos de vivir, sobre todo, y su pérdida de la esperanza. Cómo afrontan la muerte y cómo los médicos les ayudan en ello".

"La ciudad está ahí, en el hospital. Pocas veces la vemos, pero la sentimos"

El trajín de trabajadores y pacientes compone un retrato coral mayor que todos ellos. Para Elvira Lindo, "son cuatro médicos que nos traen cuatro bagajes vitales y profesionales muy diferentes y a través de los cuales entendemos la ciudad. Porque la ciudad está ahí. Pocas veces la vemos, pero la sentimos. Vemos cómo pasa por ahí el desfile de Halloween, el Día de Acción de Gracias, la Navidad, el verano… Es una especie de año que también pasa entre los pasillos y las habitaciones del hospital".

Lindo explica el origen del proyecto: "El documental está rodado por una pareja israelí, Adi Barash y Ruthie Shatz, que ya hicieron otro parecido en Israel, a raíz de que ella tuvo un embarazo muy difícil. Al mudarse a Nueva York pensaron que el "colarse" en un hospital era la mejor forma de retratar la vida americana y las injusticias, que donde más se notan es en el sistema sanitario".

Los autores del documental han declarado que querían abordar múltiples asuntos: raza, desigualdad en el acceso a la medicina, gestión… Y, por tanto, su criterio para elegir a sus protagonistas, aparte de su carisma, era que fueran personas que no se guardasen sus opiniones. Respecto a los pacientes participantes, un rótulo al comienzo de los episodios recalca el respeto y cariño con el que la filmación se acerca a ellos y sus familias en momentos tan delicados en sus vidas.

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"El episodio en el que se muestra el covid-19 es como un poema"

Los ocho episodios del proyecto original ya estaban entregados a Netflix y listos para su emisión cuando llegó el tsunami del coronavirus. Lindo hace hincapié en el episodio que trata la crisis, el noveno: "Es interesante que esta serie está filmada antes de la pandemia y así acaba, pero luego hay un capítulo que se sumó después, cuando la pareja de cineastas volvió al hospital para seguir a los médicos en los principios, en los momentos más terribles de la covid-19 en Nueva York. Ese capítulo es fundamental porque vemos un reflejo de cómo la pandemia lo ha cambiado todo y de cómo aquellos médicos que hacían operaciones tan complicadas, tan sofisticadas, de pronto hacen papeles como llamar a una familia para decirle: "Su familiar está muriendo. No se preocupe, le vamos a acompañar hasta el final". Vemos la desesperación de los médicos. La misma que hemos sentido nosotros, la misma que todos los sanitarios han tenido aquí. Vemos como trabajan en equipo, la importancia de todo el personal sanitario, no solo de los médicos. Vemos sus propias preocupaciones, las dos médicas se quedan embarazadas durante el rodaje, por ejemplo. Ese último capítulo es fundamental porque los autores lo definen como un poema, y es verdad que es casi como un poema. De pronto, la muerte y la urgencia convierten el hospital que ya conocíamos casi en un hospital de guerra".

Lindo no duda en que ahora es buen momento para acercarse a esta propuesta: "A pesar de que estamos hartos de escuchar cosas sobre salud y sobre enfermedad y sobre este virus que nos tiene acogotados, recomiendo vivamente este documental. Es un testimonio muy valioso y nos da una imagen de ese mundo de la medicina y, sobre todo, de ese tipo de profesionales que ponen todo su talento y toda su inteligencia emocional en lo que hacen, acompañando a sus pacientes en el trance más difícil de la vida, que es la enfermedad, a veces la muerte. A pesar de ser un documental duro en algunas ocasiones, se trata también de una ventana a la esperanza, más en estos tiempos, porque vemos a esos médicos arrimando el hombro en los momentos trágicos del covid-19, en una ciudad, Nueva York, que ha sufrido como algunas ciudades españolas la tragedia de tantas pérdidas humanas. Os vais a encontrar con estos cuatro médicos que son muy muy atractivos, ellas y ellos. Y nos van a explicar muchas cosas de la relación que tenemos con la enfermedad, la vida y la muerte".

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