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Quique Peinado y 'Supongamos que Nueva York es una ciudad', el humor que se deshace "de 400 capas de pedantería"

El periodista Quique Peinado, colaborador de infoLibre y de numerosos medios, cara familiar de la televisión gracias a su presencia en Zapeando desde hace ocho años, copresentador de Radio Gaga desde 2017, de Leyendas en DMax, escritor y experto en deportes, recomienda la serie documental de Netflix Supongamos que Nueva York es una ciudad. Se trata de una propuesta de siete episodios que se hacen cortos, en los que Martin Scorsese filma y acompaña las reflexiones de Fran Lebowitz, un descubrimiento para la mayoría de los espectadores españoles, aunque ya tenga setenta años. Lebowitz es el auténtico corazón de esta miniserie.

Y ha deslumbrado al periodista: “Es un personaje tan sumamente potente, es una persona que eclipsa a Scorsese de una manera tremenda. La actitud de Scorsese hacia ella es todo el rato de adoración y es lógico, porque es un personaje muy potente, de imagen, de discurso y de actitud. Es la típica persona a la que me gustaría sentarme a ver hablar una hora a la semana y lo que me contara me valdría seguro”.

Peinado llegó a este documental en siete entregas por aclamación popular: “Cuando ves que en Instagram varias personas de las que sigues te recomiendan la misma cosa me lo suelo buscar, y todo lo que sean documentales me los como uno tras otro. Tampoco la tenía yo a ella muy localizada. A Scorsese sí, claro, pero a Fran no la tenía localizada”.

“Me gusta mucho la gente que vehicula su inteligencia en torno a su sentido del humor”

“Me gusta mucho la gente que vehicula su inteligencia en torno a su sentido del humor”, señala sobre ella Peinado. “Es el rasgo humano que más me gusta. Me atrae en la gente, en las mujeres, en los hombres, en todos, porque me parece la manera más brillante de expresarse y, sobre todo, se quitan cuatrocientas capas de importancia y de pedantería. Cuando está hablando de literatura o de cosas que podríamos llamar de cultura un poco “elevada”, en el humor se quita toda esa capa que a mi me da muchísima pereza”.

La serie es un destilado de sus reflexiones, parece un recopilatorio de citas, tan brillante es la selección de sus comentarios. Serielistas recoge sólo algunas de ellas. Fran Lebowitz es una conversadora jazzística, hace música con las palabras. Se trata de una dandi de eterno uniforme: vaqueros Levis, botas de cowgirl, americana, camisa y gafas de careycowgirl. Llegó adolescente a Nueva York y enseguida entró en el círculo de Andy Warhol, escribiendo para su revista, Interview. Recopiló sus artículos en dos libros de gran éxito y entró en un bloqueo de escritora que dura más de treinta años. Según su editor, por su admiración reverencial por la palabra escrita, ya que es una voraz lectora. Lo ha suplido hablando de todo desde entonces y se ha ganado bien la vida haciéndolo. Scorsese ya hizo con ella una película documental en 2010, Public Speaking, en la que también paseaba por la ciudad de Nueva York mientras opinaba sobre todo con su mirada honesta y aguda. Por favor, directivos de HBO, recuperen la emisión de esta película. El momento es ahora.

“Scorsese la conoce muy bien y sabe los temas en los que ella puede brillar”

En esta miniserie, Scorsese aparece también en pantalla, citándose con su amiga Fran en un precioso bar, The players, donde las reflexiones de Lebowitz toman la apariencia de una conversación casual. “No es fácil llegar y soltar un discurso —señala Peinado—. A mí la gente que llega y es capaz de estar hablando muchísimo tiempo sin nadie que le ayude, que le coloque los temas, que le saque, me parece que tiene un mérito tremendo. Yo, por ejemplo, no sería capaz. Él la conoce muy bien, sabe los temas de los que hablan, sabe los temas en los que ella puede brillar”. Estas conversaciones se intercalan con intervenciones ante una audiencia y, cómo señala Quique Peinado: “Luego a ella la ves con sus interacciones con el público y es muy rápida. Es muy buena en el punto en el que interactúa con otros, creo que es la mejor manera de sacar de ella todo lo bueno”.

El papel que adopta Scorsese es analizado por el periodista: “Se ríe cada vez que ella abre la boca, y creo que todos tenemos en la vida una persona que según abre la boca te ríes, que es la persona que más gracia te hace en el mundo. Se ve claramente que para Scorsese es ella y creo que la actitud de él, que es muy normal y muy tierna, te mete un poco en el punto de admiración hacia ella. Digamos que le añade al sarcasmo, a la inteligencia un punto de admiración y de ternura que es muy guay. El papel de Scorsese aquí es en primer lugar muy generoso. Es el puto Martin Scorsese y podría ir por la vida diciendo lo que quiera y se coloca en un punto subordinado de intentar claramente sacar lo mejor de ella, y además él se lo está pasando muy bien y hace que tú te lo pases muy bien también”.

“Juegan con que Nueva York ha sido el gran plató del mundo”

El documental respira cuando su protagonista, Fran Lebowitz, pasea, sola o con Scorsese, por la ciudad, tercera protagonista. Para Peinado, “ellos juegan con que Nueva York es un referente universal. Yo he estado dos veces en Nueva York, pero la primera vez que estuve tuve la sensación de que ya había estado y creo que a todo el mundo que va le pasa. Ha sido el gran plató del mundo, todos tenemos muchísimas referencias de Nueva York y verla pasear por Nueva York no es como verla pasear por cualquier otro lado. Nueva York es un personaje más. En lo que se basa la serie es en la relación de ella con la vida y con la ciudad. En cualquier otra ciudad si te empiezan a contar cosas te sientes ajeno. Yo me siento más ajeno si me cuenta eso de Barcelona que si me lo cuenta de Nueva York. Porque realmente, aunque he estado en Barcelona doscientas veces y en Nueva York dos, igual conozco mejor Nueva York que Barcelona. Verla interactuar con Nueva York es el mejor plató posible. El bar podría estar en cualquier parte, pero lo identificas con Nueva York”.

El título original es Pretend it´s a city, finjamos que es una ciudad, y recoge una crítica, que se pierde en la traducción, al comportamiento de la gente en la calle. Según Fran, nadie se fija por donde va más que ella en toda Nueva York, los locales van mirando el móvil y los turistas a las alturas, de ahí que suplique que la gente se comporte como si convivieran unos con otros.

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“Lebowitz tiene una manera de expresarse muy particular, pero toca temas universales”

A pesar de lo característica que resulta Fran, en opinión de Quique Peinado, sus reflexiones son fácilmente compartibles: “Creo que ella habla de visiones del mundo que son bastante universales. Primero tiene un sentido del humor muy propio, que a mí personalmente me gusta mucho. Se puede hablar de judíos de Nueva York, algo que Woody Allen extendió por el mundo, ella está hablando de que la gente va por la calle mirando por el móvil. Eso lo vemos todos en todos los lugares del mundo y todos tenemos una relación y una opinión respecto a eso. Fran, aunque su manera de expresarse sea muy particular, toca temas muy universales. Incluso, cuando ella habla de lo que es vivir en una ciudad que es turística, la relación que tiene con una ciudad que recibe muchos visitantes y turistas, yo, como madrileño, me siento bastante identificado”.

Por todo ello, aunque la serie no le parece un producto de gran consumo: “No sé los niveles de distribución que tiene esto, yo no lo había oído nunca”, la recomienda sin duda: “Ella me parece un personaje tan fascinante, tan guay, que se expresa tan bien, y que es tan inteligente... Cuando habla y se ríe a la vez es ya graciosa per se. Creo que todo el mundo se puede reír y lo puede entender. Me parece que ella, dentro de lo particular que es, es un referente bastante universal. Yo se lo recomendaría a todo el mundo”.

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